Este artículo se publicó hace 14 años.
Una empresa líder rescatada por sus empleados
Ocho empleados han adquirido Bergadana, la empresa más antigua de carroceros y líder del sector
Ejemplo de renacimiento después de una debacle del todo inesperada es el de Bergadana. La sociedad, líder en su sector y en plena expansión, naufragó hace un año debido a un crecimiento internacional demasiado rápido que chocó repentinamente con la crisis. Si la sociedad continúa en estos momentos en pie, es gracias a sus trabajadores, que se han quedado con ella para evitar el cierre y dar un nuevo impulso a una actividad a la que ven mucho futuro.
Bergadana nació en 1967 como un pequeño taller de vehículos de la familia Montañà. La empresa, ubicada en Gironella (Barcelona), fue creciendo y aceptando encargos de carrocería. La visión de negocio de la familia Montañà llevó a la empresa a dedicarse exclusivamente al carrozado de ambulancias, coches policiales y fúnebres hasta convertirse en la primera del sector y emplear hasta 180 personas. Llegado el momento, se optó por la internacionalización. Para permitir que la compañía continuara su expansión hacia otros mercados, la familia Montañà decidió vender el 80% de la actividad hace cuatro años a la sociedad de capital riesgo holandesa Nimbus, que intentaba crear un gran grupo mundial de carroceros. Un plan demasiado ambicioso, que contemplaba pasar de 25 a 60 millones la facturación en tan sólo tres años, topó con la recesión. Incapaz de cambiar de rumbo a tiempo, la empresa se declaró en concurso de acreedores.
Una multinacional italiana y otra francesa optaron por la empresa
"La compra era toda una oportunidad. Se presentaron una multinacional italiana y otra francesa, pero la crisis hizo que no pudieran aprovecharla debido a que optaron por una política más prudente y conservadora", explica Jaume Montañà, hijo de los antiguos propietarios.
El administrador concursal finalmente aceptó la última de las opciones: la que habían presentado un grupo de ocho trabajadores de la empresa, entre los cuales se encuentra Jaume Montañà. "Compramos el nombre, la maquinaria y la cartera de clientes", explica. El concurso de acreedores permitió liquidar las deudas. La compañía ha empezado de nuevo, ahora redimensionada. Sólo cuenta con 35 trabajadores, pero todos conocen muy bien la actividad. Ahora, por delante, sólo ven oportunidad de crecer. "Primero, hasta 2012, afianzaremos en el mercado nacional y recuperaremos a nuestros clientes. Después, volveremos a salir al exterior", afirma Montañà. A finales de año esperan contratar a diez personas más.
Más lentos pero seguros, para evitar riesgos, por el momento los accionistas han optado por realizar una "fuerte capitalización para no depender directamente de los bancos". Aún así, la sociedad busca financiación para los proyectos que ya tienen en cartera para 2011, cuando calculan que facturarán unos cinco millones: "Bergadana podría ser mayor. Pero lo bueno es que continúa".
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