Este artículo se publicó hace 12 años.

Si un dinosaurio corre demasiado o sonríe, desconfía

548b834ad878b.jpg

Eva Rodríguez / Sinc

Publicidad
Publicidad
Ni corrían mucho, ni tenían expresión en su rostro
Publicidad
Cuatro traspiés clásicos del género
Publicidad
Publicidad
Del documental a la ficción
Publicidad
Las películas favoritas de los paleontólogos
Publicidad

Comentarios de nuestros suscriptores/as