El Gobierno ha conseguido lo que parecía un imposible en esta legislatura: desvelar dos secretos en una misma semana. A la sorpresa que causaron las medidas económicas anunciadas por Zapatero este martes, se unió ayer el nombramiento del nuevo secretario de Estado de Economía: José Manuel Campa.

El nombre de este ovetense de 45 años profesor hasta ahora de la escuela de negocios IESE, vinculada al Opus Dei no había sonado en las quinielas pese a su reconocida trayectoria. Quizá porque el perfil de Campa corresponde a priori con el envoltorio propio de un economista liberal más próximo a ideologías conservadoras.

Hace apenas un mes respaldó la petición de una reforma laboral realizada por un grupo de 100 economistas convocados por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA). En la propuesta, Campa apoya la sustitución de los actuales contratos por un modelo único que contemple una indemnización progresiva por despido. La reforma de la negociación colectiva y la prestación por desempleo son otras de las iniciativas que se recogen en el texto.

Sin embargo, el que debe ser la nueva mano derecha de la Ministra de Economía, Elena Salgado, ha sido un consejero habitual de la Oficina Económica de la Moncloa y es conocida su relación con Javier Vallés, actual director del equipo económico de Zapatero. Tanto Campa como Vallés han trabajado para el Banco de España (el primero de forma estable y el segundo como colaborador) y, según fuentes cercanas al organismo, su perfil encaja con el tipo de economistas del agrado del gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, también contó con sus consejos para la Oficina Económica de Moncloa.

Campa, casado con una estadounidense de familia acomodada y cuya boda mereció en su día una reseña en The New York Times, es muy amigo de Larry Summers, actual director del equipo económico de la Casa Blanca.

Summers y Campa coinciden en su formación ortodoxa en la afamada universidad de Harvard, donde se doctoraron con apenas 27 años. Campa ha trabajado en el ámbito público y privado, y destaca su papel como docente en la New York University y su labor como testigo en casos de arbitraje. Hace unas semanas hizo de perito independiente en el Caso Tabacalera, a petición del presidente de Telefónica, César Alierta, imputado en el caso, y también valoró el precio de las acciones de El Corte Inglés, en el contencioso que enfrentó a algunos miembros de la familia Areces con la empresa.

El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, dice de él que es 'superbrillante' y sus 13 páginas de currículum lo corroboran. Ahora deberá aplicar su dominio en finanzas para dirigir el posible saneamiento de los bancos españoles y sacar al país de la peor recesión de la historia.