Este artículo se publicó hace 14 años.
Los años rojos de Frank Sinatra
Un libro revisa el pasado izquierdista del cantante, que denunció el racismo y la Caza de Brujas en los años cuarenta y fue hostigado por el FBI
Una fotografía para la Historia: Richard Nixon, Giulio Andreotti y Frank Sinatra, sonrientes en un salón de la Casa Blanca. Fue tomada el 17 de abril de 1973, durante una cena homenaje al entonces primer ministro italiano. Como sabemos, el paso del tiempo no ha sido muy benevolente con Nixon y Andreotti, acusados de múltiples delitos, pero tampoco con la figura pública de Frank Sinatra (Hoboken, 1915-Los Ángeles, 1998).
Porque Sinatra no sólo respaldó a Nixon y Reagan. La voz más popular de América, el hombre que engatusó a varias generaciones con sus baladas románticas, también militó en favor de negros y comunistas. Un aspecto olvidado que el ensayista británico Martin Smith recupera en Frank Sinatra. El pasado rojo de la voz (editado por El Viejo Topo).
El cantante protestó contra las políticas represivas de la Guerra Fría
"Actualmente, muchos recuerdan a Sinatra como un artista que se posicionó a favor de Ronald Reagan, a quien le encantaba pasearse con gángsteres y que utilizó a todos los que le rodeaban. Me temo que fue todas esas cosas y otras peores, y esa es una faceta que no debe ignorarse", dice Smith antes de aclarar qué le llevó a escribir el libro: "Hubo también otro Frank Sinatra, un Frank radical, que quedó enterrado por la arena del tiempo. En su momento de mayor popularidad, en los años cuarenta, a Sinatra le tildaban de rojo. Utilizó su arte para desafiar el statu quo".
Para entender los motivos que llevaron a Sinatra a convertirse en un activista político, Martin Smith viaja hasta su infancia, en Hoboken (Nueva Jersey). Los abuelos y los padres de Sinatra llegaron allí a finales del siglo XIX desde Sicilia. Hoboken era una ciudad dividida en grupos étnicos, aunque los italianos, "hacinados en casuchas de madera", habían sido los últimos en llegar. Sinatra lo recordaba así: "A menudo me llamaban wop [siglas de without papers, sin papeles], y bandas de otros barrios me perseguían y me daban palizas. Nunca olvidaré cómo me dolía cuando los niños me llamaban dago [insulto racista] cuando era pequeño. Es una cicatriz que me duró mucho tiempo y que jamás he olvidado del todo".
Smith sostiene que estos ataques "tuvieron un profundo efecto en Sinatra y le convirtieron en un antirracista comprometido". "Cuando era joven, la gente solía preguntarme por qué mandaba dinero a la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color. Les decía: pues porque nosotros también hemos pasado por eso", confesaría el cantante años después.
La purga anticomunistacasi acabó con su carrera
A mediados de los años cuarenta, Sinatra vendía diez millones de discos al año. "En medio de este éxito, tomó la decisión de implicarse en la lucha contra el racismo. Fue una de las primeras estrellas que declaró abiertamente su filiación política", explica Smith.
En el centro del huracánEn 1945, Sinatra intentó desactivar las huelgas en las escuelas que se oponían a la integración racial. El 1 de noviembre, irrumpió en la Froebel High School de Gary (Indiana) en medio de un ambiente hostil. Sinatra se presentó en el auditorio de la escuela ante más de 5.000 padres, profesores y alumnos soliviantados.
En los últimos años de su vida, apoyó a los presidentes Nixon y Reagan
Un testigo lo describió con estas palabras: "Frank salió al escenario y se quedó inmóvil en el centro mientras todos aquellos tipos duros, trabajadores del acero, y sus hijos lo abucheaban. Cruzó los brazos y se les quedó mirando durante dos minutos enteros, hasta que se hizo un silencio sepulcral. Por fin, descruzó los brazos, avanzó hasta el micrófono y dijo Podría cargarme a cualquier hijo de puta de este antro'. Se hizo un caos tremendo y los críos empezaron a aclamarle. Pensaron que era de los suyos".
Sinatra sacó ese día lo mejor de sí mismo: "Os lo pido por favor, volved a la escuela. Esto no es bueno, chicos. Creedme, sé de lo que hablo cuando hablo de intolerancia racial. Cuando tenía 11 años me llamaban sucio Guinea' en Nueva Jersey. Tenéis que volver para no tener que avergonzaros de vuestra asociación de estudiantes, de vuestra ciudad, de vuestro país".
Sinatra no pudo frenar el paro, pero "ninguna otra estrella discográfica del momento puso nunca su reputación en juego de esta forma. Muchos afirman que no fue más que un buen liberal a la antigua. Pero yo creo que sus ideas y sus actos fueron mucho más allá. Ningún artista mainstream se afirmó nunca de este modo. Estuvo dispuesto a trabajar con la izquierda comunista y utilizó su talento para desafiar al sistema haciendo una contribución única a la lucha contra el racismo", dice Smith.
«Utilizó su arte para desafiar el statu quo en los años cuarenta»
Acabar con la izquierdaFinalizada la Segunda Guerra Mundial, el Partido Republicano y la prensa conservadora decidieron acabar con la izquierda. Era la hora de la Caza de Brujas, el Comité de Actividades Antiestadounidenses (CAA) y la represión contra la "infiltración comunista" en la industria del espectáculo.
Los juicios públicos del CAA arrancaron en 1947. Sinatra apoyó públicamente a los perseguidos junto a figuras progresistas como Humphrey Bogart, John Huston, Katherine Hepburn, Burt Lancaster y Groucho Marx. "Una vez que consigan pisotear el mundo del cine, ¿cuánto va a transcurrir antes de que se nos indique qué podemos decir ante un micrófono? Si uno hace una intervención a favor de los desvalidos, ¿lo tacharán de comunista? Me pregunto si van a conseguir asustarnos para que nos estemos callados", rugió en público Sinatra.
Los ataques racistas sufridos en su infancia le marcaron
La carrera del cantante cayó en picado los siguientes seis años. Sus discos no se vendían como antes, la MGM rescindió su contrato cinematográfico (1950) y Columbia, el discográfico (1952). Además de sus flirteos con la mafia, su turbulenta relación con Ava Gardner y sus malas elecciones musicales, "los intentos de la prensa y del FBI para etiquetarlo como comunista tuvieron su peso" en su caída, según Smith.
Entre 1945 y 1953, fue acusado de comunista 12 veces en las sesiones del CAA. El FBI le seguía los pasos. "El macartismo tuvo el efecto de acallar la cultura", razona Smith. Poco a poco, Sinatra retiró su apoyo a los movimientos radicales y alertó sobre la amenaza del comunismo ruso. Su carrera resucitó gracias a su actuación en De aquí a la eternidad (Fred Zinnermann, 1953), que le valió un Oscar.
En 1960, se implicó en la candidatura a la presidencia de John Fitzgerald Kennedy. No sin incidentes. El cantante anunció durante la campaña que iba a contratar a uno de los represaliados por la Caza de Brujas, Albert Maltz, para escribir el guión de un filme. Sinatra quería acabar con la lista negra por la vía de los hechos consumados. La derecha montó en cólera. "Me pregunto qué piensa el amiguito de Sinatra, el senador Kennedy, acerca de que contrate a un tipo semejante", dijo John Wayne. "La prensa conservadora estaba al borde de la apoplejía. Por todo el país, los sacerdotes católicos sermoneaban contra Frank desde sus púlpitos", recuerda Smith. Tras aguantar una campaña brutal de la derecha, Sinatra acabó claudicando debido a las presiones de, ay, los Kennedy. Ante el temor de que el escándalo pudiera afectar a las aspiraciones presidenciales de JFK, exigieron a Sinatra que prescindiera de Maltz...
«Fue una de las primeras estrellas que declaró su afiliación política»
El activista Sinatra empezó a perder fuelle, aunque todavía tuvo fuerzas para tocar, en 1961 y 1963, en dos conciertos benéficos a favor del movimiento por los derechos civiles. Un emocionado Martín Luther King escuchó a Sinatra cantar Ol'Man River en el Carnegie Hall neoyorquino: "Aquí todos trabajamos a lo largo del Mississipi/aquí todos trabajamos mientras los blancos juegan/cargando los barcos del amanecer al atardecer/sin descanso hasta el día del juicio final", recitó Sinatra.
Pero el público de sus conciertos iba a cambiar drásticamente. "En 1970, escandalizó a todo el mundo, sus amigos incluidos, cuando anunció que iba a apoyar al republicano Ronald Reagan para el cargo de gobernador de California. ¿Por qué lo hizo? No hay una respuesta fácil a esta pregunta. No derrapó hacia la derecha de un día para otro, fue un proceso largo y lento. Tenía más fama y riqueza de la que la mayor parte de la gente podía soñar. Poco a poco, su visión del mundo y de sí mismo fue distorsionándose", razona Smith.
El crooner juerguista se codeó con las fuerzas conservadoras hasta el final de sus días. Pocos recuerdan ahora que había tenido el corazón rojo durante buena parte de su vida.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.