Este artículo se publicó hace 16 años.
Los percebes adaptan el tamaño de su pene a la fuerza del oleaje
El humilde aunque caro percebe es el animal con el pene de mayor tamaño relativo, ocho veces su propio cuerpo. Estos cirrípedos viven adheridos a un sustrato marino formando colonias permanentes, por lo que su largo órgano genital les permite alcanzar a sus congéneres y lograr la fecundación. Para facilitar las cópulas, son hermafroditas, alternando su sexo entre masculino y femenino.
Los biólogos marinos Christopher Neufeld y Richard Palmer, de la Universidad de Alberta (Canadá), se plantearon la posibilidad de que el pene largo fuese un problema para el percebe que habita cantiles con fuerte oleaje, ya que el órgano se podría enredar y lastimar contra las rocas. Ambos científicos conocían la habilidad del animal para adaptar el tamaño y forma de sus piernas –órganos con los que capta su alimento– en función del entorno. “Tomando unas cañas, se nos ocurrió que quizá podían cambiar también el tamaño y forma de su pene”, explica Neufeld.
Comparación de tallas
Inflándolos con jeringas hipodérmicas, los investigadores midieron los órganos sexuales de los percebes de puerto, que viven refugiados del oleaje, en comparación con los que habitan en aguas bravas sometidas al tráfago mareal. Descubrieron que los penes de éstos eran más chatos y gruesos.
Trasplantando ejemplares entre estos dos hábitats, los biólogos comprobaron que los cirrípedos adaptaban fácilmente su anatomía genital a las condiciones del entorno. “La larva del percebe puede establecerse en un ambiente muy diferente al que habitaban sus padres; por ello son capaces de manejar esta variabilidad cambiando sus piernas y penes”, apunta Neufeld. El estudio se publica en la revista Proceedings of the Royal Society B.
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