Expertos lamentan la ocasión perdida de Bush para marcar su legado

Varios observadores y analistas políticos lamentaron la falta de contenido del discurso que pronunció anoche el presidente de EE.UU., George W. Bush, y señalaron que revela el triste legado que dejará cuando abandone la Casa Blanca.

"Tal y como ha gestionado la política exterior, la economía y los asuntos internos, creo que es el presidente de EE.UU. que más daño ha hecho al país en sus dos mandatos", aseguró hoy William Gale, el vicepresidente de la Brooking Institution, un centro de estudios de corte progresista.

Bush afrontó el discurso de anoche en su momento más bajo de popularidad (sólo un 30 por ciento) y aquejado por el peligro de recesión en la economía y por la incapacidad de sacar adelante iniciativas legales en el Congreso, bajo control demócrata.

En este contexto, todos los observadores destacan el deterioro que ha sufrido el país desde que hace siete años un entonces energético y ambicioso George W. Bush se subió a la tribuna de oradores para dar su visión del país.

Ahora la situación es distinta, pues "Estados Unidos está embarcado en dos guerras, la economía está virando hacia la recesión y el mundo civilizado sigue enfrentándose a cosas horribles, solo que ahora tiene mucha menos simpatía y respeto hacia los Estados Unidos", dice hoy The New York Times en un editorial.

El país esperaba anoche un presidente cargado de iniciativas, porque "aunque tenga al Congreso en contra, sigue siendo el presidente del país, y tiene la obligación moral y electoral de seguir cumpliendo su agenda", explicó el analista de la Brooking Institution.

Pero la realidad fue bien distinta. Su intervención estuvo cargada de comentarios repetitivos y a veces "surrealistas", especialmente cuando habló de los éxitos logrados en Irak, aseguró la experta en Oriente Medio Suzanne Maloney.

Además, a juicio de los analistas, el discurso careció de todo tipo de iniciativa, salvo el paquete de estímulo económico que, por otra parte, surgió de la campaña electoral y de los propios legisladores, no de la Casa Blanca.

"¿Cómo es posible que, con todos los problemas que tiene el país, no haya dicho nada nuevo?", se preguntó hoy, indignado, el analista William Gale.

Los observadores no han podido dar una respuesta, pero sí han extraído una conclusión. Esta falta de capacidad para resolver los problemas ha sido una constante en su presidencia y será la carga que llevará en su triste legado.

Los analistas recuerdan que cuando Bush inició su segundo mandato hizo dos grandes promesas al electorado: llevar a cabo la reforma legislativa migratoria y abordar una amplia reforma de la Seguridad Social.

La primera se ha visto sepultada por la falta de consenso político en el Congreso. La segunda nunca se ha llegado a plantear.

"Es una pena, una pérdida de tiempo. El discurso de ayer nos revela que Bush ha decidido no hacer nada para resolver la crisis de la economía, de la seguridad social, para atenuar los desequilibrios fiscales...", apuntó hoy el escritor y analista político Thomas Mann.

Para los analistas, aunque todavía le queda un año en el cargo, Bush ha tomado con una cierta anticipación una decisión que debería haber llegado más tarde, como es traspasar al próximo presidente de los Estados Unidos la iniciativa para resolver los problemas.

El paquete económico insuflará algo de estimulo al país, pero sólo de manera temporal. Los ciudadanos recibirán un cheque, una sola vez, para gastar en artículos de consumo. "Una vez gastado, se acabó el estímulo", dijo Gale.

Por ello, este plan es una medida de urgencia que no corregirá los desequilibrios del país, pero que le permitirá a Bush sortear la crisis hasta que otro presidente ocupe su silla.

Lo mismo ocurre con la guerra de Irak, apuntó Suzanne Maloney. "Bush ha logrado éxitos porque ha incrementado las tropas. Pero pasa como con la economía: cuando se acaba la inyección de recursos, se acaba el éxito".