Público
Público

Fotogramas de lava

La última película de Pedro Almodóvar, 'Los abrazos rotos', está inspirada en una instantánea que el director tomó en la playa del Golfo, en Lanzarote

MIRIAM QUEROL

Exterior. Playa del Golfo, Lanzarote. Día. Luz de atardecer, tenue. Un hombre toma una fotografía del paisaje. En primer plano, una roca color burdeos. Al fondo, un lago de un color verde casi irreal. La espuma blanca de las olas dibuja eses en la playa de arena volcánica. Funde a negro.

Finales de los años noventa. Pedro Almodóvar revela la fotografía y descubre que en ese paisaje 'dramático', de 'oscura belleza', una pareja se abraza. Había pasado misteriosamente desapercibida en la kilométrica playa negra. No sabe cuándo ni cómo, pero tiene claro que de esa imagen, que captó su cámara pero no sus ojos, saldrá un guión.

El viajero cinéfilo también puede lanzarse en busca de los escenarios donde se rodó Viaje al centro de la tierra

Pasó casi una década hasta que el cineasta manchego devolvió a Lanzarote su historia. Almodóvar retrató en Los abrazos rotos un paisaje de misterio, romanticismo y fatalidad que se descubre al recorrer esta isla. Si se añade la banda sonora de Alberto Iglesias en la radio del coche, el viaje resultará mucho más inquietante.

La primera parada es la playa del Golfo, donde empezó todo, donde Lluís Homar y Penélope Cruz se ven reflejados en una pareja que se abraza. Aquí es difícil escapar a la pasión volcánica, pues estamos en pleno cráter, algo insólito a nivel del mar. El agua estancada en el volcán ha formado un lago conocido como Laguna Verde o Charco de los Clicos, de un profundo color esmeralda debido a la multitud de algas.

En este rincón del municipio de Yaiza todo es como un sueño en negro y verde, fantasmagórico y hermoso. Como recuerdo, además de la foto de rigor, los vendedores ambulantes tientan al turista con un souvenir: un collar de olivinas, un mineral, también verde, que se esconde entre las rocas de la playa.

A pocos kilómetros hacia el interior, la tierra negra comienza a dibujar hoyos simétricos en forma de conos. Es el paisaje agrario de la isla: oscuros viñedos que tienen 'un aroma indudablemente épico', como dice Almodóvar. Esta zona, sembrada de bodegas abiertas al turista, fue rodada desde un helicóptero, que ofrecía la panorámica de un 'mar negro'.

El siguiente destino es la playa de Famara, por la LZ-30 hacia el norte, donde la pareja de la película se refugia en un bungalow. Es una playa brava, de fuerte oleaje, que muda constantemente su paisaje debido al viento que sopla sobre la fina arena dorada. Aquí, los protagonistas parecen detener sus vidas. Imaginan un abrazo eterno, como el de los amantes, carbonizados por la lava del Vesubio, que descubren Ingrid Bergman y George Sanders en elfilme Te querré siempre.

El punto final de este recorrido almodovariano por Lanzarote es la rotonda Tahiche, donde se alza la escultura móvil de César Manrique Los Juguetes de Viento. Allí culmina la historia de amor de Homar y Cruz en una isla cuyo paisaje es, para Almodóvar, 'un estado de ánimo'.

Si el cinéfilo viajero se queda con ganas de más, lo mejor que puede hacer es cogerse algunos clásicos de aventuras y de ciencia ficción como Hace un millón de años o Viaje al centro de la Tierra y lanzarse en busca de los escenarios pétreos y fantásticos donde fueron rodadas algunas escenas. Pero esa es otra película. Y otro viaje.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?