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Santiago Carrillo, icono de la lucha contra Franco

Revolucionario desde los 19 años, fue militante socialista, primero, y dirigente comunista, después. Pasó 38 años en el exilio y fue una figura clave de la Transición española.

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Santiago Carrillo, fallecido este martes, fue secretario general del Partido Comunista de España (PCE) de 1960 a 1982, además de uno de los artífices de la Transición española y un firme defensor de la reconciliación nacional. Con la llegada de la democracia, compatibilizó su clara militancia republicana con su admiración por el rey, con quien mantuvo una excelente relación y al que defendió como motor de la Transición y del que ensalzó su labor en el 23-F.

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Hijo de un militante del PSOE y de UGT, nació en Gijón, el 18 de enero de 1915, aunque pronto se trasladó a Madrid con su familia. Militante de las Juventudes Socialistas desde 1928, tras la unificación de esta organización con las Juventudes Comunistas, en abril de 1936, fue elegido secretario general de la nueva formación. En julio de 1936 se afilió al Partido Comunista (PCE).

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A pesar de su juventud, tuvo un papel destacado en la vida política de Madrid tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, a la vez que escalaba puestos en el Partido. Como delegado de Orden Público y miembro de la Junta de Defensa de Madrid, desde el 6 de noviembre de 1936, le han responsabilizado de la matanza de militares sublevados en Paracuellos (Madrid) del 7 y 8 de ese mes, aunque Carrillo siempre defendió que fue obra de descontrolados.

En febrero de 1939 cruzó la frontera francesa y comenzó un exilio de 38 años, que le llevó a la Unión Soviética, EEUU, Argentina, México y Argelia, hasta que fijó su residencia en París. 'Delfín' de Dolores Ibárruri, La Pasionaria desde 1946, en el VI Congreso del PCE (1960) en el que ésta fue elegida presidenta, Carrillo fue elegido secretario general, cargo que ocupó hasta 1982. Fue partidario de la independencia política respecto a la URSS, postura que afianzó tras la invasión de Checoslovaquia en 1968 y defendió la autonomía de los países europeos para buscar su propio camino hacia el socialismo.

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Para España, desde 1956 propició una "política de reconciliación nacional", apoyando un pacto de todas las fuerzas "antifranquistas". En 1974 creó, con Rafael Calvo Serer, la Junta Democrática. Tras la muerte del dictador, usó distintas fórmulas de presión para conseguir la legalización del PCE, como la convocatoria de una rueda de prensa en Madrid el 10 de diciembre de 1976, que provocó su detención, el día 22 de ese mes, cuando portaba una peluca que le hizo famoso en toda España.

Fue elegido diputado en los primeros comicios democráticos de junio de 1977 y como representante comunista participó en los Pactos de la Moncloa. Reelegido diputado en 1979, en esta Legislatura vivió el golpe de Estado del 23-F y fue uno de los tres políticos, junto al presidente del Gobierno, Adolfo Suárez y al vicepresidente, general Gutiérrez Mellado, que permaneció en su escaño, desobedeciendo las órdenes del coronel Tejero.

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Tras una grave crisis interna, acentuada por la derrota sufrida en las generales de octubre de 1982, el 6 de noviembre de ese año presentó su dimisión con secretario general del PCE. En 1985 se separó definitivamente del mismo y creó un nuevo grupo político, Partido de los Trabajadores-Unidad Comunista, con el que acudió a las elecciones de 1986, aunque no obtuvo escaño.

Después de largas negociaciones, el 27 de octubre de 1991 firmó el ingreso de los miembros de esa formación en el PSOE, como una corriente interna bajo el nombre de "Unidad de Izquierda", aunque él quedó fuera, al considerar que "su larga historia de dirigente comunista" le daba "autoridad moral para sostener la posición de sus camaradas", pero le inhabilitaba para "desempeñar cualquier papel protagonista".

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Desde entonces, comenzó a dedicarse a escribir libros y artículos en los medios de comunicación y a dar conferencias y participar en tertulias radiofónicas. Recibió numerosos reconocimientos por su actuación durante la Transición, sobre todo a partir de 2005, fecha de su noventa cumpleaños, como la cena homenaje, ofrecida el 16 de marzo, a la que asistieron destacadas personalidades, entre ellas el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. El 20 de octubre de ese año fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid, aunque el acto se vio boicoteado por jóvenes de extrema derecha. El 17 de enero de 2008 fue galardonado por la Fundación Sabino Arana, por "su contribución en el restablecimiento de la democracia" en España tras la dictadura de Franco. En diciembre de 2008 le fue concedida la Medalla al Mérito del Trabajo.

Al margen de la política, Carrillo se consideraba periodista, profesión que comenzó a ejercer a los 16 años, como redactor de "El Socialista". En abril del 1994 fue elegido miembro de honor de la Agrupación de Periodistas de la UGT y en junio de 2005 fue homenajeado por la Asociación de la Prensa de Madrid. Autor de numerosos libros, en 1993 presentó sus Memorias y diez años después publicó La memoria en retazos. En 2008 publicó La crispación en España. De la Guerra Civil a nuestros días y Dolores Ibárruri. Pasionaria, una fuerza de la naturaleza. El 6 de abril de 2010 presentó Los viejos camaradas. El 18 de enero 2011, día en el que cumplía 96 años, presentó un nuevo libro La difícil reconciliación de los españoles. En esa obra, el exsecretario general del PCE lamentaba la "mentalidad medieval" que, a su juicio, aún tenía la Iglesia española.

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Un mes después participó en los actos de recuerdo del 23-F, al cumplirse el treinta aniversario de la intentona golpista. En 2008 pasó por el hospital en dos ocasiones por problemas cardiacos leves, en octubre de 2011 estuvo dos días ingresado por una infección urinaria y el 19 de abril de 2012 fue intervenido de apendicitis y permanceció hospitalizado hasta el 4 de mayo. De nuevo, el 17 julio, y por espacio de dos días, estuvo ingresado en un hospital de Madrid a causa de un problema de riego sanguíneo.

Estaba casado con Carmen Menéndez con quien tenía tres hijos: Santiago, Jorge y José. Este último fue elegido rector de la Universidad Complutense en abril de 2011.

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