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"Los jóvenes escriben novela negra por dinero"

La escritora sueca y su marido, Per Wahlöö, concibieron el género policiaco sueco

PAULA CORROTO

No se corta ni un pelo. Maj Sjö-wall (Estocolmo, 1935), la escritora que junto a su marido, Per Wahloo, puso los cimientos a la novela negra sueca, reconoce que no le gustan nada la nueva novela policiaca de su país. Para ella, que ayer participó en el Festival Getafe Negro, hay un hecho evidente: demasiada operación comercial detrás.

¿Se siente la madre de una generación de escritores?

Cuando miro hacia atrás, veo que sí. Esa clase de novela negra no existía hasta que nosotros empezamos. Pero pasados unos años, otros escritores han intentado emularnos porque han visto que las novelas negras podrían traducirse a otros países. Los jóvenes vieron que podían hacer dinero y utilizaron nuestros libros como una receta.

¡Así que sus libros se han convertido en un producto del capitalismo!

Sí, es verdad, pero nosotros no sacamos mucho dinero. Los que escriben hoy sí se han hecho muy ricos y a la vez fingen ser muy críticos con la sociedad. Sin embargo, la zanahoria que les guía es el dinero que pueden llegar a ganar.

¿No cree que la nueva hornada sea buena?

No me gusta este boom porque es un obstáculo para otros tipos de literatura. Hoy en día vas a una librería de Alemania y hay un epígrafe de novela negra sueca, pero no de ensayo sueco ni poesía sueca. Si la gente llegara a otros tipos de literatura a través de estos libros no estaría mal, pero no es así. Aborrezco este aspecto comercial de la novela negra sueca actual.

'El fenómeno Larsson es una operación de marketing masivo'

¿Cómo entiende el fenómeno de Stieg Larsson?

Para mí es como el cuento de Andersson El traje del emperador. El emperador va desnudo pero todo el mundo dice que lleva excelentes ropas excepto un niño. La gente lee lo que se les dice que tiene que leer. Lo que pasa es que ahora no lo llaman libros de evasión sino que te dicen que es literatura y que con eso te vas a enriquecer. Y no, es evasión y ya está.

¿Entonces no le gusta?

Lo que no me gusta es ese tipo de marketing tan masivo. Y no me gusta nada que la gente sea tan borrega.

Ustedes comenzaron su proyecto de diez libros con Rosseanna. ¿Por qué la escribieron?

'Las mujeres protagonistas actuales están masculinizadas'

Nuestra intención era cambiar el género. Hicimos la primera novela más sobre la Policía, pero la intención era observar a la sociedad y fortalecer su postura crítica a lo largo de diez libros porque nosotros veíamos que iba a peor.

Ustedes tenían unas ideas políticas muy fuertes. Fueron militantes comunistas. ¿Cree que ahora falta compromiso y por eso las novelas son más ligeras?

Sí, ahora no hay ese compromiso político. Los escritores se muestran críticos, pero con cosas que todo el mundo conoce: la hipoteca, las guarderías públicas..., pero eso no es una postura política.

Por cierto, ¿cómo trabajaban las novelas a cuatro manos?

Los dos teníamos la idea de hacer estas novelas y el estilo que tomamos fue el de Per. Lo discutíamos todo y cada uno escribía un capítulo.

Las nuevas novelas negras se han llenado de mujeres. ¿Cree que esto es un salto cualitativo?

No, porque son mujeres que están un poco masculinizadas. Ahora estoy traduciendo una novela de una mujer lesbiana ¡y se comporta como un hombre!.

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