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Los espías entran en campaña

Una fotografía del candidato del BNG Anxo Quintana y un constructor en un yate anima el debate electoral en Galicia

J. C. ORTIZ / M. J. GÜEMES

Anxo Quintana estaba ayer de cumpleaños. Y celebró su medio siglo de vida bailando en Santiago de Compostela al ritmo de Proxecto Treipa, un inquietante grupo de música tradicional, en un acto dirigido al electorado más joven. Y eso que el candidato nacionalista a la Presidencia de la Xunta no estaba para bailes. 'El PP está haciendo la campaña más sucia y rastrera que se recuerda en la historia política de este país', denunció Anxo Quintana tras acabar su exhibición de caderas.

El líder del BNG se refería así a las fotografías publicadas por tres medios de comunicación en la que aparece a bordo del yate del empresario Jacinto Rey, propietario de la constructora San José, en una imagen tomada el pasado verano. La fotografía apunta a la línea de flotación del electorado del BNG y del propio bipartito. Por un lado lo asocia al lujo y la ostentación, una cruzada en la que se halla embarcado el PP y cierta derecha mediática. Y, por otro, abre interrogantes sobre la adjudicación del concurso eólico convocado por la Consellería de Industria, en manos de los nacionalistas.

Jacinto Rey logró la mayor adjudicación individual en ese concurso y es el editor de Xornal de Galicia, un periódico nacido para posicionarse en el segmento nacionalista-progresista, que vio la luz con las elecciones en el horizonte.

Mentiras y paparazzi

Quintana no negó su encuentro con el empresario, sino que lo defendió. Desde su cargo de vicepresidente de la Xunta, dijo, habla con todo el mundo 'donde me lo piden y cuando me lo piden'. E invitó al candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, a mostrarle su álbum personal para que vea todas las personas con las que se ha reunido. Quintana resumió la campaña del PP: 'Mentiras, difamaciones y ahora también, paparazzi'.

Quienes salieron enseguida al trapo fueron los conservadores con su jefe de filas al frente, Mariano Rajoy: 'Hay que ser austeros. Menos coches, menos sillas de 2.300 euros, menos mesas y menos viajes en yate'. Se refería así a los gastos de la Xunta que han ido dándose a conocer durante toda la campaña y, de paso, a la polémica foto del vicepresidente. Rajoy no quería ayer hablar mucho de los negocios mezclados con política que afectan a su partido. Ni de los líos internos que le aguardan cuando llegue a Madrid. Pero si blasfemó de los de sus adversarios políticos y aseguró que el candidato del PP a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no tenía 'ni coche ni yate', pero era 'mucho mejor' que Touriño y Quintana.

Rajoy, en tono sarcástico, denunció además que los ejemplares de Abc, uno de los medios que difundió las fotografías, habían 'desaparecido' de Ourense, ciudad en la que ayer recaló para su mitin de campaña. '¿Quién los ha comprado? ¿Cómo es que no hay ninguno solo en toda la ciudad? ¿Alguien puede explicarlo? ¡Nooo!', gritó. 'Quien quiera verlo puede comprarlo si es que ya no lo han quitado de los comercios que eso nunca se sabe', insistió dejando caer que habían sido secuestrados.

Una de cal y otra de arena

Mientras, el socio de los nacionalistas y candidato a la reelección dio una de cal y otra de arena al BNG en una entrevista en la Cadena Ser. Emilio Pérez Touriño afirmó, por un lado, que el 'juego descalificador de tramas' del PP no tiene sentido y aseguró que las que se conocen hasta ahora están 'en Madrid y Valencia', en referencia a la operación Gürtel. Pero por otro, indicó que 'cada uno debe saber qué compañías elige y qué transportes utiliza', refiriéndose a la polémica imagen del yate. Touriño también ha sido víctima de denuncias sobre el lujo en el que supuestamente vive en su residencia oficial. 'Todo forma parte de una campaña del PP', sentenció.

El presidente de la Xunta recaló ayer tarde en la discoteca BOE, en Lugo, donde dio un mitin a 300 pensionistas con grupo de salsa incluido. Los asistentes escucharon lo que querían oír: las pensiones no se van a tocar. La comitiva de Touriño salió disparada hacia otro mitin en Burela. En la discoteca quedó el alcalde, Xosé Pérez Orozco, repartiendo bocadillitos del lacón y ajeno a tramas y fotografías. 'Cojan, cojan, que son sin colesterol', ofrecía a los ancianos. '¡Y aún queda empanada!', gritó. Así se ganan las elecciones.

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