Cuenta atrás para la misión de nueve científicas catalanas que vivirán en condiciones similares a las de Marte
Son biólogas, ingenieras, físicas y astrónomas que llevan dos años preparándose para la expedición a la Mars Desert Research Station. El objetivo es promover el conocimiento marciano mientras se crean referentes de mujeres científicas.
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
Falta poco más de mes y medio, como indica un flamante contador en su página web, para que las nueve científicas catalanas que forman parte de Hypatia I se embarquen en una misión hacia Marte. El destino no es el planeta rojo sino una estación en Utah, en Estados Unidos, que simula las condiciones espaciales y permite avanzar en la búsqueda para, algún día, poder ir a Marte de verdad e incluso poblarlo. Vivirán dos semanas en la estación y ya han empezado a entrenar físicamente para estar preparadas para las condiciones extremas que les esperan.
La expedición será en abril y durará dos semanas
Hace más de dos años que Laia Ribas, bióloga e investigadora del Instituto de Ciencias del Mar, y Neus Sabaté, física e investigadora ICREA en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona, se preparan para esta misión. Nunca habían imaginado participar en un proyecto que ven como una "oportunidad única" pero también con mucha "responsabilidad", explican a Público sentadas en la cafetería del Instituto de Ciencias del Mar.
Ninguna de las dos se dedicaba concretamente a la investigación espacial. Ribas estudia la reproducción de los peces y cómo interactúa este proceso con su sistema inmunitario, mientras Sabaté se ha especializado en el desarrollo de baterías biodegradables.
A raíz de los proyectos que habían desarrollado -Ribas participó en una investigación sobre cómo alimentar a una ciudad de un millón de habitantes en Marte-, Mariona Badenas, astrofísica, y Carla Conejo, bióloga y jefa de programas científicos de la Fundació Catalunya La Pedrera, les propusieron unirse a la misión por la que estaban reclutando a científicas punteras.
Nueve científicas y una decena de investigaciones
Las nueve participantes se dedican al campo de la ingeniería, la biología y la astronomía, además de la divulgación, y cada una de ellas llegará a la Mars Desert Research Station con su propio proyecto de investigación -o varios. Tendrán 15 días para poner en práctica los experimentos que llevan meses preparando.
Cada una tiene sus propios proyectos de investigación en el campo de la ingeniería, la biología y la astronomía
Ribas está estudiando los efectos de la gravedad -en Marte hay un 30% menos que en la Tierra- sobre el ADN de los peces. El objetivo es ver, por un lado, si se podrán reproducir en el planeta rojo, para alimentar a los humanos, y por otro, extrapolarlo a la genética humana, un 70% compartida con la especie de pez con el que trabaja. "Se trata de saber si podríamos vivir allí", dice mientras enseña los tanques de peces en distintos estadios del proceso reproductivo, en el sótano del Instituto de Ciencias del Mar.
La estación de Utah recrea "al máximo" las condiciones de Marte, por ejemplo la gravedad, la temperatura o la radiación, y también las de una estación espacial, con un espacio reducido, un uso limitado de agua, protocolos de entrada y salida y la comunicación por radio. "Se intenta preparar todo para si se va a Marte algún día", añade Ribas.
El experimento de Sabaté se centra en desarrollar baterías marcianas. Está trabajando en el diseño de pilas orgánicas con los materiales que se han encontrado allí, como el magnesio, el zinc o el manganeso, para que alimenten fuentes de energía como placas solares. "En Marte no hay oxígeno, por lo tanto un motor de combustión no funciona. Hay que pensar alternativas", explica.
Una de las claves de la misión es trabajar con los materiales y las condiciones que ya se sabe que existen en el planeta rojo. "Es importante que no nos lo llevemos todo de aquí, sino estudiarlo para poder reproducirlo allí", señala Sabaté. Si algún día se consigue llegar a Marte, la humanidad no podrá llevarse todo lo que necesita en unos cohetes que, por otra parte, aún no se han logrado diseñar para cumplir su objetivo con éxito.
Otros experimentos en los que trabajan las miembros del equipo son la creación de un sistema de GPS marciano, el estudio de los ritmos circadianos en el espacio o la observación del cielo desde Marte. La atmósfera más ligera del planeta rojo lo convierte en una oportunidad única para la astronomía. Las otras científicas que participan son la investigadora de la NASA Ariadna Farrés, la ingeniera de Airbus Cesca Cufí-Prat, la matemática Anna Bach y la estudiante de Física e Ingeniería Mecánica y Eléctrica Helena Arias.
La divulgación y las vocaciones científicas
Hypatia I es una misión para avanzar en la investigación espacial, pero también para visibilizar a las mujeres científicas y fomentar las vocaciones entre las niñas. "Para nosotras Hypatia también va a superar barreras", explica Ribas. Al fin y al cabo decidieron bautizar así la misión en homenaje a Hipatia de Alejandría, filósofa, matemática y astrónoma pionera de la antigua Grecia que abrió camino para las mujeres que vendrían detrás.
Sólo el 20% de investigadores que se dedican al campo espacial son mujeres
Actualmente, sólo el 20% de investigadores que se dedican al campo espacial son mujeres, así como el 11% de astronautas y el 7% de los humanos que han realizado caminatas por el espacio. Además, aunque hombres y mujeres estudian ya una carrera en la misma proporción, conforme van escalando en la carrera científica las mujeres se van quedando atrás y ocupan muchos menos puestos de liderazgo que ellos. "Para todo esto hay muchos motivos, pero uno muy importante es la falta de referentes, porque todos son masculinos", señala Ribas.
Por eso, Hypatia I se centra en la divulgación para "crear referentes cercanos" y que las niñas vean que también se pueden dedicar a ello. Estas nueve científicas están impulsando cuestiones pioneras más allá de la investigación, como la confección del primer traje de astronauta para mujeres.
Tanto Ribas como Sabaté explican haber vivido situaciones de machismo a lo largo de sus carreras y reconocen sesgos de género que antes no identificaban. "Hay cosas en las que se ha avanzado y ahora serían impensables", dice Sabaté. Sin embargo, Ribas cree que "falta mucha política dentro de la ciencia" y también la implicación de ellos: "Tienen que dar el paso por la igualdad".
La divulgación es el elemento central en torno al cual pivota el proyecto, por lo que, más allá de charlas, han impulsado un curso de astronautas para las criaturas y también están elaborando un juego de cartas. La misión a Marte contará también con la participación de la periodista Núria Jar, encargada de llevar un dietario sobre la expedición, escribir los informes diarios que requiere y también informar a la sociedad durante y después de la expedición.
"Queremos explicar la misión para que haya más, por eso nos hemos bautizado como 'Hypatia I'. ¡Queremos que haya muchas otras 'hipatias'!", concluyen ambas.
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