Este artículo se publicó hace 12 años.
¿Estamos dentro de un agujero negro?
Un físico de la Universidad de Indiana asegura que podríamos tener varios Universos superpuestos
Nikodem Poplawski, un físico teórico de la Universidad de Indiana (EEU), lleva años sosteniendo que nuestro Universo podría encontrarse dentro de un agujero negro. El físico, que pese a las críticas de algunos colegas ya ha publicado sus trabajos en la prestigiosa Physics Letters B, ha ideado un modelo, basado en un sistema de coordenadas Euclidiano, con el que podría explicar el origen de la inflación cósmica.
Según Poplawski, todos los agujeros negros podrían tener agujeros de gusano -también llamados ‘puentes Einstein-Rosen'- y éstos, albergar universos completos. Dicho de otro modo, nuestro Universo, tal y como lo conocemos, se encontraría dentro de un agujero negro que, a su vez, se encontraría en otro universo mayor. Estos puentes unirían diferentes regiones del espacio-tiempo, conectando agujeros negros con agujeros blancos o lo que es lo mismo, espacios de los que ningún objeto puede escapar por encontrarse en cuerpos supergravitatorios (los agujeros negros), frente a zonas donde nada puede penetrar.
El físico teórico considera que cada agujero negro produciría un nuevo UniversoPara entender su teoría, es preciso concebir el espacio-tiempo, no como un lienzo bidimensional, sino como una varilla flexible unidimensional. Así, doblar la varilla representaría la curva del espacio-tiempo, mientras que retorcerla sería la torsión del espacio-tiempo. El mecanismo de torsión actuaría como una fuerza repulsiva que contrarrestaría la fuerza de la gravedad atractiva que viene de la curvatura del espacio-tiempo.
En condiciones normales, la atracción gravitacional supera a las fuerzas de torsión repulsiva, propiciando el colapso de materia en pequeñas regiones del espacio. Sin embargo y de manera puntual, la torsión puede ser muy fuerte e impedir la compresión de la materia con densidad infinita; la materia alcanzaría un estado de grandeza extrema pero con densidad finita. Dado que la energía puede convertirse en materia, la enorme energía gravitacional en este estado de densidad extrema provocaría una generación intensa de partículas, incrementando significativamente la materia en el agujero negro y desembocando en un Big Bang.
El físico teórico considera que cada agujero negro produciría un nuevo Universo gracias a este mecanismo de torsión, capaz de descomponer la materia en electrones y quarks y la antimateria, en materia oscura. Así, esta misma torsión sería la fuente de la energía oscura que se extiende por el espacio e incrementa la tasa de expansión del Universo. Dicho de otro modo, en su opinión la expansión acelerada del Universo sería la evidencia más clara del fenómeno de la torsión.
En una línea de investigación similar, desde el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la astrónoma Débora Dultzin Kessler, asegura que en el centro de cada galaxia activa existe un agujero negro supermasivo, con una masa que puede ir desde un millón hasta 10.000 millones de veces la masa del Sol.
Nuevas incógnitasOtro de los argumentos con que Poplawski sostiene su teoría es el hecho de que cada universo hereda el eje de rotación del su agujero negro padre y las últimas investigaciones realizadas en más de 15.000 galaxias espirales revelan que no todas giran en el mismo sentido, unas lo hacen en el sentido de las agujas del reloj y otras a la inversa. Otros físicos teóricos que han trabajado en teorías similares, como Damien Easson de la Universidad de Arizona, hablan aún de especulación, pero se muestran entusiasmados con los avances expuestos por Poplawski. Otros, como Andreas Albrecht de la Universidad de California, califican de interesantes los nuevos hallazgos, pero rebajan su peso en la explicación de los orígenes del Universo pues en último extremo, sostienen, la creación se desplaza a una realidad alternativa pero aún ignoramos la procedencia del Universo padre en el que estaría el agujero negro en el que nos encontramos.
Así pues, la teoría alumbra nuevas incógnitas: ¿qué sabemos de nuestro universo padre y cuántos universos superpuestos tenemos encima de nosotros? ¿Cómo podemos probar que nuestro Universo se encuentra dentro de un agujero negro? Y lo que puede llegar a resultar más inquietante: del mismo modo que nosotros no podemos ver lo que pasa dentro de los agujeros negros, cualquier otro observador externo no podría saber qué sucede en el que alberga nuestro Universo.
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