Este domingo 17 de noviembre está previsto que salga del puerto francés de Le Havre una parte de la historia de España que seguía en el exilio. Se trata del archivo más importante de los últimos años del gobierno republicano, el del último presidente del gobierno de la II República Española, el canario Juan Negrín. Llegará al puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria el 22 de noviembre. Han hecho falta 14 años de gestiones para que este viaje se haga realidad. Una paradoja es que los archivos se entregarán a su destinatario el 29 de noviembre en un acto que se celebrará en un muelle denominado con el nombre del dictador Primo de Rivera.
El historiador grancanario Sergio Millares, asesor histórico de la Fundación Juan Negrín, es uno de los protagonistas de esta historia: 'Yo veo los archivos en 1999. Todo empieza cuando la Fundación Negrín me llama y proponen irme a Niza un año a ver el archivo de Negrín por primera vez, inventariarlo, escanearlo... Yo tenía mi familia y todo aquí en Las Palmas, pero se trataba de una oportunidad excepcional'.
El archivo se lo lleva Juan Negrín hacia Valencia, después a Barcelona y finalmente con la caída de la II República, a Francia. Ante la inminencia de la ocupación nazi, el presidente de la República Española sale de Francia pero antes esconde celosamente la documentación consciente de que había mucha información de personas que el régimen de Hitler podría facilitar a Franco. Negrín vuelve a Francia en 1947, se reencuentra con su archivo y lo mantiene bajo su custodia hasta su muerte en 1956. Determinadas circunstancias llevan parte del archivo al sur de Francia, donde tenía su residencia su hijo, también médico, Juan Negrín. Lo siguiente nos lo cuenta Millares: 'Pepe Medina y Eligio Hernández [ex fiscal general del Estado con el gobierno de Felipe González], que era el abogado que le llevaba cosas de la herencia a este hijo, le convencen para que vaya a ver la documentación en nombre de la Fundación Negrín. Me iba enseñando esos documentos de la etapa de su padre como presidente del gobierno. Fue un momento de gran emoción. Llamo a Pepe Medina, presidente de la Fundación, y le digo 'acabo de tocar los documentos''.
Tras la muerte del hijo de Negrín, es su sobrina y nieta del presidente, Carmen Negrín, quien se hace cargo de toda la documentación. La Fundación Juan Negrín retoma las conversaciones y finalmente, en 2006, llegan al acuerdo de que todo el legado vaya a Las Palmas, se trata de un total de cerca de 200.000 documentos: 'Ha sido una batalla para que viniese a Las Palmas, el archivo ha tenido mucho novios: varias universidades de Francia, el historiador Gabriel Jackson también le quiso buscar un destino en los Estados Unidos, el archivo de Salamanca, la Fundación Pablo Iglesias, etc... Pero los que más hemos insistido hemos sido nosotros. Puede parecer extraño que venga aquí, tan lejos de Madrid. Pero nosotros queremos que esta ciudad se convierta en un centro de documentación de historia contemporánea, ¿por qué debería estar en Madrid o en otro sitio si Negrín era de Las Palmas?'
Uno de los asuntos más controvertidos con los que ha cargado la memoria de Negrín ha sido el destino del oro que la República envió a Moscú. Sergio Millares es contundente: 'El historiador Ángel Viñas ya demostró que la cuestión del oro estaba clara. La familia y un ex ministro republicano, Mariano Ansó, por indicación del propio Negrín, entregaron al consulado franquista de España en París una documentación que se archivó en el Banco de España y que lo aclara. Viñas la vio y lo explica en su libro El oro de Moscú (Grijalbo, 1979), está demostrado que todo el dinero se gastó en armas para defender la República, el papel de los rusos fue de mero intermediario para pagar según las órdenes que le daba el gobierno republicano. Lo que sí hay en la documentación que vamos a traer es un libro interesante de entrada y salida de dinero, de contabilidad, que habría que analizar con detalle'.
Según parece, lo que más destaca del archivo es la entrada y salida de documentos de presidencia del gobierno. Ahí se encuentran, entre muchas cosas más, peticiones de indulto o de clemencia que pueden ser de gran interés. El procedimiento era que a Negrín le llegan esas peticiones, él escribe sus anotaciones al margen y lo deriva al secretario quien lo pasa a limpio y lo cursa.
Millares nos adelanta alguna de la información desconocida que se encuentra en el archivo: 'En estos documentos es muy importante observar la posición de Negrín sobre la represión en la parte republicana, eso es muy interesante. Por ejemplo su reacción ante la noticia del fusilamiento de determinados derechistas en Barcelona. Desde Marsella le escribe un paisano canario, Rafael Guerra del Río, del Partido Radical, de Lerroux. Negrín escribe de su puño y letra una interrogación y se observa el lío que se montó por el intento de Negrín de buscar responsabilidades. Eso nos sirve para apreciar hasta qué punto los hechos represivos que pudieran apreciarse contra la derecha sucedían de forma autónoma al poder institucional republicano. Negrín tenía un sentido de la justicia tremendo, de ahí su obsesión por seguir los procedimientos formales y legales'.
Otra información muy valiosa es el borrador sobre sus memorias en el que estaba trabajando. Negrín está cansado de todas las acusaciones que circulan sobre él: si robo el oro, si estaba al servicio de la Unión Soviética, si era un enviado de Stalin, si era el responsable de la muerte de Andreu Nin, etc... Por ello a principios de los años cincuenta se decide a escribir sus memorias. Una parte de esas memorias que destaca Millares es sobre la muerte de Nin donde Negrín cuenta su enfrentamiento con el agente soviético Alexander Orlov, quien poco después huiría a Estados Unidos para evitar la purga estalinista que terminó con muchos de los rusos que estuvieron durante la Guerra Civil en España, como el corresponsal de Pravda, Mijaíl Koltsov. 'Orlov fue quien dirigió el operativo para asesinar a Andreu Nin, eso ya es conocido. En un monento determinado Negrín pregunta a los soviéticos qué ha pasado con Nin, aparece Orlov por el despacho e intenta convencerle de que Nin era un fascista aliado de Franco, un traidor en las filas republicanas le dice. Y le enseña unas supuestas pruebas: un escudo de la Falange que dicen que tenía, documentos etc... Le cuentan que efectivamente apresaron a Nin pero que lo rescataron unos falangistas y se fugó. Negrín le escucha respetuosamente y a continuación le dice: '... de vez en cuando he leído novelas detectivescas y la prueba que usted me somete es demasiado contundente para que me parezca verosímil'. Orlov se levanta airado diciendo que estaba insultando a la Unión Soviética, entonces Negrín le dice que salga de su despacho porque está hablando con el presidente del gobierno. Al poco tiempo viene el representante diplomático soviético, Sergei Marchenko, a pedir perdón a Negrín por ese incidente. Todo esto está en el archivo, de puño y letra de Negrín'.
El polémico Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia (RAH) presenta a el presidente Juan Negrín como 'prácticamente dictatorial', lo que despierta en Sergio Millares una dura respuesta: 'Mi opinión es que la Academia de la Historia es un cementerio de elefantes que hay que cerrar. Eso no sirve para nada. Le han dado protagonismo a la Fundación Francisco Franco y a historiadores que podemos calificar suavemente de revisionistas, por no decir franquistas o postfranquistas. Es una cosa vergonzosa, luego intentaron rectificar y le pidieron creo que a Ángel Viñas un texto más ecuánime, pero, claro, lo publicado es vergonzoso'.
En opinión de Millares, 'Negrín es la figura más vilipendiada de la República, con el agravante de que no tiene ni ha tenido tropa que le apoye de los infundios, tiene partidarios, pero de forma transversal en varios partidos y grupos'. Las acusaciones se vieron agudizadas por el asunto del Vita: 'En un momento determinado Negrín manda un barco a México, el Vita, con mucho dinero y riquezas para cubrir los gastos de los republicanos. Pero el enviado de Negrín llega un día tarde al puerto de Veracruz y, cuando llega el barco, los mexicanos al ver el contenido llaman a Indalecio Prieto, quien ve todo aquello y asume la responsabilidad de ese dinero que financió al exilio republicano en México y en Francia, el problema es que Indalecio lo distribuyó con criterios partidistas según los solicitantes fueran defensores o detractores de Negrín. Aquello debilitó y desautorizó mucho a Negrín, a quien le negaron su legitimidad de ser el presidente del gobierno en el exilio, eso está todo en la documentación. El negrinismo va disolviéndose, aunque tiene partidarios muy sólidos en el PSOE, pero la labor de zapa de Indalecio Prieto es brutal, por eso lo expulsan del PSOE'.
Los acontecimientos que siguieron a la guerra civil española también sirvieron para valorar en su justa medida la política de Negrín al frente del gobierno español: 'Cuando los aliados vencen descubren que tienen muchos resabios contra él alimentados por Indalecio Prieto. La Segunda Guerra Mundial demostró que la estrategia de unidad con la Unión Soviética que apoyó Negrín era la adecuada para combatir al fascismo. Esa idea se la criticaron los aliados en los años 38, 39 y 40, sobre todo cuando Stalin firma el pacto de no agresión con Hitler. Pero en 1944 se vio que tenía razón Negrín. Si él hubiese estado en las conversaciones con los aliados tras el fin de la Guerra Mundial hubiera sido muy diferente. Negrín tenía mucha relación con los americanos, se carteaba con la mujer del presidente, Eleanor Roosevelt, con De Gaulle, con Attle [primer ministro del Reino Unido], etc. Era la persona ideal para presionar y para que se reconociera al exilio español como interlocutor ante las instituciones internacionales en el momento peor del franquismo, en el 44-45'.
La pregunta que surge es inevitable. ¿Con Negrín se podía haber conseguido el apoyo internacional de los aliados tras las Segunda Guerra Mundial para derrocar a Franco? 'Con Negrín hubiera habido más posibilidades, si con Giral [José Giral, el sucesor de Negrín en la presidencia del gobierno de la República en el exilio, desde 1945 a1947] la posibilidad era de un 0,1 %, con Negrin a lo mejor hubiera sido del 10 %. Negrín se hubiera movido mejor en el mundo internacional, se manejaba como pez en el agua'.
La Fundación Negrín ya cuenta con un equipo que ha empezado a catalogar la documentación. Millares explica que 'el archivo estará al servicio de la investigación, cualquiera que lo desee se puede poner en contacto con la Fundación Negrín y acceder a ella en un futuro. Queremos que la Fundación Juan Negrín sea un centro de estudios contemporáneos, básicamente centrado en la figura de Negrin, pero no solamente. La idea es abarcar un amplio abanico que es el tiempo de Negrín. No debemos olvidar la faceta científica del doctor Negrín. Como médico fisiólogo es el eslabón entre la escuela de Ramón y Cajal y la de Severo Ochoa, dos premios Nobel. Ramón y Cajal lo adopta y él trae a Severo Ochoa, Severo Ochoa es impensable sin Negrín'.
El siguiente obstáculo al que se enfrentan en la Fundación Negrín es la necesidad de fondos para gestionar ese gran archivo, detrás de esta institución solo hay personas individuales que admiran el patrimonio de Negrín y quieren defenderlo y difundirlo, entre los que se encuentran los ya citados José Medina y Eligio Hernández, y el secretario, Antonio Aguado, que está desde el comienzo. 'Debemos buscar ayudas en el cabildo y otras instituciones canarias, esperamos que el gobierno central también sea sensible a la memoria de Negrín, el de Zapatero lo fue. Hemos logrado que la figura de Negrín sea aceptada y reconocida en la sociedad a pesar de todo lo que se la ha atacado, especialmente en el franquismo. Hay un hospital, el mas grande de las islas, que se llama Hospital Doctor Negrín, hay exposiciones, todos los grupos políticos están defendiendo su figura, toda la sociedad. A pesar de la mala situación económica nosotros hemos podido traer la documentación a Las Palmas, eso representa un gran paso'.
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