¿Qué es la rinitis?

La rinitis es una patología que afecta a la mucosa nasal produciendo uno o varios de los siguientes síntomas: estornudos, picores, obstrucción, secreciones nasales y hasta pérdida de olfato. Estos síntomas se presentan generalmente durante dos o más días consecutivos y a lo largo de más de una hora.
La rinitis es una de las principales causas de consulta en Alergología, pero hay que tener en cuenta que no siempre está causada por una alergia, sino que también existe y es muy frecuente la rinitis de causa no alérgica. Dentro de esta opción existe la rinitis de origen infeccioso, que es la forma más frecuente de todas, la rinitis vasomotora, de causa física por humedad o frío, la mecánica, por un cuerpo extraño, la rinitis por uso de medicamentos, hormonal, rinitis atrófica etc.
Rinitis alérgica
La Rinitis alérgica es la causa más frecuente de rinitis no infecciosa y está causada por la hipersensibilidad a partículas inhaladas a las que llamamos aeroalérgeno. Los aeroalérgenos más comunes son los pólenes, ácaros, hongos ambientales y epitelios de animales.
La presencia de pólenes variará según la zona geográfica y la época del año. En la zona centro, los pólenes más frecuentemente causantes de rinitis son los de las gramíneas y olivo en mayo-junio, el polen de ciprés sobre todo enero-febrero, o el plátano de sombra en abril.
Por otro lado, están los ácaros del polvo. Estos son arácnidos microscópicos que se encuentran sobre todo en viviendas y otros espacios cerrados. Abundan en ambientes con un determinado grado de humedad, más del 75%, y de temperatura, unos 15ºC. De hecho, en ambientes secos y en temperaturas extremas no suelen crecer.
Por su parte, los hongos ambientales producen esporas que se diseminan por el aire y pueden ser causa de alergia. Crecen en exterior, en zonas de acúmulos de hojas en descomposición (viveros, zonas boscosas), césped, heno, o en interiores (zonas húmedas en viviendas, sótanos, humidificadores, alimentos almacenados etc.). Es característico el empeoramiento de la rinitis por esporas de hongos los días de tormenta y viento, ya que se favorece la diseminación de las esporas.
En la rinitis alérgica, la duración de los síntomas dependerá del aeroalérgeno causante. Si se trata de pólenes, los síntomas pueden aparecer durante un tiempo más o menos prolongado que se repite cada año en la misma temporada. Por el contrario, en otros casos, la rinitis persistirá todo o gran parte del año como en el caso de los ácaros o por la presencia de animales en el domicilio.
En ocasiones es difícil diferenciar si se trata de una rinitis alérgica o de un resfriado común. La principal diferencia es que en la rinitis alérgica habrá más picor nasal, se asociará con mucha frecuencia a conjuntivitis y también picor en paladar, la mucosidad suele ser muy líquida y los estornudos más frecuentes.
Diagnóstico de la rinitis
Para obtener un buen diagnóstico es necesario interrogar sobre las características de la rinitis, si hay picor, estornudos, conjuntivitis asociada, características de la mucosidad o presencia de otros síntomas como fiebre. También es relevante saber cuándo se producen los síntomas, su duración, si se repiten en una determinada época del año, si hay presencia de animales en el domicilio o en el entorno y cuáles son las características de la vivienda.
Para identificar la causa de alergia, su alergólogo realizará una serie de pruebas en la piel, llamadas prick test, con extractos de los distintos aeroalérgenos sospechosos, como pólenes, ácaros, hongos o animales, y una determinación de anticuerpos específicos en sangre (IgE).
Tratamiento de la rinitis
En cuanto al tratamiento de la rinitis alérgica, si su causa es evitable, aconsejaremos medidas en este sentido, como evitar el contacto con animales si son los causantes, medidas de limpieza para evitar el crecimiento de ácaros, etc. Además de tratar los síntomas con antihistamínicos orales o en spray nasal, en combinación con antiinflamatorios nasales.
También, y a parte del tratamiento farmacológico de los síntomas, su alergólogo deberá valorar la posibilidad de administrar una vacuna específica, que persigue "curar" la alergia.
