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El hospital de Sant Pau, ejemplo de lucha contra los recortes en sanidad

AITOR LAGUNAS

El Hospital de Sant Pau de Barcelona, de carácter público-concertado, pasa por ser el hospital más rico de Catalunya, además de un icono del modernismo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde hace algunos años, además, es también el centro sanitario catalán más activo en las protestas contra los recortes y el primero que decidió movilizarse con encierros de sus trabajadores.

El último de ellos duró 36 días, los que van del 29 de noviembre de 2012 al pasado tres de enero. Aún hoy, en su entrada principal, siguen intactas las tiendas de campaña que durante todas las fiestas navideñas albergaron día y noche a muchos de sus trabajadores. Carteles, murales, mesas con recogidas de firmas -recortes por un lado, copago por el otro- convierten el hall en un pequeño museo indignado. En el comité de empresa no quieren ni oír hablar de retirar los bártulos. Es el símbolo de una lucha que sigue muy viva.Una lucha que no sirvió para cobrar la paga extra de Navidad -el detonante del encierro, como luego ocurrió en hasta diez centros más- pero que sí sentó las bases para que el sector sanitario catalán se decidiera a articular sus reivindicaciones de forma mucho más compacta.

Por eso, a propuesta del Hospital de Sant Pau y tras aprobar un manifiesto conjunto, el pasado 16 de enero se constituyó la Coordinadora laboral de centres sanitaris de Catalunya, una plataforma que agrupa a comités de empresa de 37 hospitales catalanes con la idea de llevar a cabo acciones conjuntas. Entre ellas, la movilización en Barcelona de este domingo, enmarcada en la primera marea blanca a nivel nacional.

Mañana tendrá lugar la primera marea blanca a nivel nacional

Maria José Lecha, miembro del comité de empresa del Hospital de Sant Pau y administrativa de consulta externa, reconoce que el movimiento en favor de la salud pública universal y de calidad en Catalunya debe recuperar la intensidad que sí emana la Comunidad de Madrid. 'Aquí la lucha empezó con mucha fuerza, ya desde verano de 2010, con los primeros recortes de CiU. Y no hay que ningunear los esfuerzos que hemos hecho. Pero ahora se encuentra en horas bajas'.

Un hecho que Lecha achaca directamente a la forma de actuar del Gobierno del Partido Popular en Madrid, con el mayor plan de privatizaciones impulsado en España, en contraposición con las actuaciones de CiU, en Catalunya, más graduales. 'En Madrid los gobernantes son muy bruscos, en Catalunya son más sibilinos', asevera. 'Aquí, además, ya hay mucho camino hecho. La sanidad concertada nos ha llevado a una gestión opaca, por eso ya no sorprenden algunas decisiones, proyectos o intenciones que leemos a diario'.

Trabajadores del centro denuncian la 'gestión opaca' de la sanidad concertada

Su reflexión se articula en torno al informe que sacó a la luz pública El País mediante el cual el consejero de Salud de la Generalitat, Boi Ruiz, estaría contemplando la posibilidad de privatizar 18 hospitales, ambulancias del SEM y laboratorios. A Lecha esta información no le impacta y recuerda que en el Hospital Clínic 'ya hace tiempo que circulan informes que apuntan a la privatización de algunas salas'.

Pero si de algún centro puede hablar con conocimiento de causa ese es el Hospital de Sant Pau, donde lleva trabajando desde 1975. 'Hace ya dos años que se cerraron dos salas que podrían abrirse por horas porque están preparadas, además de algunos quirófanos cerrados a cal y canto por la tarde. ¿La justificación? Falta de financiamiento, la crisis, el control de gasto...La realidad es otra. Están a la espera de abrir estas salas a la asistencia privada. Y este es el gran miedo de todos los hospitales. Que a largo plazo se quiera sacar beneficio económico de la salud de las personas', explica Lecha, que de entre los más de 30 días que pasó encerrada como protesta recuerda el de fin de año, con vecinos, restauradores de la zona y algunos pacientes solidarizándose con la causa y ofreciendo compañía, alimentos y provisiones.

'Hay menos camas, menos trabajadores, más listas de espera y más reingresos' 

Justamente a estos últimos dirige su mayor frustración: 'Ya no es cuestión de que nos recorten el sueldo. Es que hay menos camas, menos trabajadores eventuales, más listas de espera y muchos más reingresos. El personal médico trabaja con una sobrecarga, y la asistencia se resiente. Esto no lo decimos nosotros, lo dicen los pacientes'.

Otro miembro del comité, Rosa Maria Gallego, enfermera de hospitalización en el turno nocturno y miembro de la Associació Professional d'Infermeria Sant Pau, considera que 'hemos retrocedido 20 años' y que si la sanidad pública y concertada sigue manteniendo 'la calidad asistencial a sus pacientes' es fundamentalmente por el 'esfuerzo y trabajo de los profesionales'. 'Cuando te pones la bata te olvidas de la mala leche acumulada, del 5% de sueldo menos desde hace tres años, de las horas de más y las ayudas de menos. No podemos ocultar que ahora las intervenciones tardan más y las urgencias se colapsan por falta de camas pero que nadie dude de que somos profesionales', remacha.

El Hospital de Sant Pau, que ha sido rescatado por tres veces por la Generalitat a lo largo de su existencia, cuenta con un patrimonio tasado en más de 300 millones de euros. Sin embargo, es una fundación privada la que gestiona el dinero de CatSalut, mientras que las herencias, legados y donaciones computan automáticamente como patrimonio: Ajuntament de Barcelona, Iglesia y Generalitat no arrojan luz a la hora de saber cómo se distribuyen estos últimos ingresos.

Lo único certero es que los ajustes viajan hacia una sola dirección, algo que, según asegura una jubilada del centro que ayuda en tareas reivindicativas, se podría haber evitado con una mejor gestión de los gastos. 'Aquí ha habido cargos políticos en nómina sin estar trabajando en el hospital, recursos públicos mal utilizados... Ahora que no hay dinero es cuando descubren que el sistema falla', resalta.

Seis directivos del hospital están imputados por malversación de fondos

La imputación de seis directivos del Hospital de Sant Pau por presunta malversación de fondos, noticia que ha trascendido esta última semana, deja nuevamente indiferente al personal. 'Repiten una misma mentira: en este caso que la seguridad pública es deficitaria. No es verdad. Si es así, ¿por qué las privadas entran en el sector? De unos años hacia aquí, los números no se publican a propósito', recuerda Lecha.

Para Gallego, que este verano cumplirá 40 años en el Hospital de Sant Pau, 'la oleada de recortes ofrece dinero fácil al Govern. Pero a largo plazo estas medidas se demuestran contraproducentes. Lo que debería importar es ofrecer salud pero cuando había dinero los gestores públicos lo malgastaban sin tener en cuenta las opiniones de los profesionales del recinto. Todos estos gestores nunca asumirán responsabilidades. Si tuvieran que hacerlo, tal vez hubieran sido más prudentes'.

'Los recortes ofrecen dinero fácil al Govern que malgastó cuando sí había dinero', denuncia una enfermera

La paulatina privatización de la sanidad pública en Catalunya, acompañada de las intenciones de la Generalitat de volver a eliminar este año a los funcionarios una paga extra, sigue contabilizando nuevos capítulos. Un proceso que el sector sanitario observa con resignación y del que no quieren ser cómplices. La Coordinadora laboral de centres sanitaris de Catalunya se presentó el pasado miércoles en el Hospital de Sant Pau con la intención de 'no firmar ningún recorte que lesione la calidad del servicio público y los derechos de los trabajadores que representan'. Además de sumarse a la marea blanca nacional de este domingo, también informaron que el 23 de febrero volverán a manifestarse en las calles de Barcelona junto al sector educativo. A horas extra, no les gana nadie.

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