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"Lo mío es ciencia ficción barata"

Fue a Hollywood con su corto musical '7:35 de la mañana' y triunfó en Sundance con sus 'Cronocrímenes', su ópera prima. En España tenemos que esperar al 27 de junio para el estreno. 

SARA BRITO

A 30.000 pies de altura, lo advierte: 'Ésta película está diseñada para romperos la cabeza'. La imaginación de Nacho Vigalondo (Cabezón de la Sal, 1977) vuela alto. Ahora mismo lo hace en un avión porque el director (y actor) cántabro se inventó un juego online cuya resolución ha sido un viaje a Tenerife (un salto temporal a una hora menos como sucede en su film) como colofón del largo camino que ha recorrido Cronocrímenes hasta poder estrenarse en España a fines de este mes (el 27 de junio).

La ópera prima del director de los cortos 7.35 de la mañana o Código 7 es un ejercicio de estilo emocionante y la película española más esperada del año. Ciencia ficción, cine negro: un antihéroe, un hombre con la cabeza vendada, una chica, una máquina del tiempo... Las cartas barajadas demuestran el ingenio de alguien con la precisión de un relojero y el nervio y la mente cachonda de un mago a ras de suelo. A Vigalondo le gusta jugar. Pero no solo.

Cronocrímenes plantea un juego sin respuestas cerradas ¿Cómo se planteó la película?

Me atrae la ciencia ficción, sobre todo la literaria que tiene menos miedo que la cinematográfica al atreverse con argumentos imposibles. Las películas suelen caer en la sobreexplicación. Pensé ‘vamos a hacer una película que no tenga miedo de avanzar hasta donde sea. Y que divierta'.

El guión funciona como una maquinaria perfecta, ¿Cómo construyó la historia?

Ha sido casi artesanía. Todos los elementos, por pequeños que sean, tienen una importancia vital. El tiempo es una vuelta al mismo mundo en el que estás. Lo fascinante es que puedes pensar que no hay un comienzo. Es bonito porque no sabes dónde empieza y dónde acaba.

Explique Cronocrímenes.

Va de cómo un hombre comete un error que no es tan grave y de cómo los intentos que hace por resolverlo son peores. Pero si quisiera que la película se entendiese de una sola manera hubiese hecho otra cosa. De hecho, acaba con una invitación al espectador: ahora te toca a ti. Me gusta que el espectador al salir del cine no lo tenga todo hecho, que piense a ver dónde está el fallo, ¿Me la han metido doblada?

Cuatro personajes, tres localizaciones... ¿Lo suyo es la economía de medios?

Hasta hoy todas las ideas que he generado tienen ese tamaño. Es como la magia en la que el mago, con las mangas remangadas y una baraja, te hace ver lo imposible. Creo en hacer una película en la que los primeros treinta minutos ya se ha dicho todo y a partir de ahí lo que sucede va a barajar esos elementos. Esa honestidad me sirve para empatizar con el público.

Ciencia ficción y cine negro trastocados, ¿qué busca?

Me gusta reinventar un género sustrayendo elementos en vez de añadirlos. Lo que más me gusta es coger una tradición con una estructura establecida y convertirlo en algo nuevo a base de limpiar.

Su corto Codigo 7 (un relato de ciencia ficción con un personaje mirando atontado una cafetera) es la pureza total de eso que cuenta...

Totalmente. El último corto se llama Ciencia ficción barata. Y el título lo dice todo, es un manifiesto de todo esto.

Entonces lo suyo es la ciencia ficción barata...

Sí, lo digo con todo el orgullo del mundo.

¿Cómo elige los personajes que interpreta?

Mi personaje siempre marca las reglas. Me encanta que sea alguien que supuestamente delimita las reglas del universo, aunque después no sea verdad. El becario (su personaje) es el de un niño jugando con juguetes que le vienen grandes. Al principio creemos que el tipo entiende, pero luego nos damos cuenta de que es la gran víctima. Es una metáfora malsana de mi papel como director en la película. De todas formas, la vida me aleja de la interpretación. Estuve en los 90 interpretando. Ahora me veo más del otro lado.

‘Cronocrímenes' se rodó hace dos años, triunfó en EEUU, pero en España casi no se estrena...

Ha sido una aventura desde que empecé a escribirla hasta que nos hemos subido en un avión. A veces siento como si hubiera hecho tres películas. Tengo ganas de moverme en otra dirección. Lo que no quiero es volver a verme en una situación en la que el tiempo pase de esta manera.

¿Cómo analiza las dificultades de distribución?

¡Cuántas pelis españolas no consiguen estrenarse! Sólo porque no están hechas al amparo de los principales grupos de comunicación. Ésta la diseñamos nosotros y no sigue los cauces habituales del cine español. Todo hubiera sido terrible si no es por la aceptación en el extranjero.

¿Cómo va el remake en EEUU? ¿Qué tal con el productor Steve Zaillian?

He podido hablar de tú a tú con el guionista de Misión imposible, La lista de Schindler... puff. Los cafés con él me los llevo a la tumba. Le pregunté por qué tratando en sus películas con la realidad eligió Cronocrímenes, tan abstracta y aislada. Me dijo que le sedujo la mezcla de humor y drama, el viaje emocional del personaje, la fascinación por los viajes en el tiempo y la paradoja final.

¿Se confirma Cronenberg dirigiendo?

No me atrevo a especular. Prefiero estar en primera fila, del lado del espectador. Yo soy más de Videodrome que de Blade Runner. Así que imagínate.

Y ahora ¿qué?

Estoy barajando entre hacer una peli con un presupuesto mínimo y cuatro actores en un piso o hacer una en Los Ángeles que sea la leche.

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