Este artículo se publicó hace 14 años.
La soledad inasumida de Díaz Ferrán
"No me enroco en CEOE". El líder de la patronal ha presentado sus propuestas sin el apoyo de empresarios de peso
Gerardo Díaz Ferrán sigue proclamando a los cuatro vientos su "fortaleza" al frente de CEOE, pero cada vez más vive inmerso en un estado de soledad implícita frente a los empresarios que dice representar. La postura oficial de la patronal es que CEOE rechazó su dimisión y los consejeros avalan su continuidad, pero desde el colapso de Air Comet los empresarios han dejado de asistir a sus intervenciones públicas paulatinamente.
Sus peticiones como líder de CEOE evocan demasiado a las que necesitan sus negocios
Así ha ocurrido hoy en su intervención en el Foro Nueva Economía en el hotel Ritz en Madrid, donde la presencia de los pesos pesados de CEOE ha brillado por su ausencia. Tan sólo uno de los 21 vicepresidentes de CEOE, Gonzalo Pascual –su socio en Viajes Marsans-, ha acudido a su ponencia. "Nuestra unidad es más fuerte que nunca", se ha justificado Díaz Ferrán en su discurso, antes de que ningún periodista le cuestionara sobre este punto. Al otro lado no le escuchaban ni los sindicatos ni ningún miembro del Gobierno: a pesar de reconocerle como interlocutor válido mientras dure su mandato, tampoco han acudido a su ponencia en pleno Diálogo Social.
En CEOE hay un runrún: ¿cómo afectan sus fracasos a la organización?
Ahí radica el principal runrún que acompaña a sus intervenciones. En cómo está afectando su situación personal a CEOE y cómo se fusionan ambas realidades. Las peticiones que realiza al Gobierno como presidente de CEOE y las propuestas que eleva al Diálogo Social recuerdan demasiado a las medidas que necesita para salvar sus maltrechos negocios.
Hoy ha vuelto a pedir como representante de los empresarios que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ofrezca líneas de liquidez a las empresas que garantice el 100% de la morosidad, que avale la totalidad del riesgo; es decir, un reflejo de las ayudas del ICO que ha pedido para sus empresas desde hace meses y que le han sido rechazadas una vez tras otra.
No consigue separar ambas realidades profesionales. Detrás de cada paquete de propuestas se siente obligado a justificar sus fracasos empresariales. "Son medidas necesarias, muchos de nosotros hemos visto como los proyectos en los que hemos puesto nuestro dinero e ilusiones se han venido abajo", ha vuelto a confesarse en otro momento de su intervención.
"No necesito consejos, tengo suficiente experiencia"
"No estoy enrocado en CEOE, mis iguales me apoyan y lo estoy haciendo bien. No hace tanto que me han mostrado su apoyo por unanimidad". No puede evitar verse arrastrado por los rumores que dudan de su validez como interlocutor social, y por huir hacia delante ha acabado sacando pecho: "Sabemos muy bien lo que hacemos, nadie tiene que darme consejos porque tengo mucha experiencia en la gestión, desde que tenía 20 años". Fuera del Ritz una concentración de trabajadores de Air Comet que reclamaban sus salarios impagados y gritaban contra él no opinaba lo mismo.
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