Público
Público

La Divina Commedia, en manos del público

Romeo Castellucci será uno de los platos fuertes del Grec

T. P.

El Grec 2009 huele a Italia. El jardín de las estrellas abrió ayer el festival en el anfiteatro de las faldas de Montjuïc. Es sólo una avanzadilla de las propuestas teatrales, coreográficas y musicales transalpinas que desfilarán por los distintos escenarios del verano barcelonés: el Piccolo Teatro di Milano, con Sogno di una notte di mezza estate; el Teatro Stabile Veneto, con Lei; el premiado Pippo Delbono, con su Menzogna; la versión de Alessandro Baricco de la Ilíada; Virgilio Sieni y su De rerum natura... Además, el capítulo que el Grec dedicará a los autores emergentes italianos. El portabandera de la tropa italiana será Romeo Castellucci, con su trilogía de la Divina Commedia de Dante.

'Concibo el teatro como una epifanía del espectador', explica el director. 'Es él el que tiene que soñar, el que carga la obra con su memoria, las cicatrices de su vida, su capacidad creativa, dando vida a las imágenes que le pasan por delante. La potencia de ser espectador es la clave de todo'. Por lo tanto, una obra tiene tantas interpretaciones como espectadores. Castellucci no quiere engañar a nadie: 'No me importa que alguien saque una conclusión distinta, incluso opuesta, a la mía. Desde el momento en que se sube el telón la responsabilidad deja de ser mía. Le toca al espectador trazar sus líneas entre la secuencia de imágenes'.

Castellucci, creador de la Socìetas Raffaello Sanzio, rechaza la primacía de la literatura en sus obras, convirtiendo el teatro en un arte plástico. Así se verá en su paso por el Grec. El 29 y el 30 de junio tomará el anfiteatro con la primera entrega, Inferno, que se pudo ver en Aviñón, también al aire libre. Es una representación sin texto en la que se da el protagonismo a figurantes en los que el público se verá reflejado. 'Hay un efecto espejo y un trabajo de movimiento que se acerca a una auténtica coreografía'.

El Lliure acogerá, entre el 5 y el 7 de julio, el Purgatorio, una escenografía fija en la que 'la relación con las palabras es muy difícil', admite el director. La Capella será el escenario de la instalación Paradiso, los días 1, 2, 3, 5 y 6 de julio. Es una instalación sin apenas efectos especiales, con actores y pocos espectadores que irán desfilando continuamente por el espacio. 'Lo ideal para ver la imagen son unos tres minutos, el tiempo que tarda el ojo en acostumbrarse a la oscuridad y a imprimirnos en la retina la representación'.

Castellucci se muestra en su salsa, enfrentándose a lo que él mismo considera un imposible: 'Creo que una de las cosas más excitantes para un artista es la irrepresentabilidad y la Divina Commedia es así, imposible'. La complejidad de la obra maestra de Dante es infinita. 'Te captura en todos los sentidos: simbólico, teológico, histórico, lingüístico, estético Está claro que hacer la Divina Commedia es megalómano e infantil, porque la grandeza de Dante es inabarcable'. Aún así, asume que sólo le queda ponerse en la piel de Dante. Sin embargo no habrá, o eso espera Castellucci, referencias a la 'penosa' situación actual italiana.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?