Este artículo se publicó hace 16 años.
¿Se colapsa Internet?
La proliferación de los contenidos de vídeo y la supuesta incapacidad de los sistemas para soportar el creciente tráfico reabre el debate sobre la Red de dos velocidades
Blanca Salvatierra
Una duda se plantea de forma cíclica entre los expertos y compañías que controlan el tráfico de la Red. ¿Estará Internet a punto de saturarse? Hace más de dos años, algunas empresas predecían un colapso a medio plazo. Ahora, la amenazante figura del colapso sigue siendo utilizada por los operadores, que alertan sobre un tráfico sin precedecentes por la creciente utilización del vídeo en la Red. Jim Ciccone, vicepresidente de AT&T -una de las mayores operadoras de EEUU- ha sido el último en dar la voz de alarma sobre los actuales sistemas. Según sus palabras, el vídeo on-line supondrá un 80% del total del tráfico de la Red en 2010. En ese momento, se alcanzará el límite de las redes.
El número de internautas se ha duplicado en los últimos cinco años, mientras que el tráfico se ha multiplicado por ocho. El director general de Weblogs SL y experto en Internet Julio Alonso prefiere quitar hierro al asunto y mantiene que, aunque es probable que la demanda aumente, también lo hará la capacidad de las redes y los mecanismos de compresión de datos.
El "potencial" de InternetEl elemento que subyace a este debate es un concepto llamado neutralidad de la Red y su posición contraria, la que Alonso define como "destruir el fantástico potencial de Internet como plataforma de distribución de nuevos servicios". Ante una posible saturación, varias operadoras pusieron sobre la mesa la posibilidad de que pagasen más los usuarios y los sitios web que más ancho de banda utilizasen. El razonamiento era que los operadores podrían recuperar parte de la inversión necesaria para el mantenimiento y mejora de sus redes. Y si esa opción no era aceptada, pasarían a administrar el tráfico.
El número de internautas se ha duplicado en cinco años. El tráfico se ha multiplicado por ochoCiccone destacó durante su conferencia que para solucionar la saturación se requiere una inversión de 130.000 millones de dólares y, si bien detalló que su empresa no bloqueará ningún tipo de tráfico, es la idea que regresa a la la cabeza de los internautas. Alonso, que se muestra escéptico ante un posible colapso, cree que los operadores invertirán en la medida en la que se produzca un retorno de la inversión. "Si no invierten, la red no se colapsará. Simplemente irá más despacio", añade.
Fuentes de Telefónica se muestran más cautas a la hora de hablar de una posible saturación. Las actuales redes de cobre tienen que sustituirse por las de fibra óptica, que permiten una mayor capacidad pero también suponen una inversión millonaria. Las encargadas de realizar la sustitución deben ser las operadoras que, según la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), después deben abrirlas a la competencia. Desde la CMT se insiste en esa migración, necesaria para el correcto funcionamiento de las redes, ya que el tráfico crece y es necesario dar a los usuarios los servicios que demandan.
El verdadero valor de la Red está en los servicios que se desarrollan sobre la conectividad y, para Alonso, "se trata de un pastel al que difícilmente acceden las operadoras". Los expertos se plantean si tiene sentido replantear la neutralidad de la Red, la Internet de dos velocidades cuando los fabricantes comienzan a eliminar las unidades ópticas de sus ordenadores portátiles en favor del auge de los contenidos de alta definición en Internet, una posición que se antoja contradictoria.
Patricia Fernández de Lis
Más de 1.350 millones de personas navegan por Internet para informarse, entretenerse o comunicarse. Y la única razón por la que lo hacen es porque la Red es neutral.
Es un problema complejo de resolver pero muy sencillo de entender. En Internet hay más de 100 millones de sitios web (periódicos, portales, buscadores, blogs, webs porno...). Los contenidos han crecido con exuberancia, casi sin límites, gracias a que la Red fue diseñada bajo un principio de neutralidad que significa que ninguna página (ni la de la todopoderosa Google, ni la de un adolescente en Facebook) es discriminada ni privilegiada en su acceso.
Las telecos quieren acabar con lo que creen una injusticia. Aseguran que, según crecen los contenidos, deben invertir en redes con mayor capacidad y, así, Google y el chaval de Facebook se beneficiarían de las inversiones que ellos realizan. Parece justo: quien quiera utilizar la autopista, que pague peaje.
Las compañías de telecomunicaciones olvidan algunas cosas. La primera es que sin una Red neutral no existiría esa exuberancia para compartir información, y sin ésta, no habría 1.350 millones de internautas que dejan ingresos mensuales muy suculentos en las arcas de AT&T o Telefónica. Muchas de estas compañías son, además, propietarias también de sitios web. Darles la capacidad de decidir quién tiene prioridad en Internet es dejar en manos del concesionario de la autopista, casualmente también fabricante de coches, la decisión de qué automóvil debe llegar primero a su destino.
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