Este artículo se publicó hace 15 años.
"Es difícil hacerte un hueco en la vida de las personas"
El sexto y último disco de Love of Lesbian, 1999, encierra una "retrospectiva emotiva" envuelta con cariño para todo aquel que disfrute al abrir un álbum de fotos.
La referencia a este tiempo pasado, explica Santi Balmes, líder de la banda, "representa una vuelta atrás a ese año en el que te cambia la vida porque convergen muchas emociones que te llevan a la vida adulta". Pero al mismo tiempo, 1999 se trata de una cifra mágica, pues coincide con el aniversario de su debut, Microscopic Movies, publicado hace ya diez años.
Y como si de un diario personal se tratara, Balmes no quiere romper el misterio que encierra 1999, poniendo muy difícil adivinar qué parte es ficción y cuál pertenece a la realidad.
De cualquier forma, es un disco dedicado a alguien especial a quien se le ha perdido el rastro, según se desprende de las flechas lanzadas en el libreto: "Donde diablos estés. Por fin me atreví a resumir aquel año. Cuando queríamos romper ventanas... y lo hacíamos. Donde diablos estés. Si lo escuchas. No te lo tomes a mal. Todo está pasado por el filtro del tiempo y mi imaginación tramposa. Si te preguntas "¿se ha atrevido a hablar de él y de mí?" observa la cifra y considérate contestada. No incluyo nombres en ningún caso. Únicamente lo sabrás tú, que, en cierta manera, es lo que pretendía".
Un disco "más madurete"En el plano estilístico, Love of Lesbian dejan a un lado la sobriedad de Cuentos chinos para niños del Japón. 1999 es un disco muy elaborado, con abundancia de arreglos. "Supongo que había algunas canciones que lo pedían a gritos. Puede que a veces suene un poco recargado, pero creo que tienes que ir a extremos. A nosotros nos gusta bastante extremar la propuesta, tanto lírica como musicalmente", indica Balmes, quien destaca que se trata de un trabajo "un poquito más madurete", aunque la verdad es que sus canciones siguen destilando la irreverencia e ironía que les caracteriza.
Además, incorporan temas con "ritmos más rotundos y bailables", como Algunas plantas o Miau, que no desentonarían en las pistas de baile. Club de fans de John Boy o Electoplasta se convertirán sin duda en dos de las más coreadas en los conciertos, aunque también hay tracks más sosegados y llenos de sensibilidad, como Segundo asalto o Cuestiones de familia.
Balmes explica que querían contentar a todos sus seguidores: "Hay dos tipos de fans del grupo. Los que son partidarios de las canciones que atraviesan el alma y los que prefieren la vertiente más loca nuestra, así que siempre intentamos equilibrar las dos partes".
Aunque han fichado por Warner, en las labores de producción permanecen fieles a su inseparable Ricky Falkner. "Lo nuestro es como una relación abierta en la que nos encontramos en un hotel cada año y medio", bromea Balmes.
También continúan con su "jornada de puertas abiertas", convertida ya en un clásico. En esta ocasión, los invitados han sido Standstill, Sidonie, The New Raemon y Sanpedro, que no han dudado en colaborar en la grabación. "Dejamos entrar a todos los amigos porque para nosotros es bastante necesario que se abra la ventana del disco para que entre aire nuevo y todo adquiera un color más colaborativo", explica Balmes.
Love of Lesbian formó parte del movimiento indie nacional que decidió regresar a su lengua materna, como Standstill o Sidonie. "Nosotros decidimos cambiar al castellano por una necesidad expresiva absolutamente personal", explica Balmes, que opina que "entre un disco de un grupo de Barcelona o de Bilbao que canta en inglés y otro de un grupo que haga exactamente el mismo estilo pero que sean de Brighton, la gente de aquí se va a comprar antes el disco del grupo de Brighton en un 90 % de las ocasiones."
¿El motivo?, le pregunto. "Siempre se piensa que es más auténtico, y no les quito parte de razón", contesta. Es más fácil descubrir la autenticidad de un grupo cuando canta en su lengua vernácula, sostiene. "No digo que no haya grupos de aquí que hagan música en inglés y que sean super auténticos, pero es más difícil captar si tienen personalidad de verdad o son sólo un mimetismo. Por eso es más difícil hacerte un hueco, no estilístico, porque éste te puede durar dos discos, sino un hueco en la vida de las personas, que es el que te puede hacer durar más de dos discos."
Lo cierto es que su cambio de idioma fue todo un acierto. "Sí que hemos notado la diferencia. Hemos multiplicado el público, por lo que ya a nadie se le ocurre la idea de volver al inglés". En el próximo disco, adelanta, tal vez salde su deuda pendiente: "me gustaría hacerlo bilingüe, hacerlo en catalán y en castellano, porque en verdad dentro de la furgoneta hablamos en catalán. Es nuestra lengua materna, la que usamos en familia. El problema es que cuando hablo en catalán me da la sensación de que le estoy hablando a mi madre", ríe Balmes.
¿Creéis que el hecho de abandonar el inglés os puede cerrar las puertas en el extranjero?, pregunto. "Celebro mogollón que grupos españoles estén saliendo fuera, pero no es mi guerra en estos momentos", contesta Balmes.
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