Público
Público

La decepcionante experiencia de las series de TV convertidas en películas

La adaptación al cine de 'Los vigilantes de la playa' tiene y no tiene lo que se veía en la serie. Es la guerra contra la nostalgia que libran las películas ante las sensaciones que dejaron ‘aquellas series de televisión’.

Series convertidas en películas

A Pamela Anderson corriendo a cámara lenta de frente hacia la cámara le ha salido un serio competidor, el culturista y actor Dwayne Johnson exhibiendo un surtido de súper músculos. Los dos en bañador rojo y los dos salvando vidas. Ella lo hacía junto a David Hasselhoff en la serie de los noventa Los vigilantes de la playa –cóctel de cuerpos mojados y buenos sentimientos- y él lo hace con Zac Efron –pura fibra de 30 años- en la película Baywatch: los vigilantes de la playa.

En la adaptación al cine de la serie de televisión está y no está lo que se veía en la pequeña pantalla. La playa de Santa Mónica, los esforzados socorristas, la amenaza esta vez de una trama criminal… pero en un tono diferente. El director Seth Gordon ha cambiado ñoñería por chistes sobre paquetes. La ausencia de sutileza permanece.

El tiempo distorsiona los recuerdos y las sensaciones de ‘aquellos maravillosos años’ (casi siempre la infancia y juventud) se enredan, con indulgencia, con la memoria de series que vimos entonces en televisión. Vamos, que Verano azul se puede añorar con cariño y seguimos pensando en Kojak como en ‘uno de los duros’. Y, por supuesto, la película de turno que llega mucho tiempo después de aquellas series parece que nunca da la talla.

El bochorno de Spock enamorado

Los trekies del mundo entero se echaron a temblar cuando Robert Wise se puso al frente de Star Trek, la película en 1979. El intento de llevar el auténtico espíritu de Gene Roddenberry al cine no le sentó bien a William Shatner, el legendario capitán James T. Kirk no era lo mismo en pantalla grande. El escalofrío recorrió de nuevo el alma trekkie cuando en 2009 se anunció a bombo y platillo la superproducción que preparaba Paramount Pictures con J.J. Abrams en la dirección. Star Trek, sin embargo, convenció. A pesar del berrinche que provocó ver cómo Spock bebía los vientos por la oficial Uhura, la película pasó con nota la prueba. El propio Abrams dirigió después Star Trek: En la oscuridad, a la que siguió el pasado año Star Trek más allá, con Justin Lin al mando.

Expectativa en lugar de suspicacia fue lo que levantó la película inspirada en Twin Peaks (Twin Peaks: fuego camina conmigo). El mismo David Lynch la dirigió al terminar la segunda temporada para contar la última semana de Laura Palmer. La película se recibió como un extra por parte de los fans, que han vuelto a aplaudir al artista en Cannes con el estreno de la tercera parte de la genial serie.

La música de Lalo Schifrin, 30 años después 

Una de las apuestas más arriesgadas de esta tendencia ‘de la televisión al cine’ fue la del productor Arnold Kopelson con El fugitivo. La historia del pediatra acusado del asesinato de su esposa fue un sonoro éxito televisivo -el último episodio de la serie fue el más visto de la historia de la pequeña pantalla entre 1967 y 1980-. El protagonista, convertido en cirujano y en manos de Harrison Ford, daba esquinazo a un portentoso Tommy Lee Jones, en el papel del detective Samuel Gerard. Fuerza, inteligencia y suspense para no desmerecer una serie emblemática de los sesenta.

La música de Lalo Schifrin se volvió a escuchar en el cine treinta años después con la primera entrega de Misión imposible, una película de Brian de Palma que no estuvo a la altura de la apasionante serie de televisión. De hecho, hasta el cuarto filme, Misión imposible – protocolo fantasma, dirigido por Brad Bird, no se había dejado ver el espíritu del original. La más reciente Misión imposible: nación secreta (Christopher McQuarrie) mantiene el tipo.

Ni la estética ochentera ni la música ni el cocodrilo de Corrupción en Miami aparecían en la película que, eso sí, llevaba el sello indiscutible del gran realizador Michael Mann, productor de la serie. Muy difícil combatir el recuerdo juvenil y sustituir a Don Johnson y Philip Michael Thomas, que en el cine fueron Colin Farrell y Jamie Foxx. Una batalla contra la evocación en la que Cameron Diaz, Drew Barrymore y Lucy Liu salieron perdiendo frente a los genuinos Ángeles de Charlie: Kate Jackson, Farrah Fawcett y Jaclyn Smith.

Desencantos y traiciones

El encanto del coronel John ‘Hannibal’ Smith –George Peppard sin despeinarse fumando un purito-, Mad Murdock, ‘Faceman’ y el singular Albert B.A. Baracus –corpulento Mr. T- no sobrevivieron en su transición al cine hace siete años. Y un poco antes, en 2003, nadie esperaba que los protagonistas de S.W.A.T. Los hombres de Harrelson levantaran las pasiones adolescentes que encendieron Robert Urich, Mark Shera, Rod Perry y James Coleman en los setenta. Lo de Starsky & Hutch se consideró una traición en toda regla.

Los hermanos tahúres de Maverick casi se habían olvidado cuando Richard Donner los devolvió al cine en 1994, con Mel Gibson, Jodie Foster y el mismísimo James Garner (protagonista de la serie). La ligereza del original encajó perfectamente en el remake cinematográfico. Los monstruosos miembros La familia Adams eran mejor en la tele. Los agentes Mulder y Scully eran los mismos aunque con una historia más larga. Y ¿dónde estaban la sutileza, la inteligencia, las emociones, la verdad de Charles Ryder y Sebastian Flyte cuando llegó al cine Retorno a Brideshead? Anthony Andrews y Jeremy Irons rindieron el homenaje que se merecían los soberbios personajes de Evelyn Waugh. El director Julian Jarrold no debió volver a Brideshead.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?