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Nuevos pasos hacia una retina artificial que evite la ceguera

Los implantes experimentales prometen restaurar la visión perdida por degeneración macular, diabetes o retinitis pigmentosa

Neuronas cultivadas sobre nanocables optoelectrónicos.- UCSD

MALEN RUIZ DE ELVIRA

Al igual que sucedía antes con las cataratas, la pérdida de visión por degeneración de la retina no tiene tratamiento efectivo en la mayoría de los casos. En las cataratas se sustituye el cristalino por una lente artificial y el avance ha cambiado la vida a cientos de miles de personas. Lo mismo se intenta hacer desde hace años con la retina, el sensor que recoge lo que vemos, pero está resultando mucho más difícil. Dos nuevas prótesis, probadas en ratas durante meses, indican que el objetivo –una solución semipermanente y eficaz, sin cables ni elementos externos- está más cercano

Este tipo de prótesis serviría para restaurar la visión en los muy abundantes casos de ceguera degenerativa, que incluyen la degeneración macular asociada a la edad, la diabetes y la retinitis pigmentosa. En todos estos casos los fotorreceptores de la retina mueren y son incapaces de captar la luz, aunque las neuronas adyacentes, que es el siguiente paso en el proceso de la visión, permanecen intactas.

En el primero de los dos prototipos presentados recientemente, la nanotecnología combinada con la telemetría sin hilos da lugar a un dispositivo que imita la disposición de los fotorreceptores de la retina. Nanocables de silicio sensibles a la luz estimulan eléctricamente la retina y reciben energía y datos por wifi, en lo que se define como un interfaz neuronal con resolución y sensibilidad comparables a la de la retina humana. No es necesario un sensor de visión externo conectado por cables pero sí un pequeño emisor externo sin cables.

La investigación, realizada en la Universidad de California en San Diego y la empresas Nanovision Biosciences, se publica en Journal of Neural Engineering y por ahora se ha limitado a pruebas in vitro sobre retinas de rata.

Elementos de retina artificial, vistos al microscopio electrónico. –UCSD

Elementos de retina artificial, vistos al microscopio electrónico. –UCSD

El segundo prototipo es un diminuto implante fotovoltaico de materiales orgánicos (polímeros y seda) que funciona igualmente como interfaz, estimulando las neuronas de la retina cuando capta la luz. Este implante, que se sitúa bajo el epitelio de la retina, se ha probado en unas ratas que son un modelo animal de la retinitis pigmentosa y se ha comprobado la visión de los animales 30 días, seis meses y 10 meses después del implante. Las ratas recuperaron gran parte de la visión y las pruebas de imagen cerebral confirmaron que se había producido un aumento en la actividad de la corteza visual primaria, donde se procesa la información visual. “Es completamente orgánico, altamente biocompatible, funciona de manera autónoma y es fotosensible”, indican los investigadores sobre el implante, que han comprobado que no se degenera fácilmente. Parece el implante ideal, pero todavía queda mucho camino por recorrer.

Los científicos de Italia publican sus resultados en la revista Nature Materials. “Esperamos replicar en humanos los excelente resultados obtenidos en modelos animales”, dice Grazia Pertile, investigadora del hospital italiano Sacro Cuore Don Calabria . “Los primeros ensayos clínicos están previstos para el segundo semestre de este año”.

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