Este artículo se publicó hace 15 años.
Sri Lanka canta victoria
El presidente del país ofrece la reconciliación a la incrédula minoría tamil
Las calles de Colombo, la capital de Sri Lanka, celebraban ayer el triunfo sobre la guerrilla tamil tras 26 años de guerra civil con fuegos artificiales, banderolas, danzas y furgonetas repletas de jóvenes gritando ¡Victoria!
El presidente del país, Mahinda Rajapaksa, había proclamado previamente esta misma victoria tanto tiempo anhelada en un discurso ante el Parlamento. "Hemos derrotado totalmente al terrorismo", anunció un Rajapaksa exultante.
La ciudad festejó al unísono la derrota de los rebeldes tamiles. La televisión estatal hablaba de "un país, una comunidad", carteles con el rostro del presidente cubrían paredes y vallas de la ciudad, y todos los vehículos portaban la bandera nacional, tal y como el Gobierno había pedido por SMS. En Wellawatte, un barrio tamil, la Policía había tenido que visitar algunas casas para recordar a sus residentes que colocaran la enseña.
"Hemos sido capaces de derrotar a una de los más abyectos grupos terroristas del mundo", dijo Rajapakse en referencia a los Tigres de Liberación de la Patria Tamil (LTTE), después de la muerte de su líder, Velupillai Prabhakaran, el día anterior.
El Gobierno se jacta del triunfo sobre un grupo terrorista "abyecto"Vestido con un atuendo tradicional y el sempiterno pañuelo rojo que sus enemigos políticos dibujan derramando sangre, Rajapakse pronunció parte de su discurso en lengua tamil, en un gesto conciliador hacia la minoría con la que la mayoritaria etnia cingalesa del país ha vivido un conflicto durante los últimos 50 años. "Tenemos que encontrar nuestra solución a este conflicto. Esa solución debe ser aceptable para todas las comunidades", afirmó el presidente ceilandés.
Pero hay muchos en la isla que consideran que esta alocución ante el Parlamento se trata tan sólo de palabras y que los 7.000 civiles muertos y los 13.000 heridos, según datos de la ONU, en la ofensiva militar que se recrudeció en enero no son un ejemplo de convivencia entre comunidades. Tampoco los 270.000 tamiles que se encuentran hacinados en campos para desplazados en unas condicionesterribles.
La Unión Europea ha exigido que se abra una investigación independiente para dilucidar si se han producido violaciones de los derechos humanos durante la guerra.
El miedo de los tamiles"Ganar la guerra militarmente no significa solucionar el conflicto", reflexiona el director del Centro para Alternativas Políticas, Paikiasothy Saravanamuttu. Muchos miembros de la minoría tamil, aunque no apoyaran al LTTE, sienten que la victoria militar del Gobierno puede incidir aún más en la discriminación que sufren.
Los tamiles temen que la victoria pueda aumentar la discriminación"A partir de ahora cada vez que reclamemos nuestros derechos nos recordarán la victoria militar. La mayoría cingalesa no quiere oír hablar de autonomía o de varios idiomas oficiales", explica una profesora tamil que no desea ser identificada por miedo a posibles represalias.
Nuestros políticos están divididos y vendidos al Gobierno. Nos gustaran o no, los Tigres eran los únicos capaces de forzar una salida", continúa esta ceilandesa.
La mayoría de los habitantes de Colombo no se perdía, en tantas reflexiones y compartía un denominador común: "Ha acabado la guerra". "Por fin se ha terminado el LTTE, los atentados y los controles de seguridad", señaló el conductor de rickshaw Dambikka, en referencia a los cientos de puestos de control militar que salpican la capital e interrumpen constantemente su pulso.
El futuro de los soldados que se habían unido al Ejército como medio de escapar del paro no parecía importar mucho a quienes celebraban la victoria.
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