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Los pulpos usan la basura humana del mar para protegerse y reproducirse

Los cefalópodos que recurren a lo que les brinda la creciente contaminación marina, por la escasez de conchas de bivalvos y gasterópodos en muchas zonas por una demanda humana creciente.

Pulpos interactuando con la basura
Imágenes de pulpos interactuando con desechos como botellas, baterías e incluso vasos de plástico. MARINE POLLUTION BULLETIN.

Que un pulpo utilice un ánfora romana procedente de un naufragio para camuflarse y protegerse es algo conocido desde hace mucho, porque estos animales marinos tienen muchos recursos para reproducirse y sobrevivir. Que lo haga en una lata de cerveza, un trozo de cañería e incluso en un vaso de plástico u otro ejemplo de basura moderna se ha venido observando en los últimos años y cada vez más.

Un estudio que compila la información y las imágenes de cefalópodos que recurren a lo que les brinda la creciente contaminación marina ha encontrado que 24 especies al menos ya lo hacen, algunas de ellas a grandes profundidades. Los expertos de la Universidad Federal de Rio Grande, en Brasil, achacan este cambio en la revista Marine Pollution Bulletin no solo a la disponibilidad de los elementos desechados sino a la escasez de conchas de bivalvos y gasterópodos en muchas zonas por una demanda humana creciente.

Tradicionalmente los pulpos y otros cefalópodos que no disponen de rocas o corales en su hábitat utilizan las conchas como refugio y también para cubrirse con ellas mientras se desplazan por el fondo del mar para buscar refugio o cazar, andando sobre la punta de las patas. De la casa que escojan también depende su supervivencia como especie, ya que es allí donde las hembras ponen los huevos.

De las imágenes disponibles, la mayoría de los últimos tres años y tomadas por aficionados, se deduce que los pulpos interactúan con objetos de cristal en el 41,6% de los casos, mientras que lo hacen con plásticos en el 24,7%. También usan artes de pesca, omnipresentes en los mares, e incluso baterías, peluches y zapatos. Algunos desechos orgánicos, como las cáscaras de cocos o las prendas de ropa, también se consideran contaminación humana por haberse procesado el material original.

La posible ventaja para los pulpos de la presencia de basura en el mar, a falta de otras alternativas de refugio, puede convertirse en perjudicial y tener consecuencias indirectas, avisan los científicos. En los plásticos hay compuestos tóxicos, y todavía más en los neumáticos o baterías. Los objetos rotos de vidrio o de metal también pueden dañar físicamente a los animales. El vidrio es el material preferido seguramente porque, al ser más denso, está más presente en el fondo del mar que el plástico, y también porque su superficie lisa le hace más parecido a la de las conchas.

En un caso curioso, una nueva especie de pulpo pigmeo (Paroctopus ctchulu) descubierto en Brasil, en el estado de Rio de Janeiro concretamente, todos los animales identificados viven en las abundantes latas de cerveza procedentes del turismo que llegan al mar.

Los pulpos, cuya población en general parece estar aumentando con la subida de temperatura del agua del mar, se ven frecuentemente en busca de refugio, porque tienen que cambiar a medida que crecen. En su comportamiento natural cambiarían de uno a otro fácilmente, pero con los refugios artificiales la búsqueda se hace más difícil y están más tiempo a merced de los predadores, creen los científicos, dirigidos por Maíra C. Progetti.

Este comportamiento lo utilizan los pescadores para atrapar los pulpos en nasas de barro o de malla metálica, pero últimamente se están utilizando las hechas de plástico y pvc. Cuando se pierden, como es frecuente, en el mar se suman a la basura. Dicen los científicos que en aguas de Marruecos el 94% de los restos plásticos recogidos en 2017 correspondían a nasas para pulpos y abogan por las tradicionales de cerámica.

Todos estos datos y más que quedan por investigar plantean la posible contaminación de los pulpos sacados del mar y destinados al consumo humano, al igual que la de otras muchas especies marinas. El primer proyecto comercial de acuicultura de pulpos del mundo es el de Nueva Pescanova en Canarias, porque la demanda supera notablemente a la oferta. Tras muchos años de investigación se ha conseguido reproducir el ciclo completo del animal, lo que supone un hito notable, y se pretende empezar la producción el año que viene. Sin embargo, se producen críticas a las granjas de pulpos basándose en factores variados que no tienen que ver solo con su posible impacto ambiental sino con la naturaleza del animal. Pero mientras siga aumentando la contaminación marina el dilema entre la acuicultura y la pesca, aunque sea sostenible, se hará cada vez más notorio.

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