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Entrevista Pepe Viyuela: "El poder aborrece la inteligencia si no está de su lado"

El actor abraza el proyecto de Errejón. "El discurso político es vinagre puro, falta ingenio y humor. También en Podemos"

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El actor y payaso Pepe Viyuela, en Madrid. / REPORTAJE GRÁFICO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

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Pepe Viyuela (Logroño, 1963) es filósofo, poeta, payaso, actor y errejoner. Fija la cita en la Plaza Mayor de Madrid, donde nada más poner un pie le asaltan unas señoras de Sigüenza y unas chicas de Alcalá. Sonríe para la foto: "¡Qué majo eres!"

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Siempre así.

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A fallback.

Sí, es muy agobiante, sobre todo cuando tienes prisa.

La tele.

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Son ya muchos años. Los jóvenes no se acuerdan de la silla, pero me conocen de Aída. Otros llegaron a mí gracias a las películas de Mortadelo y Filemón. Los mayores, en cambio, prefieren mis primeros trabajos. En fin, me conocen por acumulación.

¿Cómo se concilia la sonrisa con la mala hostia?

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Nunca me enfado.

¿Actúa, o sea, fuerza la sonrisa?

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Tienes que ser amable con el público.

La gente a veces se pasa, ¿no?

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Para nada, ya has visto. La tónica es la amabilidad y la simpatía. La gente que te tiene manía… Precisamente, mira quién viene por ahí: Rita.

[El actor se levanta y saluda a Maestre, que bromea: “No era nada pactado”. Viyuela fue elegido miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en la asamblea de Vistalegre, al igual que la portavoz del Ayuntamiento de Madrid. Ambos integraban la candidatura encabezada por Íñigo Errejón, que fue derrotada por la de Pablo Iglesias. Tras charlar un rato con la concejala, retoma la entrevista]

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¡Madrid es un pueblo! Te conocen todos. Yo no puedo hacer nada… que no quiera que se sepa.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

¿Sintió un choque entre Logroño y la capital?

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Era muy pequeño. Mis padres se vinieron aquí cuando tenía dos años, aunque sigo teniendo mucho apego a La Rioja. Mi madre era riojana, como toda su familia. Mi padre, de Zumárraga, pero se vino a trabajar como barnizador a una mueblería de Madrid, donde había nacido mi abuelo.

De pequeño, usted escuchó a un actor en la radio y dijo: “Esto es lo mío”.

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Ese recuerdo es nebuloso: estaba jugando en el pasillo de casa y entrevistaban a un actor, que describía cómo era el camerino, la sala, etcétera. De pronto, descubrí una profesión misteriosa. Yo tenía cinco años y nunca había ido al teatro.

Eso llegaría en el instituto.

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Vino una compañía a representar La Odisea y me fascinó. Al año siguiente, fundamos un grupo de teatro tras hablar con la profesora de Literatura.

Antes de todo aquello, ¿qué quería ser?

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No lo tenía definido. Cuando eres adolescente, tienes sueños y viajas mentalmente. La medicina me parecía una profesión maravillosa. Me gustaba la idea de curar a la gente.

Menos mal que eligió la silla y no el bisturí.

Porque nadie iría al teatro para no morir desangrados [risas].

Sus padres, que no eran artistas, ¿cómo se lo tomaron?

Yo estudiaba Filosofía en la Universidad Autónoma, aunque tampoco es que tuviese muchas salidas… Me dejaron absoluta libertad desde el principio. Confiaban en mí, pensaban que sabría elegir bien y nunca se opusieron. Cuando me fui del Ayuntamiento de Alcobendas, donde trabajé cuatro años como auxiliar administrativo, se pusieron un poco nerviosos. Dejaba un empleo estable para ser actor, no sin antes advertirme de que ya tenía un hijo y debía ser responsable.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

¿A qué años tuvo a Samuel?

No era tan joven: veinticinco.

"Me gusta preguntar y preguntarme. Respuestas hay pocas, sobre todo a preguntas importantes"

Hay que estudiar constantemente. Existen diferentes maneras de entender las profesiones y yo entiendo la mía desde la implicación y el conocimiento. Tienes que viajar, leer, hablar con la gente y estar conectado con el mundo.

El hecho de que te conozcan en todas partes a veces dificulta llevar una vida como el común de los mortales. Por ejemplo, hubo un momento en que pensé que no podría viajar en metro, mas he seguido haciéndolo. Me gusta estar en el sitio en el que estoy viviendo, porque si no los papeles se te desdibujan y no acabas de entender la realidad. Para conectar con el público, tienes que ser público.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

Su rostro ha sido objeto de meme en Forocoches: encaja en mil caras.

Un fenómeno impresionante que no para de crecer. La gente se descojona, pero jamás me ha molestado.

"El payaso no es un tipo inocente, sino alguien que cuestiona la armadura con la que vamos por la vida"

¿Le gusta más preguntar o responder?

Me gustan más las preguntas: preguntar y preguntarme, si bien muchas de las que me hago se quedan sin respuestas. Respuestas hay pocas, sobre todo a preguntas importantes.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

¿Un payaso es más filósofo o poeta?

Hay payasos que basan su trabajo en la poesía y desprenden cierto candor, pero me interesa más el payaso filósofo, que interroga, plantea y cuestiona. O sea, el payaso incómodo. Aunque también puedes ser un poeta incómodo, el payaso le pone a la sociedad un espejo delante para que se refleje. Nos hace ver que somos seres vulnerables y falibles. El payaso no es un tipo inocente, sino que es alguien que cuestiona la armadura con la que vamos por la vida.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

¿Usted era más de Ibáñez o de Escobar?

Soy más de Ibáñez, y no porque haya interpretado a Filemón. Zipi y Zape no me llegaban tanto.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

¡Joeeee…! ¿Y a usted que le jode?

Muchísimas cosas. La gestión de la crisis de los refugiados, por ejemplo, me parece una vergüenza. ¿Por qué no se busca una solución cuando no para de crecer? Me fastidia que las instituciones sean lentas y estén tan esclerotizadas. También me jode el tema de las pensiones: si había estudios demográficos y se sabía que iba a pasar, ¿por qué no se ha hecho nunca nada?

"El humor nos permite sobrevivir y expresar nuestra opinión sin demasiada virulencia"

Y, por otra parte, considero un grave problema que los jóvenes se tengan que marchar fuera porque no tienen trabajo. Los chavales están muy formados, pero no le pueden dar salida a su potencial.

¿Cómo se censura la mímica?

Es difícil incluso escribirla. Cuando me imagino un número, prefiero grabarlo en vídeo a escribirlo, porque resulta difícil. Si hubiera podido, Hitler habría proscrito El gran dictador.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

¡Que vienen los rojos! ¿Y los fontaneros? ¿Y los registradores? ¿Nadie se plantea de qué color son?

No sé yo cómo será el gremio de los fontaneros o el de los registradores [risas]. Vivir tantas vidas y encarnar a tantos personajes, cambiar constantemente de compañía y conocer a gente nueva te abre la mente y te liberaliza.

¿El poder aborrece la cultura?

"En España sufrimos un mal endémico: la corrupción. Ya desde pequeñitos queremos coger lo que no es nuestro"

El poder, en general, aborrece la inteligencia. Siempre que no esté de su lado, claro, porque en ese caso la abraza, la apadrina y la subvenciona. Lo que no soporta el poder es la inteligencia díscola.

¿El humor es una droga de subida o de bajada?

Es una herramienta de defensa que nos viene muy bien para sobrevivir y para expresar nuestra opinión sin demasiada virulencia.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

En Encerrona, su clásico, no gasta mucho en atrezo: una guitarra, una silla, una chaqueta, un periódico y una escalera.

"No entiendo que provoque revuelo que un payaso se meta en política. Hay que dar un paso adelante para que cambien las cosas"

La variedad. Me hice actor por la versatilidad que se le supone al profesional del espectáculo. Es como un viaje: mañana estreno Mármol en Málaga y el viernes, en Granada; y el 1 de marzo me meto en el Teatro Arlequín de Madrid para hacer el payaso en Encerrona. Me gusta esa esquizofrenia sana.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

¿Cómo andan de sentido del humor los líderes de su partido?

En general, tanto ellos como los demás tienen una tasa muy baja de humor en sus intervenciones. No sé en su vida, pero en público no hay ese vuelo, esa chispa y ese humor que permitiría que los debates no se convirtieran en vinagre puro y en combates de boxeo. La política adolece de falta de ingenio, estilo y cintura, lo que me da mucha pena. Tampoco existe en Podemos, porque hay demasiada tensión en el debate y en el discurso político.

"No me interesa la política de moqueta, porque me obligaría a dejar de hacer lo que más me gusta: actuar"

Ya... Sin embargo, me incomoda estar dentro de esa historia. Hay compañeros que te dicen: “Forma parte del trabajo, hay que venderse”. Ya, pero ¿por qué hay que venderse de esa manera?, ¿por qué vas a la alfombra roja o al photocall de unos premios con un traje o unas joyas que no son tuyos?

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

Faemino y Cansado dicen que no hay chiste cruel, sino malo.

Pues mira, bonita frase [risas]. Los conozco desde que empezaron y somos muy amigos. Allá donde van, lo llenan todo. Son un fenómeno social.

"Pablo Iglesias no se ha disfrazado de nada. Uno se adapta al sitio, y los políticos deben saber dónde están"

Si le ofreciesen la posibilidad, ¿se presentaría a las elecciones al Congreso?

No. Te digo por qué: no porque no me interese la política de moqueta, sino porque me obligaría a dejar de hacer lo que más me gusta.

Pepe Viyuela. / FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ

Que baje otro el IVA…

No puedo ser ministro de Cultura, porque me acojonaría.

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