Este artículo se publicó hace 13 años.
Las familias serían demasiado optimistas ante un mal pronóstico
Por Amy Norton
Cuando las familiasreciben la noticia de que un ser querido en estado crítico nosobrevivirá, un pequeño estudio indica que tienden a pensar que,en realidad, las posibilidades son mejores que las que losmédicos anticipan.
"Siempre se tendió a atribuirlo a que los médicos noconversan (sobre el pronóstico) o las familias no comprenden loque les dicen los médicos", dijo el doctor Douglas B. White,autor principal del estudio.
Si así fuera, la solución sería relativamente sencilla: losmédicos podrían ser más claros al hablar, indicó White, profesorasociado de medicina de cuidados críticos del centro médico dela University of Pittsburgh.
Pero con su equipo comprobó que todo sería más complicado ysu último estudio publicado en Annals of Internal Medicine asílo demuestra.
Los autores les pidieron a 80 familiares de enfermoscríticos internados en una unidad de terapia intensiva (UTI) queinterpretaran varios pronósticos hipotéticos, que no estabanrelacionados con su ser querido.
En general, los participantes tendieron a interpretar lospronósticos buenos correctamente.
Pero si la mirada era más negativa, las familias tendían aasignarle un pronóstico más positivo. Cuando el pacientehipotético tenía un 50 por ciento de posibilidad de sobrevivir,cuatro de cada 10 participantes tendían a considerar que esaposibilidad era en realidad del 50-70 por ciento.
Y cuando la sobrevida era de apenas el 5 por ciento, dostercios de los participantes tenían una interpretación máspositiva.
"Si las familias pueden comprender correctamente un 90 porciento de posibilidad de sobrevida, también deberían podercomprender un 5 por ciento de posibilidad", dijo White.
Eso, agregó, indica que no se trata simplemente de que losfamiliares confundan lo que dice el médico.
Luego de entrevistar a 15 participantes, el equipo detectóun problema de confianza. "Hay algo de escepticismo ante lacapacidad de los médicos de predecir el futuro", indicó White.
Además, los familiares tendieron a pensar que aunque losmédicos puedan predecir la posibilidad de sobrevida, cualquierpaciente puede vencer esa posibilidad.
Claro que los médicos no pueden predecir el futuro concerteza y que algunas personas superan los riesgos.
Pero, según opinó White, lo que preocupa es esa miradasistemáticamente optimista y exagerada de los familiares que lesimpediría tomar las decisiones que desearía su ser querido. Elautor recordó que estudios previos habían sugerido que lainterpretación de un pronóstico altera las decisiones del finalde la vida, como el uso de soporte vital o RCP.
Existirían formar de lograr que las familias tengan unamirada más real.
A menudo, dijo el autor, los familiares necesitan tiempo. Demodo que, en lugar de tener una conversación, los médicos puedendarles tiempo para procesar la primera información y volver areunirse para conversar sobre el pronóstico.
Para White, "debería ser más de una conversación para quelos familiares puedan preguntar y expresar sus emociones".También sería útil que los médicos expliquen los fundamentos delpronóstico, en lugar de lanzar un porcentaje al aire.
Al mismo tiempo, "tenemos que saber que la precisión y lacerteza con la que los médicos pueden predecir el futuro sonlimitadas".
FUENTE: Annals of Internal Medicine, 6 de marzo del 2012.
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