Este artículo se publicó hace 15 años.
Masiva despedida en Argentina al ex presidente Raúl Alfonsín
Miles de argentinos desfilaban el miércoles por el Congreso para despedir al ex presidente Raúl Alfonsín, emblema del retorno de la democracia hace un cuarto de siglo, quien murió a los 82 años afectado por un cáncer de pulmón.
Su deceso, el martes por la noche, fue lamentado por jefes de Estado extranjeros y el arco político local. La televisión ocupaba prácticamente toda su programación con la ceremonia fúnebre del hombre cuyo Gobierno, entre 1983 y 1989, marcó el final de una larga saga de dictaduras militares.
Los restos de Alfonsín, que pese a su salida anticipada del poder en medio de un caos económico es reivindicado casi sin disidencias por su espíritu demócrata, son velados públicamente en un salón del Senado y con custodia de soldados. Allí estarán hasta la noche.
Gruesas columnas de ciudadanos hacían fila frente a las puertas del edificio del Congreso, que tenía la bandera a media asta, y las principales calles y avenidas de acceso permanecían cerradas para permitir el paso del cortejo fúnebre.
El Gobierno decretó tres días de duelo nacional.
Líderes políticos de su partido, la centrista Unión Cívica Radical, y de fuerzas rivales saludaron a familiares de Alfonsín, que falleció complicado por una neumonía.
Tras conocerse su fallecimiento, miles de personas se congregaron espontáneamente frente a su casa en Buenos Aires.
"Después de (l ex presidente) Hipólito (Yrigoyen), después de Perón, de Eva, el cuarto es él. No hay un quinto para el póker en la Argentina del siglo pasado. No hay, es una figura muy grande. Me parecía tan inmenso el personaje, con un carisma excepcional", dijo el ex mandatario Eduardo Duhalde.
DUELO TAMBIEN EN EL EXTRANJERO
Es reconocido por enfrentar en su mandato presiones de distintos sectores, especialmente de militares de la saliente dictadura en la que miles de personas fueron asesinadas.
Durante su Gobierno impulsó el juicio a militares, que permitió encarcelar a los líderes de la sangrienta dictadura. Luego, dos leyes de amnistía duramente criticadas permitieron que otros de menor rango evitaran enfrentarse a la Justicia.
También logró sellar la paz con Chile por cuestiones limítrofes, que casi llevaron a ambas naciones a la guerra.
Su Gobierno estuvo signado por alzamientos militares y huelgas nacionales de sindicatos mayormente en manos del Peronismo, y terminó cediendo en momentos en que la inflación y la pobreza se disparaban y el país entraba en el caos.
Paraguay también decretó tres días de duelo por la muerte de Alfonsín, abogado de profesión y padre de seis hijos; mientras que el mandatario uruguayo Tabaré Vázquez viajará a Argentina para las exequias.
"No solamente hemos perdido a un ex presidente sino a un amigo y un comprometido con la democracia y sobre todo un gran colaborador del pueblo paraguayo", dijo Federico Franco, vicepresidente de Paraguay en ejercicio de la presidencia.
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, envió un telegrama a la presidenta argentina, Cristina Fernández, donde lo calificó de "insigne político y un gran presidente, defensor de los derechos humanos que contribuyó, de manera decisiva, a la consolidación de la democracia".
La muerte de Alfonsín acaparó la portada de la prensa: Clarín lo llamó "símbolo de la democracia", para La Nación "fue el presidente que lideró la recuperación de la democracia" y el diario Crítica tituló "La democracia está de luto".
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