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Desmantelan una activa red de butroneros en Madrid

Uno de sus jefes es un joven rumano acusado de matar a su novia en Alcalá

RAMIRO VAREA

Su especialidad: robos con butrón. Sus objetivos: viviendas y locales comerciales, que forzaban sin apenas resistencia. Su zona de operaciones: hasta seis provincias del centro de España. Su botín: millonario. La Guardia Civil ha conseguido desmantelar una banda organizada, a la que se le atribuyen más de 60 robos.

La operación se inició el pasado mes de octubre y concluyó a finales de la semana pasada con 23 detenciones, entre ellas una mujer. Todos los arrestados eran ciudadanos de origen rumano. Al proceder a su identificación, los agentes se toparon con una sorpresa. Uno de los cabecillas de la banda era el joven detenido por la Policía hace sólo dos semanas como presunto asesino de su novia, a la que quemó viva en un descampado de Alcalá de Henares, a 34 kilómetros de Madrid.

Confesó el crimen

La víctima, de 22 años y también de nacionalidad rumana, murió carbonizada tras ser rociada con líquido inflamable. El supuesto agresor confesó el crimen a los servicios de emergencias y fue detenido, después de que le curaran en el hospital diversas quemaduras leves en las manos. La familia de la mujer fallecida anunció en su día que se personará como acusación particular en el proceso civil contra el presunto homicida.

Ahora, la investigación relaciona a este individuo con la red de delincuentes recién desarticulada. La mayoría de sus integrantes vivía en localidades situadas en el tramo del Corredor del Henares: Alcalá de Henares, Coslada, San Fernando y Guadalajara.

Dar con ellos resultó complicado, ya que se desplazaban por toda España. Las primeras pistas se obtuvieron en varias provincias de Castilla y León. Diversas pruebas llevaron a la Guardia Civil hasta varias localidades del extrarradio de Madrid. Allí se inició un dispositivo de seguimiento y vigilancia que duró varios meses.

Los agentes comprobaron que los sospechosos se repartían en grupos de cuatro o cinco personas en varios vehículos, a veces robados. En estos coches llegaban hasta el local elegido, que asaltaban de madrugada, cuando no había nadie en su interior.

Planes meticulosos

Los atracadores ejecutaban sus planes con rapidez y lo tenían todo perfectamente estudiado: conocían los sistemas de alarma de los locales, controlaban las vías de acceso y las mejores opciones en caso de fuga, la vigilancia de la zona... Ya de noche, procedían al butrón en las paredes o en los tejados del inmueble que asaltaban y arrasaban con todo. Su botín iba desde joyas y dinero hasta televisiones de plasma y productos de marca, que intentaban colocar en el mercado negro o incluso exportaban a Rumanía a través de empresas clandestinas de transportes.

En los registros, la Guardia Civil también intervino una sofisticada herramienta de medición de la densidad y calidad del hormigón. Este utensilio ayudaba a los ladrones a ejecutar sus butrones.

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