Este artículo se publicó hace 18 años.
Llamada a la calma tras estallido de violencia en barrio conflictivo de París

Los llamamientos a la calma y a la responsabilidad se multiplicaron hoy tras el estallido de violencia en un barrio conflictivo de las afueras de París, poco más de dos años después de la ola de disturbios que asoló decenas de zonas urbanas periféricas de Francia durante tres semanas.
El detonante de los incendios y saqueos perpetrados por decenas de jóvenes durante la tarde y noche de ayer en Villiers-Le Bel, a unos 20 kilómetros al norte de París, y que se extendieron a localidades vecinas fue la muerte de dos adolescentes del barrio que iban en moto y colisionaron con un coche de la policía en un cruce.
Las dos víctimas, Moushin, de 15 años, y Larami, de 16 y al parecer de origen magrebí, circulaban sin casco en un dos ruedas tipo moto cross, que iba muy de prisa y en un cruce golpeó al coche de la policía, que circulaba sin sirena ni luces de intervención y cuyo parabrisas quedó hecho añicos y la parte delantera hundida.
La Justicia anunció hoy que ha encargado a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), la llamada "policía de las policías", una investigación por hechos de "homicidio involuntario y no asistencia a personas en peligro".
Los primeros elementos de la investigación de la IGPN parecen exonerar a los agentes: fue la moto la que no respetó la prioridad.
Las autopsias están programadas para hoy, al igual que un peritaje técnico de la moto y del coche, para poder determinar "las circunstancias exactas" del drama, indicó la Fiscalía.
Los adolescentes murieron in situ, pese a los masajes cardíacos de los servicios de urgencia ante decenas de personas, en un ambiente muy tenso.
Mientras circulaban versiones contradictorias sobre la colisión, habitantes del barrio reprocharon a los policías que no prestasen asistencia de inmediato a los dos jóvenes. "Un segundo equipo de policías vino a recuperar a sus colegas, pero dejó a los chavales sin hacer nada", dijo una mujer al diario "Le Monde".
Enseguida, empezó la violencia por parte de decenas de jóvenes del barrio, que incendiaron y saquearon comercios y dos comisarías (en Villiers-Le-Bel y una localidad cercana), paradas de autobús y cabinas telefónicas. Unos 30 coches fueron pasto de las llamas, además de numerosos cubos de basura.
Un comisario de una localidad vecina fue apaleado. Está hospitalizado, con 30 días de baja médica.
Pese al envío de numerosos refuerzos, equipados con chalecos antibalas y granadas lacrimógenas, a las fuerzas del orden les costó mucho controlar la situación, frente a grupos "muy móviles".
Una tensa calma volvió al barrio de madrugada, tras más de seis horas de violencia, que se saldaron con 25 policías y un bombero herido y nueve detenciones, según la Prefectura.
Es "Clichy bis", dijo el alcalde de una localidad vecina.
A finales de octubre de 2005, la muerte de dos adolescentes, electrocutados al refugiarse en un transformador eléctrico cuando se creían perseguidos por la policía en Clichy-sous-Bois (al norte de París), desató tres semanas de violencia en barrios conflictivos de la periferia de la capital y otras grandes ciudades de Francia.
"Da miedo", decía hoy una habitante de Villiers-Le-Bel, mientras otro teme que los disturbios se reanudaran esta noche.
La hermana de uno de los dos adolescentes muertos llamó a los jóvenes del barrio a calmarse: "de nada sirve, (la violencia) no devolverá la vida" a los muchachos, dijo en una emisora.
Pero el hermano de uno de los muertos afirmó que "no es la violencia sino la rabia la que se expresa".
La ministra de Interior, Michèle Alliot-Marie, llamó a todos a "la responsabilidad" y pidió que la investigación determine "plenamente" las circunstancias de la muerte de los dos muchachos, tras evocar "el dolor legítimo y la tristeza de las familias".
Dominique de Villepin, que era primer ministro durante la crisis de 2005, en la que se decretó el estado de emergencia, consideró esencial esclarecer el asunto "en cuestión de horas, no de semanas".
El opositor Partido Socialista reclamó una investigación "imparcial y rápida", y su líder, François Hollande, dijo que persiste "una crisis social profunda" en los barrios difíciles que exige "medidas sociales, educativas y republicanas".
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.