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'Martyrs' inunda de sangre el Festival de Sitges

La película muestra con pelos y señales el proceso de martirio de una joven, humillada, golpeada y al final despellejada

EFE

 

Con el director francés Pascal Lauger y su segundo largometraje, Martyrs, proyectado este martes dentro de la sección competitiva Fantástico, ha llegado al Festival de Cine de Sitges el terror extremo y la polémica.

 

La película, que ya causó cierto revuelo en el último festival de Cannes, narra y muestra con pelos y señales el proceso de martirio de una joven, humillada, golpeada y al final despellejada. 

Tras asegurar que es un 'fan del cine de terror', Leiger ha dejado bien claro para aquellos que juzgan su película, que 'el cine de terror ha de tener siempre un punto de transgresión y provocación'.

Pretendía que ese tipo de cine transgresor llegara al gran público, porque 'hace años que las películas de terror las hacen los fans para los fans del género'.

Admite que Martyrs es una cinta genuinamente francesa, europea, que bebe en una cultura arraigada en su país: 'George Bataille y sus ideas sobre la necesidad del sufrimiento, unas ideas muy ligadas a la tradición católica, o también Foucault, que me ha influido tanto que lo conozco casi de memoria'.

Martyrs es también, añade su director, una 'reivindicación de un cine de terror europeo que no pretende emular las películas del género norteamericanas'.

Argumenta Laugier que 'no se incluyen escenas de agresión sexual porque 'no hay nada menos valiente que hacer aparecer el sexo en una película con la pornografía por todos los sitios'.

Laugier forma parte de una generación de jóvenes realizadores franceses que se han apuntado al terror extremo, como Alexandre Bustillo y Julien Maury con À l'intérieur, o Xavier Gens y su Frontière(s).

Laugier ha insistido  en su comparecencia ante público y prensa, tras la proyección, que él siempre estaba al lado de la chica martirizada y 'nunca con los miembros de la secta', los cuales, matiza, son 'profanos, pues no creen en la validez de los sistemas religiosos, y si creyeran en la Biblia no se preguntarían qué hay después de la muerte'.

En previsión de ataques de sectores progresistas, Laugier admite que 'Martyrs' es 'la película de una persona católica, educada en la tradición católica familiar, pero hoy no practico ni soy creyente'.

De todos modos, siguiendo esa tradición, 'la cuestión del sufrimiento es una cosa que me sorprendió mucho, esa idea de que Jesucristo había sufrido por mí'.

No quiso recrearse en las escenas en que la protagonista (una sensacional Myrlène Jampanöi) es despellejada, pero sí quiso mostrar los planos en que la chica es golpeada con absoluta brutalidad en ese proceso hacia su martirio.

Sobre la respuesta de las actrices, Laugier ha querido dejar claro que no practica el estilo de algunos directores, que 'las pegan y las humillan para que lloren', pues él prefiere 'trabajar mucho antes del rodaje para establecer mucha confianza'.

Laugier se confiesa un admirador de las películas de miedo que tratan el tema de 'la violencia como una diversión', pero en este caso no era su proyecto, asegura el director, quien pretendía que 'el público siguiera el proceso de martirización de la joven, casi al mismo ritmo que ella'.

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