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El caballero oscuro se convierte en el rey de los videojuegos

'Batman: Arkham City' vuelve a dejar el listón muy alto frente a otras aventuras de superhéroes

JESÚS ROCAMORA

Como si hubiera estado agazapado entre las sombras esperando el mejor momento para salir a la luz, el hombre murciélago saltó al terreno de los videojuegos en 2009 en el sobresaliente Batman: Arkham Asylum y con él se borró de golpe cualquier recuerdo de sus anteriores adaptaciones para ordenadores y consolas. Con una historia sólida y madura, que reunía a sus villanos más célebres en un fiestón insano y macabro, y un estilo de juego que incorporaba todo tipo de habilidades y virguerías propias del héroe enmascarado (ocultación en las sombras, arsenal de armas y juguetes, resolución de puzles, ambientación oscurísima y peleas callejeras), quedó así fijado un nuevo canon jugable no solo para Batman, sino en general para cualquier superhéroe que quisiera presumir de videojuego.

Por resumir: su principal mérito fue mostrarse fiel a los tebeos sin ataduras innecesarias. Al contrario, expande el universo del hombre murciélago con ideas propias. Y lo que es más importante, hacer sentir al jugador algo que puede parecer obvio pero que no lo es en absoluto: cómo se siente al estar debajo del traje de un Batman creíble y adulto, cercano al que Christopher Nolan ha plasmado en cine. Batman es ante todo un detective con el honor y las maneras de un ninja moderno.

El juego ha colocado más de 4,6 millones de unidades en todo el mundo

En el nuevo Batman: Arkham City (disponible para Xbox 360, PlayStation 3 y PC) todo es más grande y mejor, como ya indica el título: el popular manicomio para villanos enajenados donde se desarrollaba el primero ha dejado paso a una megaprisión del tamaño de una ciudad pequeña (cinco veces más grande que el escenario de Arkham Asylum, según sus responsables), por cuyas sombras debe moverse Bruce Wayne resolviendo misiones y apaleando a sinvergüenzas. Una instalación al aire libre, formada por diferentes barrios y pobladas por gánsteres, matones y criminales. Y, de nuevo, también por algunos de los villanos más célebres.

La historia arranca, cómo no, con Joker metiendo un dedo en el ojo al héroe y a punto de morir si no le ayudamos a encontrar una cura a una mutación causada por un suero experimental. Pero por su historia también se dejan ver el Pingüino, Dos Caras, Mr. Freeze (con el que Batman se verá obligado a colaborar) o Enigma (de nuevo, todo el escenario está trufado de desafíos que hay que resolver usando la inteligencia). Catwoman también se contonea a gusto y no sólo como secundaria: Arkham City incluye una historia paralela para ella sola. O, mejor dicho, para jugarla metidos en su traje.

Las armas principales son el sigilo y un cinturón repleto de 'gadgets'

El sistema de combate se ha depurado aún más. Batman puede esquivar golpes y devolver galletas, asesinar por la espalda, lanzar objetos del escenario y encadenar combos. Sus principales armas son el sigilo y un cinturón llenos de gadgets entre los que destaca la llamada Visión Detective, que viene a funcionar como el radar de un murciélago: en pantalla, aparecen resaltados los enemigos y las pistas que debemos seguir para resolver las misiones principales y secundarias. Y una vez terminada su historia principal, hay motivos para rejugarlo.

La fórmula hallada por Warner Bros., DC y Rocksteady Studios sigue luciendo con chulería y dejando en evidencia otros títulos de superhéroes. La crítica lo ha colocado ya entre lo mejor del año y ha vendido realmente bien: el juego ha colocado más de 4,6 millones de unidades en todo el mundo desde el pasado 18 de octubre. Todo ha sido cuidado al detalle, su historia es fantástica, así como su banda sonora. Está doblado al castellano y, en medio de la fiebre por el multijugador, hace una apuesta radical por las aventuras para un único jugador. Por Dios y por Bob Kane, Batman, sigue así y no pares.

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