Inteligencia artificial, ¿cosa de hombres?
Siete de cada diez usuarios de inteligencia artificial son varones, según un estudio reciente. También son ellos los que la programan, con un porcentaje de casi ocho programadores por cada dos programadoras.
La fiebre de la inteligencia artificial inspira toneladas de titulares, mueve miles de millones y ha calado de forma torrencial en los usuarios de a pie, sobre todo, desde la irrupción de los modelos generativos -algoritmos de deep learning que fabrican textos, imágenes, vídeos, conversaciones...– de fácil manejo y gratis –o muy baratos–.
Hoy en día, es difícil encontrar a algún internauta que no se haya asomado a la web de OpenAI a probar ChatGPT, un sistema de chat que reproduce el lenguaje natural y que, por cierto, según un informe que acaba de publicarse esta semana, en el último año, ha sido la aplicación de inteligencia artificial con mayor tráfico del mundo –con un 60.17% del total–, con 1.500 millones de usuarios.
Usuarios es la palabra correcta. Con o. Tanto en esta plataforma como en el resto de las que más visitas reciben –por orden, detrás de ChatGPT estarían character.ai, quillbot.com, midjourney.com, huggingface.co y bard.google.com–, la mayoría de personas que las utilizan son hombres. En concreto, siete de cada diez.
El citado estudio, que analizó las 50 herramientas de inteligencia artificial que más tráfico han registrado en internet entre noviembre de 2022 y agosto de 2023, apunta a que un 69.5% de los usuarios son varones.
¿Será que a las mujeres les atrae la IA menos que a los hombres?
Por el momento, las razones están abiertas a la especulación. ¿Es que a las damas no les interesa el machine learning? ¿No confían en la IA generativa para crear los textos, imágenes, vídeos que necesitan? ¿No quieren perder el tiempo hablando con un chatbot? ¿No tienen acceso a los medios digitales? ¿Será que son herramientas hechas por ellos y para ellos?
Lo que sí sabemos es que todos los grandes fabricantes de inteligencia artificial en los países occidentales llevan, al menos, una década tratando de combatir sesgos como el de género, que encasilla a las mujeres en ciertos roles y perpetúa la situación de desigualdad. A pesar de sus esfuerzos, sin embargo, la pobre IA no deja de cojear del mismo pie que la sociedad mundial.
Ceros y unos con prejuicios
Buscamos “labios” en Google imágenes y salen sinuosas bocas de femeninas. Pero si googleamos “biceps” los diez primeros resultados que escupe el algoritmo de búsqueda son fotos de varones. ¿Será que ellos no tienen labios y ellas no tienen músculo?
Es solo un ejemplo inocente de cómo los algoritmos que están detrás de casi todas las herramientas digitales que usamos a diario también tienen sus prejuicios. La explicación será compleja y multifactorial, pero podemos empezar a buscarla en el origen. ¿Quién escribe las instrucciones de la inteligencia artificial?
Varios estudios delatan que siete de cada diez programadores o investigadores en el área de IA son hombres. O, quizá, un poco más: de acuerdo con el último informe del instituto Human Centered Artificial Intelligence, en la Universidad de Standford, sobre el estado de la IA en 2023, el 78.8% de los doctorados en Informática son hombres.
Por su parte, Naciones Unidas asegura que las mujeres tienen un 25% menos de probabilidades de usar tecnología digital para funciones básicas, cuatro veces menos probabilidades de saber programar y 13 menos de firmar una patente de tecnología.
Asistentes y personas influyentes
Son conclusiones de un informe que la UNESCO tituló Me sonrojaría si pudiera –I´d Blush If I Could, por su título original en inglés–, haciendo alusión a la respuesta que Siri (el asistente virtual de Apple, con voz de mujer) solía dar cuando algún usuario humano la llamaba “puta” –“bitch” en inglés–. Más condescendiente y sumisa, imposible.
Parece que, por ahora, lo único que la inteligencia artificial tiene de femenino es el nombre. Además, claro, de las asistentes digitales impulsadas por modelos de lenguaje de deep learning, como Siri, Alexa y múltiples chatbots en todo el mundo. De acuerdo con un estudio de la Universidad Tecnológica de Lulea, en Suecia, el 62.5% de los sistemas de AI conversacional más populares son personajes femeninos.
Pero, cuando se trata de recrear personas importantes, sin embargo, a la IA solo le salen respuestas masculinas.
Al menos, eso es lo que “piensan” generadores de imágenes como Midjourney, que representa a hombres (blancos, por cierto) entre sus cuatro primeros resultados ante la instrucción de “persona influyente”. O Dall-e, que hace lo mismo cuando se le solicita que muestra una imagen para “CEO”, tal y como deja en evidencia el último informe de la Universidad de Standford.
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