Este artículo se publicó hace 15 años.
Testigos 'basura'
De los 19 que pasaron ante el Tribunal a petición de la defensa de Mainar, poco más de media docena tenía algo que aportar
En el mundo del baloncesto se denomina minutos basura a aquellos minutos del partido que se juegan ya sin tensión porque la victoria está decidida. Se podría prescindir de ellos, pero las normas obligan a jugar el partido hasta el final. Con algunos testigos de los juicios pasa a veces lo mismo.
Que declaren o canten la jota es indiferente, porque lo que tienen que decir no aporta datos relevantes a la vista ni sus testimonios serán tenidos en cuenta en la sentencia. La sexta jornada del juicio por el crimen de Fago ha sido una muestra de ello. De los 19 testigos que pasaron este lunes ante el Tribunal a petición de la defensa de Santiago Mainar, poco más de media docena tenían algo que aportar a la causa.
Así, pasó un vecino que reconoció que se había "alegrado" de la muerte del alcalde, aunque no de las "circunstancias". Por si quedaba alguna duda sobre su ‘talante', también ha dicho que "a veces puede no quedar otra" que dar una paliza a alguien, además de comparar a la víctima con Franco y Pinochet.
También pasó un ganadero de un pueblo vecino con muy mala memoria. Tan mala que no recordaba haber dicho lo que dijo ante la Guardia Civil sobre un supuesto complot para tender una trampa a Miguel Grima ni fue capaz de reconocer como suya la firma que aparecía en su acta de declaración.
Embutidos, lágrimas y empujonesTambién pasó una mujer que se limitó a recordar su propia habilidad para hacer embutidos. Un ganadero del vecino pueblo de Hecho que sólo recordaba que cuando fue interrogado por la Guardia Civil "me apretaron tanto que me hicieron llorar". Un francés de origen español que se limitó a recordar que denunció en cierta ocasión al alcalde por empujarle, pero que perdió el juicio.
Una vecina que estaba muy agradecida a la víctima porque hizo todo lo posible para que alguien llevara a sus hijas al colegio en un pueblo vecino. Una joven que vendió al día siguiente del crimen unos sacos de pienso para ganado a Mainar. Y un señor mayor que, muy nervioso, se limitó a contestar con monosílabos sobre todo lo que le preguntaban. Testigos basura, con perdón.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.