Público
Público

José Comas narra su lucha contra la enfermedad

Se publican Crónicas del linfoma, diario de este periodista fallecido en 2008

G. FOURMONT

Siempre existen grandes palabras para hablar de la muerte. Filósofos y escritores dejaron correr mucha tinta sobre lo que supuestamente nos espera después de la vida. No José Comas. Él era periodista, de los que vivieron toda su profesión en el terreno, de los que odiaron hablar en primera persona decía que iba en contra de sus principios. La primera persona sólo la uso una vez: cuando el cáncer se metió en el cuerpo de este asturiano fuerte como un roble.

Antiguo corresponsal de El País en Berlín, enfermo de cáncer desde 2004, el periodista publica ahora de forma póstuma Crónicas del linfoma (Rey Lear Editores), en las que narra su lucha contra la enfermedad. Comas falleció el 22 de marzo de 2008.

'Favila o fue un sabio o fue un loco o fue todo a la vez, pero se reveló contra la muerte', declaró ayer Ana Lorite para referirse a su difunto esposo en el homenaje que le rindió la Delegación del Principado de Asturias en Madrid. Para ella, Crónicas del linfoma es 'un libro sobre la esperanza'.

Cuando Comas se enteró de que estaba enfermo, se comprometió a tratar la enfermadad como si de una noticia de periódico se tratara: 'Afronto la situación con lo que defino como mentalidad periodística y la aplico al caso. Yo era un espectador y no me podía pasar nada. Por eso creo que nunca sentí miedo'. Se trata de textos escritos sobre la marcha, a lo largo de la enfermedad y los firma todos como si fueran crónicas: 'José Comas. Berlín'. Y la fecha del día.

Crónicas del linfoma es un relato, con sus grandes personajes, en el que el protagonista es, claro, el propio Comas, pero también habla de los médicos, de sus compañeros de habitación y de su piso de Berlín que todos conocía como 'el chabolo'. Y aunque la muerte siga siendo un tabú en la sociedad, describe su lucha tal y como era él: sin concesiones a la sutileza, de forma áspera, dura y difícil. El tono de sus textos es bélico. Lucha una guerra abierta contra la cáncer: habla de ataques químicos, de daños colaterales.

En el gremio, Comas no era sólo conocido por su mal genio y sus cambios de humor, sino también por su ética profesional y su humildad, y también de su sentido del humor, a veces políticamente incorrecto. Como recuerda el libro, en una ocasión, en una calle de Berlín, se enfrentó a un taxista que no paraba de pitar. Comas, cuando se enteró de que el conductor era turco, lanzó: '¡Vete a conducir a Anatolia!'. Ayer, su viuda confesó no soportar ese comportamiento por 'macarra' y recordó la ironía que caracterizaba a su esposo. Comas había prometido no rendirse porque 'soy hijo y nieto de asturianos'. Ayer, un gaiteru le tocó Asturias, patria querida.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias