Este artículo se publicó hace 12 años.
Un programa para adelgazar ayuda a los adolescentes
Por Kerry Grens
Un equipo de Australiaobtuvo efectos moderados con un programa prolongado y de bajaintensidad para que los adolescentes adelgacen, aunque unaversión que incluyó mensajes de texto y correos electrónicos nodio mejor resultado.
El equipo de Binh Nguyen, de la University of Sydney,incluyó a 151 adolescentes en un programa de 24 meses deduración llamado Loozit, con sesiones grupales para que losadolescentes y sus padres modifiquen las conductas.
A los 12 meses, el 40 por ciento de los adolescentes habíaperdido por lo menos el 5 por ciento de su masa corporal y uncuarto la redujo por lo menos un 10 por ciento, aunque lamayoría conservaba el sobrepeso.
A pesar de eso, Elissa Jelalian, de Brown University enProvidence, Rhode Island, dijo que los resultados sonpromisorios porque el programa fue menos intensivo que otrosenfoques y, aun así, ninguno había obtenido el mismo efecto.
Durante los dos primeros meses del Loozit, losparticipantes, de entre 13 y 16 años, participaron de sietesesiones grupales semanales orientadas a lograr hábitosalimentarios saludables, aumentar la actividad física, reducirel tiempo frente a una pantalla y mejorar la autoestima.
Además, dedicaron tiempo para hacer ejercicio y cocinarsaludablemente. Los padres también asistieron a sesionesgrupales semanales para modificar el estilo de vida.
Durante los 22 meses posteriores, los adolescentes y suspadres concurrieron a sesiones de refuerzo cada tres meses.
Los resultados, publicados en Archives of Pediatrics &Adolescent, sólo incluyen información de los primeros 12 mesesdel programa, que cumplieron 124 adolescentes.
La diferencia entre Loozit y otros programas es que losparticipantes concurren a 14 sesiones en dos años, comparado con20 en otros casos y que las reuniones se realizan en sitios dela comunidad y no en la escuela o los hospitales.
Además, el equipo les envió a la mitad de los participantesmensajes de textos, emails y los llamó por teléfono pararealizar un seguimiento y aconsejarlos durante el programa.
"Muchos van en esa dirección. Y tiene sentido porque losadolescentes viven conectados", consideró Jelalian, que noparticipó del estudio. "Desafortunadamente, eso no mejoró losresultados", agregó.
Luego de 12 meses, el equipo no halló diferencias entre losgrupos al evaluar los kilos perdidos, el nivel de colesterol, lasalud mental o la conducta.
"Es posible que (el contacto extra) haya sido demasiadodisperso y que para los participantes sea mejor un contacto másfrecuente e intensivo", opinó Nguyen por correo electrónico.
El equipo destaca ciertas diferencias positivas entre elpunto de partida y los logros de los adolescentes. En un año,sus niveles de colesterol y de triglicéridos disminuyeron,mientras que la autoestima, el rendimiento académico y atlético,y la aceptación social aumentaron.
En cuanto al peso, en realidad los participantes engordaron,pero esto no sorprende demasiado ya que durante el estudiocrecieron más de 2,5 centímetros de altura.
FUENTE: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine,febrero del 2012.
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