Este artículo se publicó hace 15 años.
La extrema derecha se expande por Reino Unido
Mientras la Policía teme una cadena de atentados racistas, el líder del BNP participará en un debate en la BBC la próxima semana
La extrema derecha británica va a tener su sitio en la televisión pública la próxima semana cuando el líder del British National Party, Nick Griffin, participe en el programa de debate Question Time de la BBC. La opinión pública y los activistas de izquierdas están preocupados por el efecto que pueda tener la aparición de Griffin en pantalla. Hasta ahora el BNP se ha mantenido como el partido tabú de la política británica. Despreciado y denostado, ha estado agazapado en la sombra de los grandes partidos sin pena ni gloria. Pero el escándalo de las dietas de los parlamentarios británicos y la recesión económica lo colocaron en un lugar digno de análisis en las pasadas elecciones europeas. El BNP consiguió sus mejores resultados de la historia con un 6,3 % de los votos, lo que dio a Griffin un asiento en el Parlamento Europeo.
El auge de este partido xenófobo va de la mano con la aparición de los viejos fantasmas británicos. El pasado 6 de julio, Scotland Yard, alertaba de que los grupos de extrema derecha en el Reino Unido podrían estar programando una serie de atentados con bombas contra ciudadanos que "no parezcan británicos". El jefe de la Policía Metropolitana, Shaun Sawyer, aseguró en verano a los miembros de la comunidad islámica en Reino Unido que esa posibilidad es real. "Me temo que los extremistas puedan llevar a cabo algún tipo de atentado aparatoso contra una comunidad de nuestro país", dijo.
Detenciones en los últimos añosLas sospechas no son en vano. En los últimos años la Policía ha detenido a varios supremacistas blancos con material para fabricar explosivos. El caso de uno de ellos llama especialmente la atención. Robert Cottage, candidato del BNP, fue arrestado en 2008 en posesión del arsenal químico para fabricar artefactos "más grande" en la historia del Reino Unido. Este mismo verano, pocos días después del informe de Scotland Yard, Neil Lewington, de 43 años, era detenido en Reading, por almacenar en su casa material para fabricar bombas. Según los medios, Lewington era fan del supremacista norteamericano Timothy McVeigh, que llevó a acabo una serie de atentados racistas en Oklahoma, o David Copeland, el último representante de la historia negra del fascismo británico.
Los últimos atentados con tintes racistas tuvieron lugar hace una década en LondresCopeland organizó varios atentados en Londres hace ahora una década. Con tan solo 22 años, colocó tres bombas en Brixton, Brick Lane, y un pub gay en Old Compton Street, que acabaron con la vida de tres personas."Mis intenciones eran políticas. Quería empezar una guerra racial en este país. Así habría una reacción violenta contra las minorías y todos los blancos votarían al BNP", dijo.
Fascistas británicosEl fascismo británico fue liderado por Sir Oswald Mosley, jefe de la Unión de Fascistas, en la década de los 30. El Reino Unido entonces era testigo de las andanzas de las brigadas ultras que se dedicaban a atacar a los extranjeros en las calles de Londres. Brick Lane, calle mestiza por excelencia de la capital, sufrió en sus carnes las embestidas de los camisas negras. Refugio de judíos y asiáticos, los británicos blancos no veían con buenos ojos el florecimiento de sus negocios en el centro de Londres.
Tras la descomposición de la Unión de Fascistas surgieron nuevos partidos y el BNP, (creado en 1982) es hoy la amalgama de aquellos. Griffin ha recibido denuncias por utilizar la xenofobia y el racismo como arma política, pero en las filas del BNP hay personas que pasaron a la acción años antes. Tony Lecomber, que ha sido su mano derecha durante años, estuvo encarcelado en los 80 por planear un atentado contra la sede de un partido de izquierdas; Lambertus Nieuwhof, intentó volar una escuela mixta en Suráfrica en 1992.
La aparición de Griffin en la BBC es la confirmación de que los ultras se han instalado en la vida públicaA Griffin se le presenta una oportunidad única. La presencia del BNP en una plataforma como la BBC no sólo es un serio aviso de que las aspiraciones de la ultraderecha en el Reino Unido son firmes, sino una confirmación de que ya forman parte de la vida pública.
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