Este artículo se publicó hace 15 años.
Pobre niño obeso
El 25% de los niños españoles sufre sobrepeso. Los más afectados son los menores de las ciudades con rentas más bajas y cuyos padres tiene un escaso nivel de formación
Un niño se despierta y, tras desayunar, se dispone a ir a la escuela. Como todos los días, sus padres se dirigen al coche para llevarle al colegio, pero el pequeño se rebela. Lejos de la clásica negativa a ir a clase, el niño lanza una insólita petición: "Quiero ir andando". Es una historia que podría hacerse realidad, en varios municipios españoles, cuando se termine de poner en marcha uno de los proyectos del programa Thao Salud Infantil, el Thaobus.
Lo que se pretende con esta iniciativa, a la que se han apuntado ya 32 municipios españoles, es reducir la elevada tasa de obesidad infantil y hacerlo de la forma más eficaz: contando con la participación entusiasta de los propios niños, además de la de sus familias y profesores. Ayer se presentaron en Madrid los primeros resultados de la fase piloto del programa, la realizada en los primeros cinco municipios participantes: Aranjuez, Vi-llanueva de la Cañada (ambos en Madrid), San Juan de Aznalfarache (Sevilla), Sant Carles de la Ràpita (Tarragona) y Castelldefels (Barcelona), con una muestra de casi 9.000 niños de entre 3 y 12 años.
A la iniciativa se han apuntado 32 municipios españolesAunque algunas localidades llevan casi dos años involucradas en el programa, todavía no hay datos concretos sobre el impacto del proyecto, que incluye diversas actividades lúdicas y formativas que se enmarcarían en el programa de gobierno de cada ciudad. Pero para lo que sí ha servido este primer año es para hacer una radiografía del exceso de peso en los menores españoles.
Algunos de los datos presentados ayer, basados en el análisis de los primeros participantes, coincidían con los de otros estudios epidemiológicos: casi una cuarta parte de los niños españoles padece exceso de peso. Pero la principal novedad del análisis antropométrico estudio de la medición de los participantes en los municipios piloto fue que dicho sobrepeso no estaba, ni mucho menos, repartido por igual.
Pobre, inculto y en bloquesLos niños de las ciudades con rentas más bajas, cuyos padres tiene un escaso nivel cultural y formativo, y que viven en un modelo de ciudad vertical donde predominan las viviendas bajas frente a los bloques de varios pisos tienen una mayor tendencia a pesar más. En la misma línea, se observan grandes diferencias entre estudiantes en colegios privados, concertados y públicos, siendo estos últimos los más tendentes a engordar.
Así, de nuevo la pobreza vuelve a verse asociada a una mala salud, algo que los responsables del programa Thao que también ayer firmaron un acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición creen que no será un obstáculo a su iniciativa. Su director, Rafael Casas, señaló que Thao iniciales de Think Acting Obesity- es un programa municipal "adaptado a tiempos de crisis" y que, según sus cálculos, se pueden desarrollar iniciativas eficaces por el reducido coste de un euro por habitante al año.
La pobreza vuelve a verse asociada a una mala saludPero, ¿es realista predecir que unas cuantas actividades para las que hay que conseguir el apoyo, no sólo de los niños sino de todos los que les rodean padres, familiares y profesores,vayan a conseguir disminuir las alarmantes tasas de obesidad infantil?
La respuesta es afirmativa y está avalada por la ciencia. En febrero de este año, la revista New England Journal of Medicine publicaba un editorial sobre un ensayo clínico en el que se comparaban diferentes tipos de dieta para lograr una pérdida de peso sostenida. Su autor, el investigador de la Universidad VU de Amsterdam (Holanda), Martijn Katan, concluía afirmando que ningún régimen iba a lograr descensos de obesidad realmente sostenibles y que lo que verdaderamente hacía falta era "un cambio de paradigma".
Katan hablaba de un "programa poco resaltado" realizado en Francia, que había logrado reducir en una década de un 12% a un 8% la prevalencia de sobrepeso en dos municipios Fleurbaix y Laventie mientras que en los pueblos cercanos, donde no se había intervenido, la cifra se había disparado al 17%.
El programa, que alababa una de las revistas médicas más prestigiosas, se llama Epode y es el hermano mayor del Thao, tal y como resalta su director. "Empezaron por influir en la educación nutricional en la escuela y, a los pocos años, se vio que había que extenderla a la familia. Tiempo después, con todos los niños que detectaron que tenían sobrepeso diseñaron un programa de coaching telefónico, en el que expertos llamaban a las familias una vez al mes para proponerles objetivos asequibles; claro que se consiguió un descenso", subraya Casas.
Este paso será imitado por el programa español "a poca financiación que se consiga", añade; pero, hasta llegar a ello, quedan pasos por recorrer. Algunos suponen un cambio en la hoja de ruta inicialmente prevista y vienen motivados por estos primeros resultados y por las diferencias socioculturales en torno a la obesidad infantil.
"En estas esferas sociales, los mensajes llegan mejor si algo es mediático"En este sentido, los responsables del programa destacan que las personas con mayor nivel económico suelen entender mejor los mensajes nutricionales. Para aquellos para los que son menos accesibles, habrá que recurrir a otras tácticas. "En estas esferas sociales, los mensajes llegan mejor si algo es mediático", opina Casas. Y lo explica con el ejemplo concreto de uno de los primeros municipios participantes, San Juan de Aznalfarache. En esta ciudad dormitorio, con un nivel social medio-bajo, los niños reciben invitaciones para ver cómo entrenan o juegan los futbolistas del Sevilla: "El mensaje, si lo oyen de uno de estos deportistas, lo van a recordar durante muchos años".
Lo mismo ocurre con la población inmigrante. Aunque estos primeros resultados no han descrito diferencias de obesidad entre distintas poblaciones, es algo esperable, según otros trabajos. Por esta razón, el programa Thao diseñará iniciativas para educar a estos colectivos. También lo harán con familias de clase social baja que no tengan tiempo para hacer una lista de la compra variada, a las que se ofrecerán trucos para lograrlo.
La paciencia, eso sí, habrá de acompañar a estos gestores. Como dijo el presidente de la Fundación Thao, Henri García, "esperar muchos años es la única forma de cambiar los datos".
Del desayuno común a la guía deportivaTODO ES DE TEMPORADA
Las ciudades participantes en el programa Thao han desarrollado una estructura por temática. Así, durante los primeros seis meses, todas las actividades estaban dedicadas a la fruta y el siguiente semestre versaron sobre el agua. Los siguientes bloques hablarán de los alimentos farináceos (harinas) y de las verduras.
DESAYUNAR ENTRE TODOS
Para que los niños se conciencien de la importancia de desayunar, desde el programa se ha promovido una idea para que la primera comida del día se haga en las escuelas. Eso sí, los más pequeños no se limitarán a comer. El desayuno se diseña con los padres, que también participarán en esa comida.
CONSEJOS ESCRITOS POR NIÑOS
El comité de expertos del programa Thao desarrolló un decálogo de vida saludable pero, para conseguir que los niños lo interioricen, nada mejor que hacérselo reescribir. Un colegio de Villanueva de la Cañada, en Madrid, tradujo el documento a lenguaje infantil y así se pudo repartir al resto de los colegios.
ACTIVIDAD FÍSICA EN FAMILIA
Los responsables del programa van a editar una guía para realizar actividades físicas en familia los fines de semana. Se trata de evitar que los padres se vayan a jugar al fútbol con los amigos, por ejemplo, y las madres al gimnasio, también con sus amigas. Disfrutando del deporte en familia, será más fácil que los niños se conciencien de las virtudes del mismo.
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