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Los equipos de rescate, afectados por las réplicas en Italia

Reuters

Por Silvia Aloisi y Antonella Cinelli

Una serie de réplicas interrumpió el jueves las tareas de rescate en el centro de Italia mientras revisaban por tercera noche consecutiva los escombros en busca de supervivientes del terremoto que el lunes causó 272 muertos.

Un temblor de magnitud 5,2 en la escala de Richter ocurrió a las 02.53 hora local (0053 hora GMT) según el Servicio Geológico de Estados Unidos, y afectó a la ciudad de L'Aquila y las localidades cercanas.

La réplica causó daño a los edificios, pero no hubo información inmediata de víctimas adicionales, pese a que también se pudo sentir en Roma, a unos 100 kilómetros al oeste.

Las réplicas han aterrorizado a muchos de los supervivientes y 17.000 de ellos debieron pasar otra noche invernal en tiendas de campaña, tras perder sus hogares.

Los equipos de rescate reconocen que la esperanza de encontrar a alguien más con vida bajo la ciudad devastada se reduce con cada hora que pasa.

"Esta ciudad ha sido aniquilada y no creo que volveremos de nuevo a esa casa, nuestra casa. Esta llena de fantasmas y miedo", dijo Claudio Gaudieri, de 53 años, sentado en un campamento de tiendas en L'Aquila.

Su esposa sollozaba hablando por teléfono, y Guadieri sostenía su mano.

"Perdimos todo", agregó el hombre.

La cifra de muertos aumentó a 272 personas después de que los equipos de rescate sacaran más cuerpos entre los escombros.

Para el viernes está previsto un funeral de Estado para las víctimas y que se declare día de luto nacional, aunque el miércoles ya comenzaron a realizarse los primeros servicios privados.

Al menos 16 niños, incluyendo un bebé de cinco meses, murieron en el terremoto del lunes, que tuvo una magnitud de entre 5,8 a 6,3.

Los equipos de rescate no han encontrado supervivientes en las últimas 24 horas. La última persona rescatada, una mujer de 20 años, fue sacada el martes de entre los escombros.

"Somos seres humanos, cómo la gente que aún está ahí debajo. Estamos haciendo todo lo posible", dijo un bombero, caminando entre los escombros del centro histórico.

"Pero es claro que después de 72 horas la esperanza se está desvaneciendo", agregó.

El ministro del Interior dijo que la búsqueda continuaría al menos hasta la Pascua de Resurrección.

"Mientras sepamos que hay gente bajo los escombros, seguiremos buscándolos, aún cuando estemos seguros de que estén muertos. Las familias necesitan saber qué ocurrió a sus seres amados", dijo un bombero.

El primer ministro. Silvio Berlusconi, que declaró estado de emergencia y envió miles de soldados al lugar, visitó el miércoles L'Aquila por tercer día. El presidente italiano, Giorgio Napolitano, tenía previsto llegar el jueves.

El daño estimado por aseguradoras para la economía italiana, ya afectada por la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, sería de entre 2.000 y 3.000 millones de euros.

Berlusconi dijo que 28.000 personas perdieron sus hogares, de ellas 17.000 ahora viven en tiendas y el resto en hoteles o con sus familiares.

Responsables han dicho que el seísmo tendrá un enorme impacto en una región que vive en gran parte del turismo, la agricultura y los negocios familiares.

Los supervivientes enfrentan una lúgubre Semana Santa La mayoría de las iglesias están dañadas y las personas se preparan para celebrar los actos religiosos en capillas improvisadas en las carpas.

El Gobierno y propietarios de hoteles ofrecieron refugio para quienes se quedaron sin hogar en edificios de la costa adriática.

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