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Rescatar el arte del muro de Berlín

El pintor español Ignasi Blanch restaura la pintura que hace 20 años creó en uno de los trozos del muró de Berlín que quedó en pie

PATRICIA BAELO (EFE)

Ignasi Blanch, el artista que hace 20 años representó a España en el mural internacional de graffitis plasmado sobre una de las partes conservadas del Muro de Berlín, conocida como East Side Gallery, ha regresado a la capital alemana para volver a pintar Parlo d'Amor.

'Me siento realmente emocionado con la idea de volver, y pinto ahora con otro criterio, con ganas e ilusión', ha explicado Blanch en una entrevista con Efe.

Nacido en Roquetes (Tarragona) en 1963 y residente en Barcelona, este ilustrador de profesión mantiene una relación muy especial con East Side Gallery; 'es como si tuviera una pareja a lo lejos, vuelvo y mi trabajo sigue aquí 20 años más tarde', ha apuntado.

Con su 1,3 kilómetros de longitud, East Side Gallery es el mayor trozo de muro que queda aún en pie y está situado junto a la Estación del Este en el barrio oriental de Friedrichshain.

Tras la caída del Muro, la galerista escocesa Christine MacLean tomó la iniciativa de ceder ese espacio a pintores de distintas nacionalidades para que expresaran lo que sentían al respecto de ese hito histórico a modo de 'happening' o 'performance'.

Blanch estaba en Berlín el 9 de noviembre de 1989, cuando cayó el Muro: 'Fue algo increíble, salimos por la noche de casa corriendo para hacer fotos, una sensación rarísima, mezcla de lloro, gozo, y alegría, al presenciar una de esas ironías de la vida', dijo.

Llegó a Berlín por primera vez con 25 años, para estudiar y formarse en técnicas de grabado en el centro Künstlerhaus Bethanien, y acabó quedándose durante cuatro años más.

Así es como acabó entre los elegidos, mediante concurso público, para plasmar su visión en un fragmento de Muro; 'no me iba a presentar, porque no tenía ninguna confianza de que me eligieran, pero me animó un amigo'.

Su obra, Parlo d'Amor (Hablo de Amor), debe su título a la colección de litografías en que Blanch estaba trabajando entonces. De trazo fresco y ligero, un estilo que roza el expresionismo, y el empleo de grises, negros y ocres, representa los rostros de tres jóvenes algo lánguidos sobre un fondo con algún que otro corazón.

'Cuando lo pinté por primera vez, mi intención fue presentar mi trabajo, pero también reflejar mis inquietudes, las típicas de cualquiera a los veintipico; el amor y las dudas sobre qué hacer con tu futuro. Es una obra totalmente autobiográfica', insistió Blanch.

Aunque East Side Gallery fue restaurado por primera vez en 1996 y posteriormente también en el 2000, presentaba un estado deteriorado a causa de las marcas que ha ido dejando con el tiempo el turista desaprensivo y la dura climatología berlinesa.

Para Blanch, el hecho de que atenten contra su obra sí que resulta molesto desde el punto de vista emocional, por lo que propone que se coloque una barandilla delante para impedir que la gente se acerque fácilmente y pinte encima de los murales.

Estos días él y los más de cien artistas que participaron en el proyecto están ultimando detalles, con vistas a que el muro luzca como nuevo el próximo 9 de noviembre, fecha en que se conmemorará el vigésimo aniversario de la caída con un amplio programa de actividades.

El acto no está exento de polémica, ya que cinco de los pintores han reclamado, sin éxito, más dinero por repintar su trozo, al tiempo que las autoridades de Berlín y algunas empresas especulan con los terrenos contiguos a la East Side Gallery, explicó Blanch.

Un debate en el que no quiere entrar y que zanja con: 'Es poco serio como artista tratar de hacer merchandising de esto'.

Al margen de la controversia económica, confesó sentirse muy emocionado tras el reencuentro con sus compañeros en el proyecto. 'Muchos han cambiado, algunos ya no se dedican a la pintura, sino a otros campos de la creación como la música'.

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