Tos que dura un mes: ¿es solo un resfriado o algo más serio?

Dr. Carlos Agustí García-Navarro
Especialista en Neumología del Centre Mèdic l’Eixample Sagrat Cor de Barcelona
Si la tos persiste más de ocho semanas después de haber superado una infección respiratoria es recomendable realizar una evaluación médica para descartar otras causas, como asma, reflujo gastroesofágico, o efectos secundarios de algunos medicamentos. También es importante acudir al especialista si la tos va acompañada de otros síntomas como la fiebre, la pérdida de peso, el dolor torácico, la dificultad para respirar, o sangre en el esputo.
Y es que la tos persistente es uno de los motivos más frecuentes de consulta de atención primaria y neumología, especialmente tras haber superado infecciones respiratorias como resfriados, gripes, o COVID-19. Cuando esa tos se alarga más de lo habitual, a menudo se convierte en lo que popularmente se conoce como ‘tos de los cien días’, o tos crónica. La presencia de tos crónica obliga a una visita con el neumólogo para descartar patología pulmonar grave. No obstante, en la mayor parte de los casos, y cuando la causa es infecciosa, se resuelve de manera espontánea, aunque puede necesitar tratamiento para aliviar los síntomas. Los fármacos antitusivos, los broncodilatadores, o los antiinflamatorios inhalados, son algunos de los recursos que los médicos valoran en función de la causa y de la intensidad de la tos.
Cuál puede ser su origen
Lo que suele suceder en estos casos es que el aparato respiratorio queda en una especie de estado de hipersensibilidad, que puede durar semanas y que, en algunos casos, se extiende más allá de los tres meses. Es por eso por lo que puede convertirse en una auténtica pesadilla para el paciente, ya que interfiere en su vida cotidiana, en el descanso nocturno y, en ocasiones, genera ansiedad o preocupación sobre su origen.
La causa más habitual es una inflamación de las vías respiratorias tras una infección, que sensibiliza la mucosa bronquial. Esto provoca que estímulos que antes no desencadenaban tos (como hablar, reír, respirar aire frío, o cambios de temperatura) ahora la activen de forma automática.
No obstante, muchas personas asocian la tos persistente a un resfriado mal curado o al COVID-19, pero también existen otras causas que conviene descartar como la tos ferina o ‘pertussis’, que antiguamente se consideraba una enfermedad infantil, pero que en adultos vacunados, o con defensas bajas, puede manifestarse como una tos seca e intensa que dura semanas.
Consejos para aliviar la tos seca y persistente
La paciencia es fundamental en estos casos porque, aunque la tos no implique una enfermedad grave, sí puede ser muy limitante en la vida diaria. El objetivo en estos casos es siempre aliviar el síntoma, mientras se vigila su evolución para descartar causas más serias.
Además del tratamiento médico existen algunas pautas que pueden ayudar a reducir la irritación de las vías respiratorias y controlar la tos:
Mantener una buena hidratación.
Evitar ambientes secos o con humo.
Utilizar humidificadores en casa.
Evitar cambios bruscos de temperatura.
Realizar lavados nasales si existe congestión.
En algunos casos, ejercicios de reeducación respiratoria guiados por fisioterapeutas pueden ser útiles.
