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For Life Nicholas Pinnock: "A veces hay que manipular el sistema tal y como este te manipuló a ti"

El actor británico da vida a Aaron Wallace, protagonista de ‘For Life: Cadena Perpetúa’, un hombre condenado injustamente que intenta devolvérsela a un sistema que no rige igual para todos.

Imagen de For Life
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For Life está ‘inspirada en’ y no ‘basada en’ la historia real de Isaac Wright Jr., aclara Nicholas Pinnock en su visita a Madrid para presentar la ficción estrenada el pasado 27 de febrero en AXN y que cuenta cómo un hombre condenado injustamente convierte su vida entre rejas en una lucha sin descanso por conseguir reabrir su caso y ayudar a otros en su situación. "No es ‘basada en’ porque habríamos necesitado años para poder realmente explicar todo y poder tener los permisos.

La serie está inspirada en lo que le ocurrió en su vida. Al ser solo inspirada, tenemos más libertad creativa para poder contar más historias", explica el actor que da vida a Aaron, el protagonista de este drama carcelario, judicial, pero también familiar que aterrizó en la pantalla solo unos días antes que la española Caronte (Amazon Prime Video), en la que otro preso inocente se convierte en abogado con el mismo fin.

"Su objetivo es volver con su familia. Es el único motivo por el que sigue vivo después de lo que le ha pasado. Cuando le llevan a la cárcel por un delito que no ha cometido, lo que más echa de menos es a su mujer y a su hija, su vida… Cuanto más tiempo está lejos, la dinámica y las relaciones entre ellos tres va cambiando", comenta Pinnock. Aaron Wallace, como todo reo, se pierde cosas.

"Las mujeres, las minorías, las clases más pobres, no van a tener tantas ventajas como el grupo que sí las tiene"

Porque mientras su vida parece puesta en pausa, en suspenso, la de quienes están fuera continua. En este sentido, For Life, cuenta su actor protagonista, no se limita a la perspectiva de su personaje, sino que "también estamos viendo lo que su familia, los que están fuera esperándole, están perdiendo. Esa es una dinámica muy interesante porque no siempre pensamos en los esperan a los que están encarcelados".

Tanto la de Wallace como la de Wright son historias de una injusticia, de una sentencia en contra por un delito que no cometieron y años perdidos entre rejas que nadie podrá devolverles. La condena en la que se inspiró Hank Steinberg para crear For Life se produjo en 1989. Año en el que se leyó también la de los conocidos como ‘Los cinco de Central Park’ y que Ava Duvernay convirtió en la aclamada Así nos ven (Netflix).

Los delitos en ambos casos nada tienen que ver entre ellos, pero comparten dos puntos claves: el color de la piel de los acusados y su culpabilidad prefabricada. Algo que da qué pensar y preguntarse si hoy en día, habiendo pasado más de tres décadas, ha cambiado algo o el sistema judicial, en este caso el estadounidense, continúa siendo el mismo y dependiendo del barrio en el que haya nacido el acusado o del número de ceros en su cuenta corriente se aplica una ‘justicia’ u otra.

"Eso es lo que parece. Es difícil. Porque, si uno se fija en la historia del país o la historia de un país como el Reino Unido [él es británico], esta se basa en tantos aspectos… y todos afectan al concepto de raza, pero también a la clase social. Y debido a esto tenemos un sistema que siempre va a favorecer a un grupo y el resto, incluyendo a las mujeres, las minorías, las clases más pobres, no van a tener tantas ventajas como el grupo que sí las tiene. El sistema no está diseñado para favorecer a ciertas personas. Entonces, la pregunta que planteas, parece que la respuesta que uno puede dar es ‘sí’", responde Pinnock.

El personaje de Aaron es víctima del sistema, como lo es también su primer defendido. Dentro de prisión ha estudiado leyes y usa sus conocimientos adquiridos para reabrir su propio caso y ayudar a otros. En su primer juicio se hace cargo de la defensa de un joven de origen hispano al que condenaron en un proceso plagado de irregularidades. Ambos se dan una y otra vez contra las trampas impuestas, así que el letrado toma una decisión clave en el primer episodio, dirigido por George Tillman Jr., que da una idea de su carácter, su inteligencia y determinación.

"A veces tienes que combatir el fuego con fuego. Si el sistema te ha puesto en una situación en la que no deberías estar, para poder escapar o salir vas a tener que manipular el sistema tal y como el sistema te manipuló a ti. Si ellos han puesto esas reglas del juego, están ahí para algo", justifica el actor sobre la decisión de su personaje de recurrir a la creación de pruebas para poder competir en igualdad de condiciones. Él no juzga la decisión de Aaron y es difícil que el espectador llegue a hacerlo. Ponerse de su lado resulta fácil.

Eso es algo, la empatía, que se despierta rápido gracias a la compleja construcción del personaje realizada por Pinnock desde un guion que ha cuidado al máximo cada detalle de su personalidad. Para quien le interpreta la base está en las cinco facetas o aspectos que For Life explora de su protagonista. Este es al mismo tiempo "recluso, representante de otros presos, padre de Jasmine, abogado e incluso le vemos antes de que le llevasen a la cárcel".

Todo esto hace de él alguien complejo y completo, pero también todo un reto en la escritura y la interpretación. Porque, continúa Pinnock, "es muy fácil interpretar a una persona enfadada de una única manera o a una persona llena de esperanza, pero el auténtico reto a la hora de contar este papel fue encontrar un modo suficientemente amplio que expresara todas las emociones, porque una persona no es una única nota".

"Los guionistas son increíbles. Y todo empieza ahí, con el guion"

Su trabajo está ahí y puede verse en pantalla cada jueves en AXN junto con el de Indira Varma -funcionaria de prisiones que espolea a Wallace para que siga luchando-. Sin embargo, el actor reconoce que gran parte del mérito de la consistencia de For Life como serie reside en lo escrito: "Los guionistas son increíbles. Y todo empieza ahí, con el guion. Todo está construido alrededor del guion. Sin ellos, sin un buen guion, como actor es muy difícil hacerlo bien".

La complejidad reside, además de en plasmar esas cinco facetas del protagonista, en transmitir cierta esperanza y lograr que cada capítulo cuente con un buen comienzo, un buen nudo y un buen desenlace en menos de 50 minutos.

Operación que intentan repetir episodio tras episodio con la promesa que hace Pinnock a su paso por Madrid de que "lo que vemos en el primer capítulo nos da la esencia general de la serie pero para cuando terminas con el último capítulo te vas a dar cuenta de que el inicio es muy distinto que al final al que has llegado (…) A sitios que al principio ni te imaginas".

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