Este artículo se publicó hace 18 años.
Lledó: "La memoria no abre heridas, las abre el negarse a ver o sentir"

El filósofo Emilio Lledó que hoy recibe el Premio Lázaro Carreter en homenaje al autor de "El dardo en la palabra" descartó, en declaraciones a Efe, la expresión de que "la memoria abre viejas heridas", porque "lo que hace sangrar la realidad es no querer ver, ni pensar, ni experimentar, ni sentir".
"Un país que no tiene el valor de digerir su memoria, aunque duela, no sabe orientar su destino", ya que "los seres humanos somos memoria en el lenguaje", explica el filósofo y académico casi octogenario, convencido de que "la historia no se escribe con tiza, sino que se graba en el suelo de cada país".
Lledó aclara que "la obsesión por borrar el pasado colectivo y muchas veces individual puede ser una clave para justificar vilezas, maldades o crímenes del presente colectivo con la impunidad de saber que nunca nadie lo recordará", y eso es lo "mortal", puntualiza.
En sus palabras, "el lenguaje es memoria" y ésta "una especie de flor que renace continuamente en nuestra historia personal y colectiva", y por eso "olvidar equivale a morir".
El lingüista Lázaro Carreter se propuso llamar la atención sobre las palabras "tocarlas, herirlas, o hacerlas temblar", recuerda Lledó al recibir el premio (25.000 euros) que otorga en su homenaje la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
Y en ese afán porque las palabras puedan "soltar su verdadero sentido, lejos de frases hechas", él propone devolverles su carácter creativo y "recobrar el tesoro aglutinado en el lenguaje que es la experiencia de los seres humanos".
Con nuestra memoria histórica lo que ocurre, según Lledó, es que "hay aspectos dolorosos para ciertas personas que quisieran pasar la esponja sobre una pizarra en la que no se escribe con tiza, y es que nadie tiene derecho a borrar lo que pasó".
"Hubo violencia por las dos partes, pero más violencia en una de ellas que dominó y se apoderó del país, un hecho puramente objetivo. Es triste que nos cueste tanto asumirlo", dijo.
El interés de Lledó por el asunto de la memoria dio pie a una tesis doctoral titulada "Una filosofía de la memoria", pero él señala que no hace falta dar muchas vueltas para entender lo que significa levantarse por la mañana sin saber quiénes somos o quiénes hemos sido.
"La única clase de verdad que existe -subraya- es la búsqueda sincera, sin frases hechas, sin intereses, ni compromisos.., la búsqueda del conocimiento obligado. Y si cada uno tiene su verdad, ésta no lo es sin contrastarla con las verdades de los otros, contrapuestas".
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