Este artículo se publicó hace 17 años.
El huracán "Gustav" pierde fuerza y baja a categoría uno tras impactar en Luisiana

El huracán "Gustav", que impactó hoy a Luisiana (EE.UU.), perdió más intensidad y bajó a categoría uno, la mínima en la escala de intensidad Saffir-Simpson de un máximo de cinco.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos informó de que los vientos de "Gustav" descendieron a 145 kilómetros por hora y pronosticó que continuará debilitándose a medida que se mueva en el oeste de Luisiana esta noche y sobre el este de Texas el martes.
"Gustav" tocó tierra como huracán de categoría dos con vientos de 175 kilómetros en la localidad costera de Cocodrie y la ciudad de Nueva Orleans se vio afectada por vientos huracanados de más de 120 kilómetros por hora.
Cocodrie tiene apenas 300 habitantes y su principal actividad se centra en la pesca y el turismo.
Muy cerca de esa localidad se encuentra una de las muchas refinerías de gas natural situadas en la costa que va de Texas a Alabama.
El ojo de "Gustav" se hallaba localizado a las 19.00 GMT cerca de la latitud 29,9 grados norte y longitud 91,5 grados oeste, a 55 kilómetros al sureste de Lafayette, en Luisiana.
Se desplazaba a 26 kilómetros por hora hacia el noroeste y en esta trayectoria se moverá hoy a lo largo del sur-centro de la costa de Luisiana, en ruta al oeste del estado.
Está vigente un aviso de huracán desde el este de Texas hasta la frontera entre Alabama y Misisipi, incluyendo Nueva Orleans y Lake Pontchartrain.
La fuerza del viento puede provocar oleajes de cerca de cinco metros de altura y el CNH advirtió también de la posibilidad de que se produzcan tornados en toda el área del Golfo de México.
Al igual que ocurrió hace tres años con el impacto del huracán "Katrina", la gran preocupación de las autoridades es si aguantarán los diques que protegen a Nueva Orleans de las crecidas del río Misisipi y de las marejadas.
Desde "Katrina", los diques fueron reforzados y el Cuerpo de Ingenieros de EE.UU. vigila hoy su comportamiento, y confía en que no se producirán inundaciones, dado que buena parte de Nueva Orleans se encuentra por debajo del nivel del mar.
Según las autoridades del estado de Luisiana, los diques son hoy más resistentes que hace tres años, pero todo el plan de fortalecimiento de los mismos no estará completado hasta el año 2011.
Hasta el momento se han invertido 12.000 millones de dólares y se ha completado un 20 por ciento de los trabajos previstos.
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