Estamos acostumbrados a escuchar que Asturias es un "paraíso natural", lo cual es algo indudable y fácilmente comprobable en cuanto se accede a la región. Basta con asomarse a sus montañas, a sus valles y a su litoral para tener claro que Asturias es verde y natural, y goza de un clima privilegiado que atrae en verano a los que huyen de los calores más sofocantes en otros puntos de España.

Asturias es un vergel del que disfrutar en época estival y durante todo el año, pero la región es mucho más que un entorno natural privilegiado y cada rincón del Principado está salpicado de cultura, de lugares que nos transportan a otros tiempos y hablan muy bien del enorme patrimonio cultural de Asturias. Desde la prehistoria y los dinosaurios a la Asturias más actual pasando por el destacado legado que ha dejado la minería en la región. Estos son algunos de los encantos culturales e históricos de Asturias que merece mucho la pena conocer para empaparnos de la esencia del Principado.

Parque de la prehistoria, la huella imborrable del tiempo

La región alberga un buen número de muestras culturales de amplio arraigo histórico. En el concejo de Teverga podemos encontrar el Parque de la Prehistoria, que está situado a la entrada de la localidad de San Salvador de Alesga. Allí se concentra una representación de las cuevas más famosas de arte rupestre del mundo, que tienen su continuidad en otras poblaciones del litoral cantábrico. Este Parque de la Prehistoria dispone de dos zonas expositivas integradas en el en el paisaje natural, como son la galería y la llamada Cueva de cuevas. Este parque es, junto con el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), una parte destacada de los nuevos museos de Asturias.

Cinco cuevas impresionantes con arte rupestre

En Asturias existen, además, cinco cuevas declaradas Patrimonio de la Humanidad por los conjuntos de arte rupestre que contienen. Son las cuevas de Tito Bustillo, en Ribadesella; La Peña, en Candamo; Llonín, en Peñamellera Alta; Covaciella, en Cabrales; y El Pindal, en Ribadedeva. Todas ellas forman parte de una declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco conjuntamente con las cuevas cántabras y vascas que bajo el epígrafe "Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico del Norte de España", reconoce desde el 7 de julio de 2008 el inigualable legado cultural plasmado en las paredes. Estas cuevas permiten admirar formaciones geológicas que se han ido creando durante milenios, impresionantes estalactitas y estalagmitas que apenas crecer medio centímetro cada siglo.

MUJA, para conocer como nadie a los dinosaurios

Inaugurado el 31 de marzo de 2004, el pequeño Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) trata el paleontológico. Se encuentra en una zona costera aislada en San Telmo, entre las localidades de Colunga y Lastres, donde se han hallado numerosos vestigios de dinosaurios que habrían habitado la zona hace unos 150 millones de años, durante la última parte del Jurásico.

Bajo la forma de una gran huella de dinosaurio, este museo de apenas 18 años acoge una de las muestras más completas del mundo sobre estos extintos animales. El MUJA muestra cómo era la vida en la Tierra hasta la irrupción del ser humano y se ofrece información detallada sobre los dinosaurios.

Museo Arqueológico de Asturias, patrimonio asturiano

El Museo Arqueológico de Asturias tiene una larga tradición en el Principado, puesto que conserva la colección material del legado arqueológico de la región. Se encarga de conservar y difundir su amplio patrimonio asturiano. Fue inaugurado en 1845 con la creación de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos Artísticos de la Provincia de Oviedo, aunque fue creado oficialmente en 1944 y abierto al público en 1952. Es el museo arqueológico más importante de Asturias, con la colección más destacada en su género, que se amplía anualmente con depósitos de materiales procedentes de trabajos de prospección y excavación arqueológica y donaciones privadas.

Museo de Bellas Artes de Asturias, tres edificios y 15.000 obras

El Museo de Bellas Artes de Asturias fue inaugurado en mayo de 1980 y es seguramente el más importante del Principado. Ocupa tres grandes edificios en la ciudad de Oviedo, como son el Palacio de Velarde, la Casa de Oviedo-Portal y la ampliación en la Casa de Solís-Carbajal. Expone obras de Goya, El Greco, Picasso, Carreño Miranda o José de Ribera e incluso algunos retablos de pintura flamenca e italiana y de artistas contemporáneos. En total cuenta con casi 15.000 obras entre pintura, escultura, grabado y artes industriales, 800 de ellas expuestas de manera permanente. Descubrir este museo resulta muy gratificante y sorprendente a un tiempo, pero a buen seguro que no deja indiferente.

Museo de la Minería y la Industria de Asturias (MUMI), una mina a tu alcance

No podemos olvidarnos de la huella que la minería ha dejado en Asturias durante décadas, que sigue muy presente aunque la actividad minera se haya reducido considerablemente. En la localidad de El Entrego, municipio de San Martín del Rey Aurelio, se ubica el Museo de la Minería y la Industria de Asturias (MUMI). Fue inaugurado en marzo de 1994 tras ser construido sobre los terrenos de la escombrera de la popular Mina de San Vicente, en la zona de El Trabanquín, corazón de la cuenca de carbón del Nalón. El museo surgió por la necesidad de preservar los numerosos retos de las diferentes cuencas mineras asturianas, dado su abandono por entonces. Allí es posible visitar una mina con todas las comodidades, bajando hasta ella en un ascensor o jaula minera, toda una experiencia.

El legado del prerrománico asturiano, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo

En la falda sur del monte Naranco, a cuatro kilómetros del centro de la ciudad de Oviedo, encontramos los templos católicos prerrománicos de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. El primero fue ordenado construir en el año 842 por Ramiro I y su estilo artístico es el denominado ramirense. El complejo arquitectónico al que pertenecía Santa María, que no fue concebida como iglesia hasta el siglo XII, comprendía el cercano templo de San Miguel de Lillo. Santa María del Naranco fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1985, como San Miguel de Lillo, a doscientos cincuenta metros de Santa María. Esta iglesia prerrománica fue dedicada a San Miguel Arcángel y edificada el mismo año. Se trata de una interesante doble visita para conectar con el arte prerrománico asturiano a través de dos edificaciones excepcionalmente bien conservadas.

San Salvador de Valdediós, "el Conventín" del Principado

"El Conventín" es el nombre por el que se conoce popularmente a esta iglesia situada en el valle de Valdediós, en Villaviciosa, enclavada junto al no menos destacado Monasterio de Santa María de Valdediós. Se trata de un monumento representativo de la arquitectura asturiana posramirense. Es prerrománica pero ya anuncia en parte el estilo románico. La iglesia, construida en el siglo IX y dedicada a San Salvador en el año 892, es monumento Histórico-Artístico desde 1931. Este templo estuvo comunicado con el monasterio de Santa María mediante un pasadizo que fue derribado a mediados del siglo XIX.

Camino de Santiago en Los Hospitales, la ruta más especial y menos transitada

Tampoco podemos olvidarnos de lo que supone en Camino de Santiago a su paso por Asturias, donde se da una etapa mítica conocida como La Ruta de los Hospitales en el llamado Camino Primitivo. Esta etapa del camino tan especial y alejada de las carreteras principales suele estar muy poco transitada y ofrece poco aliento a los peregrinos. Quizás por ello la ruta esté un tanto olvidada por los promotores del camino, pero lo cierto es que en su día era el único paso de Borres hacia el Palo y Compostela. En esta ruta existían dos hospitales que prestaban servicio a los caminantes, de ahí su nombre, uno de los cuales aún cumplía su cometido a comienzos del siglo XX. Es un desvío del camino nombrado actualmente como Camino Primitivo, de Tineo a Allande, y comprende un itinerario cuanto menos digno de mención que nos permitirá conocer a fondo la Asturias más bella, genuina y alejada de las ciudades.

Camín de los Santuarios, a 1.300 años de la batalla de Covadonga

Este año la Consejería de Cultura, Política Lingüística y Turismo inaugura el Camín de los Santuarios, una nueva ruta que une Liébana y Oviedo, con la finalidad de conmemorar los 1.300 años trascurridos desde de la mítica batalla Covadonga, punto de partida para muchos de la Reconquista. Es un nuevo aliciente cultural y turístico para toda la zona que es fruto del trabajo conjunto de once ayuntamientos de la zona Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Cabrales, Onís, Cangas de Onís, Parres, Piloña, Nava, Noreña, Siero y Oviedo. A lo largo de sus casi 200 kilómetros de recorrido está repleto de actividades, como exposiciones, conciertos, encuentros científicos, conferencias, cursos o jornadas formativas. Supone adentrarse en la batalla del 722 y su legado, una nueva opción para visitar las tierras asturianas que, aunque prácticamente acaba de estrenarse, ya goza de amplia popularidad.

Centro Niemeyer, referencia de Avilés

El Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, o simplemente Centro Niemeyer, debe su nombre a que fue diseñado por el brasileño Óscar Niemeyer, Premio Príncipe de Asturias, en la que es una de sus pocas obras en Europa y la única en España. Está situado en Avilés, junto a la ría, y es una de las referencias culturales más destacadas de la ciudad. Contrasta con el casco antiguo de la villa y su zona más industrial gracias a sus líneas curvas y su predominante color blanco. Celebró el décimo aniversario de su apertura en marzo de 2021 con una serie de actos conmemorativos que se completarán a lo largo de este año.

Castro de Coaña, el primero digno de estudio

Al castro de Coaña también se le conoce como Castelón de Villacondide o simplemente Castilón. Se trata de un castro astur situado en la parroquia de Villacondide, en Coaña. Es muy relevante porque fue el primer castro estudiado. Actualmente goza de la protección como Monumento Histórico Artístico y dispone desde 1993 de un aula didáctica. Este particular castro data del siglo IV antes de Cristo o tal vez antes, durante la Edad del Hierro y posiblemente estuvo habitado hasta el siglo I, mucho después de la conquista romana. Fue excavado en 1877 por José María Flórez y restaurado tras la Guerra Civil. El castro forma parte del legado céltico de la zona cantábrica pese a que no tiene una relación directa con ellos, y es uno de los enclaves más visitados por los entusiastas de la Historia.