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'La ciencia de las mujeres de África' de primer nivel que Occidente no conoce

Fotograma del documental 'La ciencia de las mujeres de África'.
Fotograma del documental 'La ciencia de las mujeres de África'. Cedida por Begoña Piña y Pedro Mambrú

El pasado jueves se estrenó en el Palacio de la Prensa de Madrid el documental La Ciencia de las Mujeres de África, un viaje a lo largo de los ocho años del proyecto Science by Women/Ellas Investigan, gracias al cual científicas africanas realizan estancias en los mejores centros de investigación de España. 

Begoña Piña y Pedro Mambrú han codirigido este proyecto, con el que pretenden que las científicas africanas sean escuchadas, por los hombres y por el mundo occidental en general. Así, mediante testimonios directos, ellas cuentan su realidad en el sector, las dificultades a las que se enfrentan y dejan claro que no escucharlas sería un error, porque nos estaríamos perdiendo una parte de la ciencia.

¿Cómo surgió el proyecto?

B: Nosotros empezamos a documentar a las científicas africanas que venían a España con la beca de la Fundación Mujeres por África (MxA) en colaboración con Science by Women. Estábamos grabando a cada una de las científicas que venían a España a los distintos centros de investigación a realizar una beca formativa de seis meses, para que la fundación tuviera un archivo documental. Pero enseguida vimos que había un material que era muy bueno, y le propusimos a Ana Salado (subdirectora de MxA), que acabó siendo la directora ejecutiva de la película. 

Fue el primer largometraje de ambos, ¿a qué dificultades os enfrentasteis? 

B: Lo más duro de todo, como el proyecto no nació como una película, el material que teníamos eran más de 60 entrevistas grabadas. Y teníamos que mirar todo ese material y seleccionar... Y luego intentar conseguir recursos para que la película tuviera un aspecto más de película. Esto ha sido lo más complicado, porque todo lo demás nos lo daban ellas, que son todas fantásticas.

P: Quisimos que fueran conversaciones entre mujeres porque todo esto surgió, un poco por accidente, en un viaje en San Sebastián en el que estaba entrevistando a una científica egipcia y me estaba diciendo a mí -un hombre- que las mujeres estaban genial en Egipto y que no había ningún problema, que estaban en igualdad... Y otra mujer que estaba allí, argentina, se giró hacia ella y le dijo: "No me puedes decir que como mujer no te ha pasado esto nunca", y ella dijo: "Bueno sí, sí me ha pasado". Se pusieron a hablar entre ellas, yo estaba como espectador, y ahí surgió la idea, cuando volví del viaje propuse que el objetivo fundamental de la película debía ser que los hombres escuchemos a las mujeres.

Incluso que se escuchen las mujeres entre ellas, porque puede haber mujeres que no sean tan conscientes de su opresión porque su experiencia individual ha sido mejor...

"Entre las mujeres se produce un vínculo casi inmediato. Sabemos hablarnos unas a otras"

B: Bueno, yo creo que todas las mujeres conocen perfectamente que hay discriminación de género en el mundo. Es verdad que unas están en una situación mejor que otras, pero entre las mujeres, en la película lo hemos visto, porque en la vida real pasa lo mismo, se produce un vínculo casi inmediato. Sabemos hablarnos unas a otras. Nos entendemos inmediatamente. Es mucho más fácil, porque estamos hablando de un universo que compartimos todas, ¿sabes?

Fotograma del documental 'La ciencia de las mujeres de África'.
Fotograma del documental 'La ciencia de las mujeres de África'. Cedida por Begoña Piña y Pedro Mambrú

P: También ocurrió que, en ocasiones, hacíamos estas conversaciones entre el anfitrión del centro de investigación y la investigadora. Entonces, en algunos casos era hombre. Cuando íbamos a grabar, yo les explicaba, "esto es una conversación". Y a veces funcionaba y fluía bien en la línea de lo que queríamos, que era una conversación. Pero en otras ocasiones, el hombre empezaba a explicarme lo que hacía la mujer, ¿no? Y eso ya me lo había explicado ella.

Pero todas las mujeres de los centros de investigación se han prestado a esa conversación sin ningún problema. Y eso es lo que hace que la película tenga ese ritmo, ese fluir de las conversaciones, ¿no? O sea, de poder contar una historia de todo un continente y de mujeres de distintos países, pero contar al final una historia, que es lo que tiene que hacer una película, ¿no?

¿Lo que une a todas esas mujeres, que proceden de sitios distintos y están en disciplinas diferentes, es ser mujeres en el mundo de la ciencia?

"Ser mujer científica no es fácil, pero en África es mucho más difícil"

B: Y en África, que es aún más complicado. Aunque bueno, en África hay países que, por el colonialismo tienen tradición anglosajona, y los anglosajones tienen una tradición científica grande, entonces probablemente hay más tradición científica también entre mujeres. Pero vamos, ser mujer científica en África no es fácil. Serlo aquí no es fácil, pero serlo allí es mucho más difícil.

P: También es verdad que África es un continente enorme muy variado, donde cada país es un mundo diferente, ¿no? De hecho, en el norte de África, las mujeres en el mundo de la ciencia sí que están 50-50. O sea, el porcentaje de mujeres en ciencia en el norte de África es superior al porcentaje de mujeres en ciencia en Francia, y que en cualquier país europeo. Pero, ¿qué es lo que pasa? Que una vez que empiezas a hablar y a indagar, ves que no las quieren en la industria. Entonces, sólo pueden optar a la investigación.

Y otra cosa es que en los puestos de poder sólo hay hombres. Es un paso en un camino que tiene que cambiar, que es el objetivo de la película. Por eso al final la película al final se dirige a las niñas, que son las próximas generaciones, para empoderarlas y que se animen.

Incluso para el hecho de siquiera plantearse ser científica, ¿no? Porque a lo mejor necesitan cierto privilegio o una beca para poder permitirse, en esos contextos, estar varios años estudiando, y tienen que sacrificar mucho de su vida.

B: Bueno, esto que yo creo que es común a las mujeres en todo el mundo, sacrificar profesión y vocación por vida personal. En la película hay algunas mujeres que están en el primer nivel de la investigación científica del mundo que cuentan que han perdido cinco o seis años de carrera porque se han tenido que quedar a cuidar y a criar a sus hijos mientras sus maridos o sus compañeros estaban haciendo el mismo recorrido científico, pero no se quedaban a cuidar a los hijos, seguían adelante y entonces avanzaban en seis años lo que ellas no podían hacer, ¿no?

¿Diríais que las científicas africanas trabajan diferente a las mujeres occidentales?

"Lo que las  científicas africanas investigan es todo para una aplicación directa en sus comunidades"

B: Lo que más nos llamó la atención desde el principio es que ellas lo que están investigando es todo para una aplicación directa en sus comunidades, ¿no? Para salvar, para evitar enfermedades que matan a niños o a mujeres, para tratar asuntos que perjudican a toda la comunidad, como la distribución del agua... Quiero decir, que es que son mujeres que piensan en el colectivo y en la comunidad y eso las hace más grandes todavía.

Hay muchísimo talento entre las mujeres científicas en África, muchísimo. Y nosotros en España, en Europa en general, que somos muy ignorantes de lo que pasa en el continente africano, ni siquiera sabíamos que existían.

Tendemos a pensar que la ciencia no puede desarrollarse sin tanto material, tanta inversión...

P: Sí, o en otras condiciones. Por ejemplo, ellas trabajan en climas tropicales en muchos casos, entonces necesitan frigoríficos específicos que conserven a muy baja temperatura para los experimentos, y a veces no los tienen. No tienen los medios para mantener las cosas como deben ser.

Y es que todo es cuestión de dinero. Igual de repente estás investigando y en algunos casos tienes que enviar a otro centro, a otra ciudad o a otro país tus muestras para que te las analicen. Mientras que aquí, simplemente vas a la habitación de al lado y tienes la máquina para que te lo analicen...

B: En el mundo rico, nos debería abochornar muchísimo descubrir que existen científicas mujeres africanas que están en el primer nivel mundial de la investigación y nosotros no lo sabíamos.

En la película se dice la siguiente frase: 'la necesidad es la madre de todos los inventos'. Creo que la ciencia occidental podría aprender mucho de eso.

B: Claro, eso es lo que nos llamó tanto la atención desde el principio, ¿no? Aquí se hacen muchas investigaciones en el mundo occidental, en el mundo rico, que no tiene ninguna aplicación inmediata.

Pero ellas todo lo contrario: a lo mejor su investigación parte de unas plantas que crecen solamente en algunos lugares de África, ¿no? Pero con esas plantas o con ciertas algas han llegado a investigar y a conseguir avances importantes en el tratamiento del cáncer, ¿no?

Y es parte, tiene que ver con esto, con la falta de recursos. Ellas empiezan con lo que tienen, pero la verdad es que son imparables. Al final, van a encontrar los recursos que necesiten para conseguir llegar al objetivo que se han marcado.

Si dejas fuera a una parte de la población, también estás dejando fuera a lo mejor posibles inventos, posibles descubrimientos, que al final nos pueden salvar a todos.

P: Es contraproducente. Y en este caso no es sólo el 50% femenino de la humanidad, sino también todo el continente africano.

"Nos pasa con la ciencia, con la literatura, el cine... No sabemos nada de África"

B: Bueno, pero es que con África nos pasa con todo. Nos pasa con la ciencia, nos pasa con la literatura, nos pasa con el cine, nos pasa con la ingeniería, nos pasa con todo. No sabemos nada de África.

Al final, es lo que nos dan, es lo que nos llega. Esto es el poder de la comunicación, ¿no? Y el dominio del dinero. África solo aparece en los periódicos y en los informativos cuando hay conflictos y cuando están asesinando gente o están en guerras civiles, pero en realidad todo lo demás como si no existiera. Hay un reciente premio Nobel africano de literatura que no conocía a nadie cuando le dieron el premio y es un escritor fantástico. No nos hemos interesado, ¿por qué? Porque lo que nos llega son otras cosas.

Fotograma del documental 'La ciencia de las mujeres de África'.
Fotograma del documental 'La ciencia de las mujeres de África'. Cedida por Begoña Piña y Pedro Mambrú

P: Y en nuestra sociedad tampoco se habla mucho de ciencia. Es decir, sí se habla, pero de repente no se le da la importancia que tiene. Y esos son dos elementos fundamentales para el avance de una sociedad. Entonces nuestra película habla de ciencia, de mujer y de África. Con lo cual es muy importante también para las niñas de aquí y para las niñas de todo el mundo.

"Es mucho más cómodo producir en serie y que la gente no piense"

También hace falta gente dispuesta a contar estas historias. Porque la tecnología para contar las historias ya la tenemos. Pero hay una industria y unos valores dominantes que van más allá de la diversidad, porque es mucho más cómodo producir en serie y que la gente no piense, pues es evidente. Pero existe la posibilidad de contar estas historias y que lleguen a la gente. 

¿Con este tipo de becas no puede ocurrir algo así como una 'fuga de cerebros'? Es decir, ¿no sería más beneficioso que las mujeres puedan desarrollarse en sus propios lugares de origen, para no dejar el continente vacío?

"Tienen clarísimo que el trabajo que están haciendo es para su comunidad"

B: Es que todas vuelven a sus países. Lo tienen clarísimo. Ellas vienen aquí seis meses con la beca, aprovechan los medios técnicos que necesitan y que en sus países no tienen... pero todas vuelven. Tienen clarísimo que el trabajo que están haciendo es para su comunidad.

No tienen tampoco un ego científico de querer ser una científica de primer nivel y hacer publicaciones en revistas de ciencia de todo el mundo... Vienen aquí a desarrollar sus investigaciones, pero todas vuelven a sus países.

P: Y luego hay una cosa que, una vez generado el vínculo en ciencia, y una red de contactos, pueden seguir aprendiendo y analizar determinadas cosas con la tecnología que tienen aquí que allí no. E incluso pueden ser embajadoras de la tecnología y llevarla a sus países.

B: Ellas a lo mejor descubren que con la tecnología disponible aquí, han avanzado en seis meses lo que allí podrían haber hecho en dos años. Esto les permite llegar a sus países, hablar con las autoridades, instituciones públicas y centros de investigación, y conseguir que les escuchen y les doten de estos equipos.

P: Ellas se enriquecen, pero también a sus centros y a sus países, cada vez que participan en estancias de este tipo (que todos los científicos hacen).

Es un intercambio mutuo, no sólo ellas aprenden de la ciencia de aquí. ¿Qué creéis que puede aprender la ciencia occidental de ellas?

B: Los investigadores españoles aprenden muchísimo de ellas. Todos nos lo han dicho. Han hecho algunas investigaciones verdaderamente pioneras y novedosas que luego se aplican en occidente.

"Seguimos pensando que África es un continente de 'pobrecitos'. Y no es verdad"

La cosa es que nosotros seguimos pensando que África es un continente de pobrecitos. Y no es verdad. Hay mujeres científicas de primer nivel, como en el resto del mundo, exactamente igual, aunque no tengan los mismos medios económicos o tecnológicos, pero el talento y la calidad científica es la misma que en el resto del mundo. Creemos vínculos con ellas desde el mundo científico porque nos van a aportar muchísimo y pueden dar una parte de la ciencia que nos estamos perdiendo.

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