Este artículo se publicó hace 14 años.
Se necesitan dos Tierras para mantener el consumo
El descenso de la biodiversidad, unido al aumento de la demanda de recursos, ha superado la capacidad regenerativa del planeta
De seguir el ritmo actual de degradación del medio ambiente y, en paralelo, el aumento de la demanda de recursos, la humanidad necesitaría dos planetas como la Tierra en 2030. En su nuevo informe Planeta Vivo, la organización ecologista WWF muestra cómo estos dos fenómenos, el descenso de la biodiversidad y el aumento de la huella ecológica, están provocando el colapso de la capacidad del planeta para recuperarse. "Sólo una apuesta por las energías renovables y un cambio drástico en la dieta alimenticia podrían cambiar este destino", aseguran desde WWF.
El informe, que se publica cada dos años y en el que colaboran la Sociedad Zoológica de Londres y la red Huella Global, analiza por un lado la salud de los diferentes ecosistemas y, por el otro, el uso que hacen los humanos del planeta para satisfacer sus necesidades. Por último, dibuja dos escenarios: el probable, si se sigue con la gestión actual, y el posible, si se reduce el impacto humano sobre el medio.
Desde 1970, año de la primera recogida de datos, el Índice de Planeta Vivo (IPV), que mide el estado de la biodiversidad, ha bajado en un 30%. Para obtenerlo, los ecologistas han analizado la situación de casi 8.000 poblaciones de 2.544 especies de vertebrados. Entre las razones de la destrucción de los ecosistemas, el informe señala la pérdida del hábitat, la sobreexplotación, la contaminación o la introducción de especies invasoras. En todas ellas se aprecia la mano del hombre.
Diferencias norte-surCuando se desagregan los datos por grandes zonas geográficas, puede verse cómo la biodiversidad del hemisferio norte no sólo no ha empeorado, sino que incluso, en la zona euroasiática, la salud de las especies ha mejorado en un 43%. Aunque la implantación de medidas de protección ha ayudado, la realidad es que, como explica el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, "los grandes cambios aquí se produjeron mucho antes de 1970". Pero el descenso dramático de la biodiversidad se está produciendo en el sur. En las zonas intertropicales, la bajada ha sido del 60%, en especial en el sureste asiático y la América tropical y sus mares.
El caso de estas dos últimas es el mejor ejemplo para relacionar el descenso de la biodiversidad con el aumento de la huella ecológica. Esta mide la demanda de la humanidad sobre la biosfera y la capacidad de esta para recuperarse. Aquí entran la tierra necesaria para dotar de comida, abrigo o infraestructuras para sostener la vida humana, el agua consumida y el espacio necesario para capturar el CO2 que todo esto emite.
El ser humano ya traspasó el umbral de equilibrio entre sus necesidades y la capacidad de recuperación del medio en 1970 y, desde entonces, la humanidad vive por encima de las posibilidades del planeta: hoy se necesitan 1,5 planetas para obtener sus recursos, que serán dos en 2030 si nada cambia y tres en 2050.
Aquí vuelven a aparecer las desigualdades. Si todos los habitantes del mundo consumieran lo que un ciudadano medio de EEUU, se necesitarían los recursos de 4,5 planetas como la Tierra. Si se ajustara a los consumos de India, sobraría la mitad del planeta.
La propuesta de WWF es doble. Por un lado, elevar hasta el 95% el total de las renovables en el mix energético. Pero, aunque las emisiones de carbono son la principal causa de la huella ecológica, "aún seguiríamos necesitando más de una Tierra", recuerda Del Olmo. La otra pata de su propuesta es cambiar la dieta. Teniendo en cuenta que la ONU estima que habrá 9.200 millones de personas en 2050, el modelo de consumo basado en los animales es insostenible. "Habrá que plantearse un reparto más equitativo de los recursos", dice Del Olmo.
La relación directa entre biodiversidad y huella ecológica¿Cómo se mide la biodiversidad?
Para establecer la salud medioambiental del planeta, el informe ha establecido un índice (de valor 1 en 1970). Como si fuera una bolsa de valores, se computan las fluctuaciones anuales de las distintas especies. El descenso de biodiversidad desde entonces ha sido del 30%.
¿Qué es la huella ecológica?
Mide el área de tierra biológicamente productiva y el agua necesaria para proporcionar los recursos renovables que la gente utiliza e incluye el espacio necesario para infraestructuras y la vegetación para absorber el dióxido de carbono (CO2). La huella ecológica de la humanidad se ha duplicado desde 1966.
¿Cómo se calcula la biocapacidad?
La biocapacidad de un país está determinada por dos factores: por un lado, el área de cultivos, tierras de pastoreo, zonas pesqueras y bosques; y, por otro, su nivel de productividad. Hay países poco desarrollados que, a pesar de su baja productividad, son ricos en recursos. Otros, como Australia, combinan desarrollo con alta disponibilidad.
¿Por qué crece el uso de recursos?
A más población, mayor huella ecológica. La ONU estima que, en 2050, habrá 9.200 millones de personas en el planeta, más del 50% en ciudades. El desarrollo actual de Brasil, China o India está provocando que el consumo de sus habitantes crezca, acercándose al de los occidentales. Estos son aún los responsables de un tercio de la huella global. La necesidad de nuevas tierras, agua para regarlas e infraestructuras conllevarán, en el modelo actual, más emisiones, y el desequilibrio entre biodiversidad y huella aumentará.
Tres Españas y media para los españoles71 Biocapacidad
España ocupa el puesto 71 (de una lista de 150 países) en el ranking de biocapacidad, que mide el área realmente disponible para producir recursos naturales y absorber CO2. Los países con mayor biocapacidad son Gabón, Bolivia y Canadá.
19 Huella ecológica
El proceso de desarrollo vivido en España en las últimas décadas ha provocado que su huella ecológica se doblara. Ahora ocupa el puesto 19, necesitando cada español una media de 5,4 hectáreas.
3,5 Recursos ajenos
Con el actual ritmo de consumo, los españoles están usando los recursos propios de 3,5 Españas. Buena parte de su huella ecológica no se nota aquí, sino en los países de donde se obtienen los recursos que utilizan.
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