El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, rechazó hoy que tenga intereses privados en África y que entren en conflicto con su tarea pública, en respuesta a un libro que se acaba de editar en Francia.

"Grotesco y nauseabundo", dijo el ministro en relación con el contenido de un libro titulado "Le monde selon K." (El mundo según K.), del periodista y escritor Pierre Péan, quien afirma que Kouchner ejerció actividades lucrativas como consultor en sanidad en ese continente entre 2002 y 2007.

En una entrevista que publica en su sitio en internet el semanario "Le Nouvel Observateur", el jefe de la diplomacia francesa asegura que "siempre" ha actuado dentro de "la legalidad y la transparencia (...) Nunca he firmado un solo contrato con un Estado africano, nunca".

El ministro admite que ha sido "uno de los consultores de una empresa francesa (Imeda) en un ámbito que conozco: el de la medicina y la salud pública".

Kouchner es conocido por su tarea como ministro, anteriormente de Sanidad y ahora en la cartera de Exteriores, pero también por ser el fundador de la organización no gubernamental internacional Médicos sin Fronteras.

"¿Qué hay de raro en que un antiguo ministro de Sanidad, que desempeñó durante decenas de años misiones humanitarias para Médicos sin Fronteras -que recuerdo es Nobel de la Paz-, Médicos del Mundo y muchas otras sin cobrar un céntimo, redacte informes que permitan a los países africanos mejorar sus sistemas de salud", se pregunta el ministro.

"En tres años de trabajo, gané algo menos de 6.000 euros al mes después de pagar impuestos", añade Kouchner en su entrevista en el semanario, donde además rechaza los reproches que se le hacen en el libro por su política en relación con Serbia, Birmania y Ruanda.

El ministro afirma que el libro de Péan se explica por los "celos": "en algunos círculos no gusta el éxito. No el mío en particular, sino el de un hombre que sigue siendo popular fuera del Gobierno o dentro de él, ya sea de izquierdas o de derechas".

"Algunos círculos me detestan. ¿Cuáles? Seguramente los nostálgicos de los años 30 y 40 y todos los revisionistas, los de ayer y quienes, hoy, reescriben la historia del genocidio tutsi en Ruanda", afirma Kouchner. EFE