Una expedición en Papúa-Nueva Guinea, financiada con fondos privados españoles, ha establecido contacto con una tribu indígena, compuesta por apenas una docena de individuos, que hasta ahora no había tenido contacto con el exterior. Según informa el diario de Las Palmas La Provincia, el empresario canario Antonio Cruz-Mayor financia esta expedición a la región de Kariwari Superior, cuya supervisión científica está a cargo de un equipo de la Universidad McGill de Toronto (Canadá).

En los últimos meses, los expedicionarios ultimaron los preparativos y descubrieron hasta 157 grutas y aleros rocosos sobre los acantilados de lo que fue una antigua franja litoral. La antropóloga Nancy Sullivan, residente en la isla desde hace 20 años, sugirió a los investigadores que explorasen una zona donde los nativos “probablemente nunca hubieran visto hombres blancos”.

El pasado 2 de mayo, Cruz-Mayor, de 68 años, se incorporó a la expedición destinada a recorrer la región señalada por Sullivan. La experta relató a La Provincia que la travesía sufrió de “no pocas penalidades” hasta dar con el emplazamiento donde viven los aborígenes. Allí Cruz-Mayor ha permanecido incomunicado durante más de 15 días en compañía del responsable científico del proyecto, Bassan Galhé. Según informó el empresario, la etnia es diferente a otras vecinas de su país y se caracteriza por sus “facciones más finas” y su baja estatura, que no llega al metro y medio.

Cruz-Mayor, según el rotativo canario, alertó de las amenazas a estas poblaciones por la creciente explotación de las riquezas madereras y minerales de estos ecosistemas.

La pasada semana, la ONG Survival International informaba del descubrimiento, en la selva amazónica, de una de las –según datos de la propia organización– aproximadamente 100 tribus indígenas que han permanecido sin contacto con el exterior.