Gobierno y Vaticano acercan posturas sobre el Valle de los Caídos

Definitivamente, el Gobierno se entiende mucho mejor con la Santa Sede que con la Iglesia española. Las continuas fricciones que sacuden las relaciones Iglesia-Ejecutivo en España, a cuenta del aborto, el matrimonio gay, la eutanasia o la memoria histórica se transforman en oportunidades de acuerdo cada vez que se da la oportunidad de avanzar en las relaciones bilaterales.

Gobierno y Santa Sede escenificaron ayer el "magnífico estado" de sus relaciones, según explicaron a Público fuentes vaticanas, después del almuerzo mantenido en Moncloa entre el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, y los ministros de Presidencia, Ramón Jáuregui, y Exteriores, Trinidad Jiménez, previo a la reunión entre el presidente Zapatero y Benedicto XVI en la Nunciatura. Tanto es así que el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, logró arrancar la "enorme comprensión" y la "máxima receptividad" para uno de los proyectos que, paradójicamente, más enojan al presidente de los obispos españoles, Antonio María Rouco Varela: la transformación del Valle de los Caídos en un lugar de "memoria reconciliada", que supere su imagen de símbolo "del bando franquista".

Ratzinger y el presidente abogan por la creación de un Estado palestino

Mantener a los monjes

Fuentes vaticanas confirman que Bertone ha visto con buenos ojos toda iniciativa que favorezca la convivencia, aunque considera que cualquier decisión tiene que tener en cuenta el actual estatus de los monjes, cuyo fin fundacional, recalcan fuentes eclesiales, fue "trabajar por la paz y la reconciliación" tras la guerra.

El futuro del Valle de los Caídos es objeto de estudio por parte de una comisión de expertos, de la que forma parte un religioso benedictino, Hilari Raguer, y de la que decidió ausentarse el arzobispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián, después de que la Conferencia Episcopal no estimara oportuno colaborar en la búsqueda de una solución común. La comisión habrá de elaborar un informe en octubre, antes de las elecciones generales, que se celebrarán del 20 de noviembre.

El papa y Zapatero hicieron una llamada a la ayuda a Somalia

En este sentido, según fuentes gubernamentales, la Santa Sede ha mostrado un clima de "entendimiento, cordialidad y colaboración", hasta el punto de que el Ejecutivo considera que su mediación ante las autoridades religiosas españolas puede resultar decisiva para conseguir que el Valle deje de ser un punto de división entrelos españoles. A cambio, el Gobierno se ha comprometido a no tocar los privilegios de los benedictinos de la abadía, e incluso se ha mostrado dispuesto a posponer el debate sobre el futuro emplazamiento de las tumbas del dictador Francisco Franco y del fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera.

Durante la comida, Jáuregui y Jiménez conversaron con Bertone sobre la actual situación de Euskadi y el papel de la Iglesia vasca en la resolución del conflicto. A su vez, el Gobierno ha recomendado al Vaticano "un diálogo directo" con el obispo de Lleida para que entregue los llamados "bienes de la franja" a Aragón.

En el ámbito internacional, ambas partes coincidieron en el apoyo al posible reconocimiento del Estado Palestino, así como en la "expectación" ante el posible cambio en Libia. A su vez, los representantes del Vaticano y el Gobierno español han manifestado sus coincidencias en la estrategia para favorecer la apertura democrática de Cuba, como ya están colaborando en el proceso de excarcelación de presos políticos cubanos.

Zapatero y el papa

Mientras tanto, a las cinco de la tarde, José Luis Rodríguez Zapatero visitaba al papa en la sede de la Nunciatura. Durante la media hora escasa que duró la conversación, el papa se sintió "encantado e impresionado" ante la acogida de los madrileños y el apoyo de las autoridades para el éxito de la JMJ. Zapatero y Ratzinger no hablaron del Valle de los Caídos, pero sí coincidieron en calificar de "intensas" las relaciones bilaterales entre España y la Santa Sede, según un comunicado de Moncloa, que recuerda cómo España es el país más visitado por el papa.

Dado que se trataba de una "visita de cortesía", según apuntó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, no se tocaron cuestiones relacionadas con la actualidad española en la media hora escasa que duró el encuentro. Sí se abordó, por ejemplo, la situación creada tras el reciente atentado en Noruega por parte de un joven ultra. En este sentido, amboscoincidieron en su preocupación "por el ascenso de una ideología xenófoba que atenta contra los valores de libertad religiosa y convivencia característicos de la sociedad europea".

También hablaron de la situación económica en Europa. En este sentido, Zapatero mostró el "compromiso firme de España" para "aplicar con eficacia las medidas de ajuste adoptadas, así como de trabajar por una mayor gobernanza económica europea y reforzar la coordinación internacional".

La hambruna

Uno de los aspectos que más preocuparon a ambos fue la terrible hambruna en el Cuerno de África, especialmente en lo referente a la malnutrición infantil. En este sentido, Benedicto XVI y Zapatero hicieron "un llamamiento a la comunidad internacional para que haga llegar cuanto antes la ayuda necesaria, así como a las autoridades responsables para que faciliten la distribución de dicha ayuda".

Zapatero y el papa también hablaron de las revueltas en el mundo árabe, con la mirada puesta en Libia. En este sentido, el presidente del Gobierno se mostró convencido de que "una sociedad árabe democrática es la mejor garantía para la libertad religiosa". En cuanto al conflicto en Oriente Próximo, Rodríguez Zapatero y Benedicto XVI han coincidido en que "la comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos ante la actual situación, ya que la única salida posible es la negociada diplomáticamente". Tanto España como la Santa Sede apoyan la creación de un Estado palestino.