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Hablemos de las cosas que nos duelen

Bartleby publica 'Amor malo y feroz', de Larry Brown, autor inédito en España y una de las sorpresas de la temporada

PEIO H. RIAÑO

Lo mejor que se puede decir de Larry Brown (EEUU, 1951-2004) es que escribía sobre lo que sabía. Alcohol, peleas, mentiras, amantes, prostitutas, muerte, decepción, miseria, camionetas y clase media. Las cosas simples de la vida, cosas que sólo se pueden aprender a través de la experiencia. Lo que suele llamarse cotidianeidad por no decir amargura y frustración.

Todo lo que se debe saber de la biografía de Larry Brown es que fue bombero durante 16 años, que antes fue marine dos años y allí conoció las pesadillas de los que regresaban vivos de Vietnam, que las historias que su padre le contaba sobre la II Guerra Mundial se le quedaron bien pegadas, que de adolescente prefería quedarse en los bosques con su escopeta y 'cazar cada día y la mitad de la noche también' antes de ir a la escuela, que de adulto bebía menos de lo que sus problemas le pedían y más de lo que su cuerpo soportaba, que dejó de apagar fuegos para quemarse con la escritura, que se entregó al relato corto y las novelas con insistencia antes de morir de un ataque al corazón hace 6 años, a los 53 años de edad, y que su primer texto se lo publicó la revista Easyrider, de motoristas.

Fue marine' y conoció las pesadillas de los que volvían de Vietnam

Hasta aquí todo normal. Lo que realmente sorprende de Larry Brown es cómo no ha llegado antes a nuestras librerías, con todos esos autores realistas estadounidenses que pasaban libro tras libro zurrando al sueño americano. Desde las profundidades de Mississippi, Brown salió para sacudir a sus vecinos desde la mediocridad de cualquiera de sus lectores, estuviese este donde estuviese. A Brown lo trae a España por primera vez la editorial Bartleby, con el libro de relatos Amor malo y feroz, una joya del retrato crudo, directo e irónico de la imperfección a la que con tanto ahínco se dedica la especie humana. Fue publicado en 1990 y llevado al cine en 2001, dirigido por Arliss Howard. Participó en Cannes.

Larry Brown es tan descriptivo con los problemas, las escenas, los pensamientos, con cada gesto, que por muydesagradable que se vuelva la situación es difícil soltar el libro e ignorar en qué acaba el jaleo en el que acaba de meter a sus personajes. Sin embargo, no hay crispación ni abracadabras en su estilo; es minimalista tanto para contar como para ocultar. El perfil perverso, trágico, heroico y absurdo de esta serie de relatos puede recordar a Carver, CormacMcCarthy en la piel y a Bukowski en las entrañas.

Es descriptivo con los problemas, pero no hay crispación en su estilo

'Yo nunca le pude dar lo que ella quería. Ahora tendría que intentar buscarme otra mujer. No sabía por dónde empezar a mirar, pero decidí que empezaría a primera hora de la mañana, tan pronto como el perro hubiera recibido un entierro apropiado', escribe en el relato que da nombre al libro. Resumiendo este fantástico cachito de realidad agria: un tipo está hasta arriba de soledad, su perro se ha muerto y su mujer le ha dejado porque ha encontrado la medida de pene que necesita su ancha vagina. Tal cual.

Brown creía en dos cosas: el trabajo y la sencillez. 'No me veo a mí mismo como un talento natural. El talento que pueda tener ha sido desarrollado a lo largo de muchos años de escritura. También creo que el lenguaje simple es el más eficaz', contó en entrevistas. 'Tomo todo de mi vida, mi memoria, mi experiencia, las cosas que la gente me cuenta, y todo ello combinado con mi imaginación para contar historias. Algunos personajes son reales y otros no. Solamente uso lo que necesito'.

Empezó a los 29 años a escribir y tardó ocho en acabar su primer libro. Su editora y descubridora Shannon Ravenel reconoce que desde el principio Brown se preparó para ser muy directo en las profundidades del ser humano, 'sin parpadear'. Ya está aquí,bienvenido.

 

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